Pese a las denuncias de fraude y los desmanes, el Consejo Superior validó las elecciones
El Consejo Superior convalidó las elecciones que agrupaciones de izquierda habían denunciado como fraudulentas; hubo destrozos en el Rectorado
En medio de desmanes protagonizados por agrupaciones de izquierda, ayer el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) validó la renovación de las autoridades de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y reconoció como ganadora a la Lista 1 Nueva FUBA en Defensa de la Educación Pública, que terminó con 17 años de dominio de un frente de izquierda integrado por el Partido Obrero (PO) y la agrupación La Mella.
El congreso en el que se eligieron las nuevas autoridades, celebrado el sábado pasado, fue calificado de fraudulento por la gestión saliente de la FUBA, que denunció que los comicios fueron ganados con los votos de dos delegados sin legitimidad para sufragar. Sin embargo, los integrantes del Consejo Superior avalaron ayer la regularidad del proceso electoral.
Por este reclamo, unos 30 militantes de distintos partidos de izquierda ingresaron anteayer por la fuerza al Rectorado, en Viamonte 444, para tomar el edificio hasta el día siguiente, cuando se reuniera el consejo. Y aunque fueron repelidos por personal de seguridad mediante el disparo de la carga de matafuegos, durante los disturbios varios trabajadores de la universidad sufrieron lesiones y hubo destrozos, según expresaron los integrantes del Consejo Superior en un comunicado. Luego de esta situación, se radicó una denuncia por el delito de usurpación, resistencia a la autoridad, daño y lesiones.
La versión de los militantes de izquierda es distinta. “Quince compañeros entraron al edificio para denunciar el fraude y fueron atacados por una patota del Rectorado y la policía, que, de un modo ilegal, estaba apostada ahí adentro”, dijo Valentín Serrano, de 25 años, militante del PO y estudiante de Sociología.
Luego de estos disturbios, la policía instó a los militantes a que abandonaran el Rectorado. Antes tomó los datos de todos ellos. Anteayer, Federico Fernández, de 25 años, estudiante de Sociología, quedó detenido en la comisaría 30 “por atentado y resistencia a la autoridad”, según afirmaron fuentes policiales.
Ayer volvieron a producirse disturbios cuando los estudiantes que integran el consejo quisieron ingresar a la reunión junto con algunos acompañantes que la policía no dejó pasar. Más tarde, mientras sesionaba el consejo, otro grupo de militantes buscó entrar a la fuerza mientras empujaba el pesado portón de madera de Reconquista 964, que quedó desencajado de su marco cuando cedieron algunos de sus goznes. Sin embargo, desde adentro la policía impidió el ingreso.
Repudio
“¡La FUBA no se toca!”, gritaban ayer los cerca de 300 manifestantes que, con bombos y banderas de distintas agrupaciones de izquierda, como el PO, el MST, el PTS y La Mella, se habían concentrado frente al Rectorado. El edificio permaneció vallado y custodiado por la policía.
Julián Asiner, presidente saliente de la FUBA, no se sorprendió por la validación del consejo: “El fraude lo armaron ellos mismos”, dijo. Y agregó que continuarán con un “plan de pronunciamientos contra el fraude” y medidas de acción contra “el ajuste que vive la universidad”. También dijo que en el segundo cuatrimestre del año convocarán a nuevas elecciones de centros de estudiantes y después a un “congreso legítimo de la FUBA” para renovar sus autoridades.
El Consejo Superior está conformado por los decanos de las 13 facultades, cinco representantes de los profesores, cinco de los graduados y cinco de los estudiantes. La lista ganadora de las elecciones (que no se celebraban desde hacía cinco años) es una coalición multipartidaria integrada por radicales, peronistas, socialistas y espacios independientes de distintas orientaciones. El nuevo presidente es Francisco Strambini, del Movimiento Linealmente Independiente, de la Facultad de Ingeniería.
Fuentes de la UBA explicaron que esta reacción de la izquierda se produjo como consecuencia de su progresiva pérdida de influencia en los centros de estudiantes.
El Consejo Superior aprobó una resolución en la que manifiesta “su más enérgico repudio a los hechos de violencia perpetrados en el Rectorado, que provocaron graves daños en sus instalaciones y lesiones a los trabajadores de la universidad”. En la resolución, que obtuvo 24 votos a favor y cuatro abstenciones, se ratifica “lo actuado por las autoridades de la UBA” y se llama a “impulsar las acciones judiciales y disciplinarias correspondientes”.
El rector Alberto Barbieri remarcó: “El ataque al personal no docente y los destrozos provocados resultan inaceptables. Los responsables son, en algunos casos, violentos que no admiten representación que no sea la de ellos mismos”. Y agregó: “Estamos hartos de esta violencia. A las minorías y a las mayorías se las debe respetar y no puede dirimirse una discusión por medio de la violencia ni con la destrucción del patrimonio, que es el producto del esfuerzo de mucha gente”.
“El fraude lo armaron ellos mismos. Seguiremos con un plan de pronunciamientos contra el fraude”
Julián Asiner
Expresidente Fuba “Quince compañeros entraron al edificio para denunciar fraude y fueron atacados por una patota del Rectorado”
Valentín Serrano
Militante Estudiantil
solo evitar que las protestas estudiantiles deriven en la ocupación de las escuelas, sino preservar la integridad de los menores y el patrimonio edilicio.
En su fallo de 11 páginas, la Sala II cuestiona la medida que había dispuesto Liberatori: “Con la sentencia dictada (por la magistrada de primera instancia), los equipos de conducción de los establecimientos educativos ante una posible situación de tomas, llegarían al absurdo de no poder notificar al organismo de protección de derechos de niñas, niños y adolescentes instituidos legalmente y poner en conocimiento al equipo de Servicios de Asistencia Médica de la Ciudad. Ni tampoco dar aviso a los padres o representantes para que hagan ejercicio de su responsabilidad legal”.
Desde el Ministerio de Educación de la Ciudad, a cargo de Soledad Acuña, la decisión judicial fue tomada con alivio porque, se recordó, “en las tomas de escuelas ha habido agresiones entre estudiantes y destrozos de aulas e infraestructura”.
Con este fallo, que además cierra la posibilidad de seguir discutiendo el tema en el ámbito judicial, la Ciudad anticipa que aplicará el protocolo en cada intento de toma de escuelas.
Cabe recordar que varios establecimientos públicos estuvieron ocupados por alumnos durante el debate en la Cámara de Diputados de la Nación por la ley de despenalización del aborto y que el 8 de agosto seguirá la discusión en el Senado.
Si los centros de estudiantes decidieran reiterar la toma de escuelas para “presionar” el debate en favor de la aprobación de esa iniciativa, las autoridades educativas porteñas anticiparon a que aplicarán la nacion el protocolo.
En la Ciudad, en los últimos 10 años, la ocupación de escuelas públicas se ha tomado como medida habitual de los alumnos del nivel secundario para protestar por distintas cuestiones. Inicialmente, se ocupaban para reclamar mejoras en la infraestructura. Luego, casi se tomó como un rito tomar los edificios para recordar distintas desgracias ocurridas durante la dictadura como la denominada Noche de los Lápices. El 16 de septiembre de 1976, fueron secuestrados y desaparecidos varios jóvenes de La Plata que reclamaban la instauración del boleto gratuito estudiantil.
El 13 del actual, se sumó una nueva razón para ocupar escuelas: la presión de las agrupaciones feministas en favor de la despenalización del aborto. Los alumnos de varias escuelas porteñas, incluida la preuniversitaria Nacional de Buenos Aires, decidieron en asambleas ocupar sus edificios y no permitir el dictado de clases, aunque hayan afectado a otros niveles educativos.