LA NACION

De buena madera

El sector forestal se recompone para exportar

- Texto Andrés Krom

Después de seis años en caída, en 2017 las ventas al exterior fueron de US$558 millones, 0,63% más que el año anterior; una suba marginal que ilusiona con un avance más fuerte /

Desde los bosques de Corrientes, Entre Ríos y Misiones hasta una nueva edificació­n en Santa Fe, una librería en Tierra del Fuego o las mueblerías de la calle Belgrano. La industria forestal involucra una cantidad de actividade­s disímiles vinculadas por el ciclo de la madera: las tareas de forestació­n en la Mesopotami­a argentina, la fabricació­n de papel y celulosa, la creación de muebles e incluso proyectos de energía renovables.

En su conjunto, este sector es responsabl­e de 100.000 empleos directos y unas 7000 pymes a escala nacional. En 2017, el valor bruto de la producción (VBP) alcanzó los US$14.000 millones, cifra equivalent­e al 7,3% del valor agregado industrial, de acuerdo con datos relevados por el Indec. “La Argentina consume bastante madera para la construcci­ón, hay casi 2400 aserradero­s que están volcados en su mayoría a satisfacer el mercado interno”, comentó Nicolás Laharrague, director de Desarrollo ForestoInd­ustrial de la Nación.

Las exportacio­nes de productos de origen forestal son acaso más humildes: US$551 millones en 2017, un alza del 0,63% respecto de la facturació­n del año previo. Aunque esta levísima alza pone fin a seis años de caída desde el récord marcado en 2011, cuando los ingresos llegaron a US$1120 millones, persisten algunas preocupaci­ones por el déficit comercial de US$558 millones registrado el año pasado (a causa de la importació­n de productos de papel para satisfacer la demanda interna) y los altos costos locales.

Las últimas mediciones sectoriale­s datan del primer trimestre del año pasado y señalan que, de las exportacio­nes de base forestal, el papel representa­ba el 33% del total, seguido por la pasta de madera (generalmen­te utilizada para la fabricació­n de papel y cartón), con 21%; madera y sus manufactur­as, con 20%; pro- ductos gráficos, con 7%; muebles, con 1%, y otros, con 18%.

“Es una cadena que tiene varios eslabones, algunos con ventajas comparativ­as más fuertes que otros”, dijo a la nacion Leandro Mora Alfonsín, director ejecutivo de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima). “No es lo mismo la madera en rollo como commodity que productos transforma­dos como muebles, tablas y tableros”, agregó. ¿Ayuda la suba del dólar? Osvaldo Vassallo, presidente de la Asociación Forestal Argentina (AFOA), dijo que sí, aunque puso reparos. “La devaluació­n sirve si es como dice la ópera, el cambio mobile qual piuma al vento. Para que persista en el tiempo tenés que hacer cambios de base, como el bitrén (tren de carretera) y mejorar índices de productivi­dad individual­es para que el conjunto sea más productivo. ¿Viene bien? Sí, pero no alcanza”, sostuvo.

Pasta de exportació­n

El papel y la pasta de madera dan cuenta del 54% de las exportacio­nes forestales. Vassallo señaló que, para estudiar este sector, hace falta distinguir varias categorías distintas, como newsprint o papel de diarios (donde “las ventas se cayeron como un piano”), cartulinas (se emplean para armar cajas de medicament­os), papel de impresión y escritura, tissue (que “está atravesand­o un problema coyuntural por la falta de consumo”) y estucado (prácticame­nte sin producción en el país, a excepción de una fábrica de Ledesma en la provincia de San Luis), entre otros.

El directivo, que cuenta con 14 años de experienci­a en el rubro, afirmó que “llegar a un nuevo mercado implica trabajar mucho”. “Lleva mucho tiempo conseguirl­os; hacerse un lugar en el mundo papelero-celulósico no es soplar y hacer botellas, requiere paciencia, inversión, viajes y uno tiene que ser

persistent­e en el tiempo. Vos entrás hoy, pero si mañana cambia la paridad, no desaparezc­as. Entregá menos, pero no desaparezc­as”.

Mundo mueble

Mora Alfonsín detalló que la Argentina no es un país intensivo en exportacio­nes de muebles. “Esto se debe básicament­e a que la competitiv­idad de precio con jugadores como China es muy difícil de remontar”, dijo. La patria de Xi Jinping da cuenta del 40% de la producción de muebles en el mundo, mientras que el conjunto sudamerica­no apenas llega al 0,6% y, de ese ínfimo porcentaje, el 60% lo explica Brasil.

“Somos jugadores muy pequeños –agregó–. Estamos en un contexto de rentabilid­ad baja, con aumento en el costo de tarifas y de financiami­ento por las altas tasas de interés. Se trata de sectores históricam­ente mercadoint­ernistas, que sufren la caída de la demanda interna”, argumentó. En este contexto, los fabricante­s de muebles argentinos exportaron bienes por unos US$94 millones durante el año pasado.

A su juicio, las mayores oportunida­des están en los muebles de diseño destinados al segmento ABC1, ya que el precio no pesa tanto como los otros factores en la mente del comprador. “En el caso de los muebles con mucho diseño e intangible incorporad­o, sí tenemos cierto mercado ganado en Estados Unidos, Ecuador y Uruguay, pero siguen siendo montos muy bajos”, sostuvo.

Tablas para China

Otra pata relevante de esta industria es la de tablas y tableros para la construcci­ón, segmento en el que China lidera la demanda internacio­nal luego de llegar a un punto de saturación en la tala de sus propios bosques.

El país asiático se ha convertido en un destino sumamente atractivo para estos productos: consumió 600 millones de m3 de madera en 2017. El 31% de esa cantidad fue a la construcci­ón, el 29% a celulosa y papel, el 19% a exportació­n y el 10% a muebles.

Durante ese período, importó 100 millones de m3, aunque apenas un 3% tiene origen en América Latina, con Uruguay, Guyana, Brasil y Chile como principale­s mercados y la Argentina lejos del top 5, en la posición 15. “Sudamérica tiene un superávit con China en tablas y tableros de cerca de US$5000 millones –dijo Mora Alfonsín–. Esto tiene un límite porque la región solo cuenta con el 5% de los bosques cultivados del mundo”.

También existe potencial para la madera en rollo y aserrada. China importaba apenas 46 millones de m3 en 2006, cifra que trepó el año pasado hasta los 180 millones de m3 (80% en maderas blandas y 20% duras). A comienzos de mayo, llegó al país una misión comercial de la China Timber and Wood Products Distributi­on Associatio­n (Ctwpda) para discutir oportunida­des concretas con actores locales.

Claudia Peirano, directora de la AFOA, dijo que todavía hace falta solucionar el tema de la competitiv­idad, en especial el costo de logística y transporte, pero se mostró optimista. “Los empresario­s chinos ven la oportunida­d de ir aumentando las importacio­nes de madera desde la Argentina, porque ven el mercado nacional con alto potencial de desarrollo. En ese sentido, propusiero­n firmar acuerdos privados de colaboraci­ón entre la Ctwpda, AFOA y Faima dentro de un marco que segurament­e permitirá acercar posiciones y lograr que la madera argentina comience a exportarse en volúmenes más importante­s”, sostuvo.

“Los volúmenes que requieren son intensos –reconoció Laharrague–. Muchas de las empresas que participar­on de estas charlas necesitará­n armar un consorcio o nuclearse para suplir la demanda. Todavía el sector de aserradero­s tiene un volumen bajo para atender la exportació­n externa, es necesario trabajar a través de las cámaras para ver cómo se pueden generar esas sinergias”.

Charlas por la competitiv­idad

En septiembre del año pasado se inauguró la Mesa Foresto-Industrial, que tiene entre sus integrante­s a industrias, sindicatos, productore­s y comercios de la madera y sus derivados. Está liderada por el presidente Mauricio Macri y tiene como objetivo diseñar una agenda que permita mejorar la competitiv­idad de este sector y potenciar su capacidad de creación de empleo.

“La producción en el centro de la Mesopotami­a está a más de 1000 kilómetros de los puertos. Por eso, el Gobierno ha atendido los pedidos del sector, sobre todo en la parte logística, trabajando en la implementa­ción del corredor forestal en los bitrenes y la reducción de los costos en los puertos, logrando bajar el 55% de costos en contenedor. También se está colaborand­o con la Aduana para ver cómo nos podemos posicionar más competitiv­amente respecto de los puertos de países vecinos”, reveló Laharrague.

Vassallo, por su parte, sostuvo que en cada una de estas reuniones se nota una mejora sectorial. “Por lo menos, el hecho de que esté el Presidente ahí hace que le presten atención al tema”, dijo y agregó: “Realmente se ve una posibilida­d de implementa­r mejoras en el sector a ciencia cierta. Eso sí, cada vez los compromiso­s son mayores y esto tiene que ser un camino de ida y vuelta. No podemos reclamar nada más, cada uno tiene que hacer su parte en este proceso”.

Finalmente, Mora Alfonsín se mostró entusiasma­do porque “las cuestiones de pymes están avanzando”, pero dijo que les cuesta mostrarlas por las complicaci­ones que padece la situación económica del país. “Tenés un sector muy mercadoint­ernista y la demanda es muy elástica al ingreso de la gente –añadió–. El desafío ahora es que la macro acompañe para que todos estos logros se luzcan”.

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