Investigan a policías por el atentado en la comisaría
Estiman que el estallido en un baño fue parte de una resistencia a la reforma de la fuerza
Tras el atentado con un explosivo de fabricación casera en la comisaría 28, quedaron bajo investigación todos los policías que integran esa seccional, incluida su plana mayor.
El artefacto, compuesto por tres caños rellenos con pólvora y un sistema de relojería para asegurar su detonación en el momento elegido, estalló anteayer en un baño de mujeres ubicado en la planta baja de esa comisaría del barrio de Barracas. Al provocarse la explosión mediante un mecanismo de tiempo, los atacantes habrían intentado limitar al máximo el riesgo para el personal y vecinos –el baño está en un sector de acceso público–, ya que en el momento del estallido todos estaban allí pendientes del partido jugado por el seccionado argentino de fútbol en San Petersburgo. Esa situación llevó a funcionarios porteños a considerar que se estaría frente a un ataque generado por una interna policial.
Más allá de daños materiales en el baño, el atentado no provocó lesionados. Esa circunstancia fue leída por las autoridades como un mensaje mafioso promovido por sectores minoritarios dentro de la fuerza, cuyas acciones estarían dirigidas a obstaculizar la reforma policial impulsada por el gobierno porteño. El atentado se produjo pocos días antes de un importante anuncio oficial vinculado con la reorganización del sistema de seguridad.
La causa será seguida por el juzgado federal N° 1, a cargo de María Servini, donde se espera el resultado de los peritajes realizados por Bomberos. Se tomará testimonio a los agentes que prestan servicio en la comisaría 28, situada en la avenida Vélez Sarsfield 170, aunque no se podrá contar con asistencia de imágenes, ya que quienes conocen esa dependencia policial afirman que no hay cámaras en la zona cercana a ese baño.