Competirán solo tres firmas por los casinos bonaerenses
En la primera licitación provincial, cinco empresas se bajaron por la inestabilidad cambiaria y Boldt apuesta a conservar el negocio
LA PLATA.– María Eugenia Vidal podrá proclamar que por primera vez en la historia de la provincia se abrió una licitación pública por el negocio del juego. Lo que la gobernadora no podrá celebrar es que por la inestabilidad financiera y la corrida del dólar se alejaron todas las empresas internacionales que podían equilibrar la compulsa con Boldt, la firma de la familia Tabanelli que opera los slots de los casinos desde hace 23 años y que quedó a un paso de retener todo el negocio por 21 años más.
De las ocho firmas interesadas inicialmente y las siete que compraron los pliegos, solo tres grupos empresarios nacionales se presentaron ayer en la licitación para administrar 3860 máquinas tragamonedas de siete casinos de la provincia de Buenos Aires.
Boldt se quedó sin rivales de peso en la licitación. Codere y Enjoy, los dos grandes competidores internacionales que se habían anotado, abandonaron a último momento la compulsa señalando los temores de sus casas matrices frente a la corrida del dólar y la inestabilidad financiera. Tampoco se presentaron Solaire y Ajest.
Así, Boldt podría retener todo el negocio dentro de un mes y medio, cuando culmine el proceso licitatorio. Se enfrentará a dos jugadores de menor envergadura: Casino de Victoria, de Daniel Mautone, y el Bingo Pilar, de Ricardo Glazman y Alejandro Gravier (marido de Valeria Mazza). Ninguno de los dos presentó una oferta por Trilenium, de Tigre, que con 1600 slots y afluencia de jugadores todo el año, es la joya de la licitación.
En el Instituto Provincial de Lotería y Casinos (Iplyc), que conduce Matías Lanusse, se abrieron ayer las cajas con los antecedentes y datos técnicos presentados por los competidores. La ceremonia se dio frente al escribano de la provincia, Daniel Rospide, y al asesor general de Gobierno, Patricio Blanco Ilari.
Oasis Entertainment (que opera el Bingo Pilar) y Casino Victoria presentaron dos cajas con las carpetas correspondientes. Boldt presentó un contenedor sellado de más de un metro de alto, que contenía cajas con 18 carpetas originales, más anexos y sus duplicados. A simple vista quedó claro que era la única firma que iba a competir por las siete salas.
Cada ofertante presentó dos sobres: el primero contiene su capacidad financiera para participar de la licitación, su experiencia en el rubro, planes de inversión y la eventual construcción de nuevos edificios para los casinos, entre otros datos técnicos.
Esta información, junto a los antecedentes de los oferentes, será analizada durante el próximo mes y medio por la provincia, asesorada por la Universidad Nacional de San Martín. Configura el 55% del “puntaje” final que obtendrán los oferentes. El otro 45% surgirá del segundo sobre que presentaron y que se mantendrá cerrado: allí se detalla la propuesta económica para la provincia. Quien ofrezca una mayor ganancia al Estado provincial se quedará con las tragamonedas.
Hoy, la provincia se queda teóricamente con la mitad de las ganancias (después de pagar premios) de las tragamonedas. Pero en realidad termina recibiendo cerca del 30% o menos, porque debe pagar los sueldos de los empleados, el mantenimiento de paños, los servicios y la seguridad, entre otros rubros. Con la licitación actual, estos gastos pasan a los operadores privados.
En enero, Vidal anunció que iba a licitar la administración de 3860 máquinas tragamonedas que funcionan en siete de los doce casinos provinciales. También anunció el cierre de otros tres casinos y un bingo. La apertura de sobres estaba pautada para abril, pero fue prorrogada hasta ayer ante el pedido de varios empresarios del juego, a raíz de las demoras que generaba tramitar las sociedades (UTE) para presentarse.
Se trata de la primera licitación pública desde que el juego quedó bajo control de la provincia, en 1995. Desde entonces, todas las habilitaciones fueron otorgadas, renovadas y “parchadas” de manera directa, sin competencia. La relación entre el juego y el financiamiento de la política fue siempre motivo de sospechas.
De las 3860 máquinas en danza, 1600 están en el Casino Trilenium, de Tigre, que además tiene una afluencia de público durante todo el año, lo que lo convierte en la “joya” que se disputan los empresarios.
Para evitar que haya ofertas desiertas por los casinos con menor facturación, Lotería decidió licitar los siete casinos en tres canastas, que combinan las salas más rentables y las menos rentables: Trilenium (Tigre) se licita junto al casino de Pinamar; el Casino Central (Mar del Plata) junto a la sala de Monte Hermoso, y el Hermitage (Mar del Plata) junto a los casinos de Tandil y Miramar. Boldt, de los Tabanelli, compitió por todos.