LA NACION

Higuaín nació en Francia, pero el sábado se pondrá la camiseta que eligió

“Fue una elección con el corazón”, dijo el 9 de la selección, que debió hacerse ciudadano argentino cuando jugaba en Real Madrid

- Tomás Bence

SAN PETERSBURG­O.– Gonzalo Higuaín siente que vive una segunda oportunida­d con el selecciona­do. No fue uno de los jugadores elegidos por Jorge Sampaoli en los primeros partidos, pero el gran 2018 del Pipa en Juventus obligó al entrenador a replantear­se su convocator­ia, y hoy juega su tercer Mundial. Es cierto, todavía no convirtió, pero dice estar “tranquilo”, sabe que esa chance ya se le dará.

Fue un desahogo la agónica clasificac­ión que vivió la Argentina ante Nigeria. Los jugadores lo festejaron como una final. Así lo vivieron. “Lo tomamos como una final. Sabíamos que era ganar o morir, no nos servía otra cosa”, le dijo a la nacion Higuaín, todavía en los pasillos del estadio de Zenit. “No merecíamos quedar eliminados”, remató el número 9.

Higuaín vivirá un partido especial el próximo sábado. El Pipa nació en Brest, Francia, cuando su padre Jorge jugaba para Stade Brestois. Sin embargo, el delantero de Juventus nunca pensó jugar para el selecciona­do europeo. En 2007, cuando jugaba para Real Madrid, sacó la ciudadanía argentina, para así poder defender los colores del selecciona­do si era citado. Es más: el entrenador de la selección gala por ese entonces, Raymond Domenech, pensó en convocarlo.

Pero Higuaín nunca le dio la espalda al selecciona­do argentino. “Fue una elección con el corazón. Mis amigos, mi familia y mi fútbol son de la Argentina. No podía tomar otra decisión”, dijo en aquel entonces el jugador formado en River. Pero su debut con la celeste y blanca se hizo esperar. Recién en 2009 Diego Maradona lo hizo debutar cuando su equipo jugaba ante Perú. Esa noche, en la que Martín Palermo fue el héroe, el Pipa jugó y metió el primero.

El de pasado mañana será su primer partido ante Francia. Es más, será el primero desde aquel duelo con victoria por 2-1 para la Argentina en Francia 1978. El cruce más reciente ante los galos sucedió cuando Diego Maradona comenzaba su ciclo como entrenador. Goles de Jonás Gutiérrez y Lionel Messi le dieron el triunfo en el segundo encuentro que el ex campeón del mundo tuvo como técnico.

Al delantero argentino esa historia ya no lo conmueve. “Pasó hace tiempo”, dice. Eso sí, respeta al equipo francés que, sabe, será un rival muy difícil para el conjunto de Jorge Sampaoli. “¿Qué rival será Francia? Un equipo durísimo. Tiene jugadores en los mejores equipos de Europa. Sabemos que va a ser un partido muy complicado”, evaluó el delantero argentino.

A la selección todavía le dura la adrenalina de la agónica clasificac­ión ante Nigeria. “Qué golazo hizo, nadie lo esperaba ahí”, bromea Higuaín sobre la posición de Marcos Rojo en el segundo tanto argentino. Pero para él, ese final fue de película. “Jugábamos una final. Si empatábamo­s nos quedábamos afuera. Parecía que estaba escrito… si te dan un guión para que completes el final, qué mejor que ganarlo en el minuto 90”, remarcó. Para él, haber ganado “relaja” al equipo, que ahora sólo tendrá que concentrar­se en el encuentro del fin de semana.

“Apenas terminó el partido vivimos una alegría inmensa. Desde que el árbitro marcó el final, fue un gran momento, de mucha descarga. Fue algo merecido, pero no sólo por nosotros o el grupo, sino por todos los que nos acompañan y nos rodean”, evaluó.

El Pipa fue uno de los que estuvo en el podio de los aplausos de los hinchas en la jornada de ayer. Es más, en el momento más caliente, cuando falló una definición abajo del arco, fue cuando más lo vitorearon. “Le quise pegar fuerte por abajo”, explicó el delantero sobre esa jugada. Pero se centró en el cariño que recibió de los 35 mil hinchas que se hicieron presentes en San Petersburg­o. “Estoy muy contento. Me pone muy bien que los hinchas me valoren, que aplaudan. Creo que el equipo dio todo para poder pasar a octavos de final y el reconocimi­ento viene bien. Era muy injusto si nos quedábamos eliminados”, remarcó.

Ahora comienza un “nuevo Mundial” para la Argentina. Dejando atrás los flojos partidos que jugó ante Islandia y Nigeria, explotando todo lo bueno que mostró ante Nigeria, puede convertirs­e en un rival difícil de vencer. “Quedaron sensacione­s muy buenas”, sostuvo. “No me gusta poner candidatos ni hablar de ellos. Lo importante es que estamos en octavos, de eso hay que agarrarnos”, remarcó.

“Empieza la instancia donde pasás o volvés a casa. No hay más margen. Dios quiera que empiece el Mundial para la Argentina… pero se nos viene un partidazo”, concluyó Gonzalo. Su último gol en un Mundial fue en cuartos de final de Brasil, ante Bélgica. Ese día, la selección de Alejandro Sabella “cruzó el rubicón”, tal como lo definió el entrenador. Quizás, ayer, el equipo de Jorge Sampaoli cruzó el suyo.

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Aníbal greco / enviado especial Higuaín fue uno de los más alentados en el encuentro ante Nigeria

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