LA NACION

Sin arquero suplente, Túnez festejó en un Mundial tras 40 años

Derrotó 2-1 a Panamá; su última victoria había sido en 1978, cuando le ganó 3-1 a México

- Fernando Vergara

Cada uno disputa su propio Mundial en Rusia 2018. Con sus matices, Túnez de un lado, Panamá del otro. Con historias diferentes y paralelas. Y lo primero que llamó la atención antes del 2-1 de los africanos fue que el vencedor jugó sin arqueros suplentes. ¿Por qué? Quienes en la considerac­ión inicial eran el titular y el suplente quedaron afuera tras sufrir lesiones y Moez Ben Cherifia tuvo que volar a Moscú con la esperanza de que se le permitiera ser incluido en el equipo. Sin embargo, la solicitud tunecina fue rechazada por la FIFA. Con este panorama, ayer alinearon a su tercer arquero Aymen Mathlouthi, de 34 años. Curiosa situación para celebrar la primera victoria en un Mundial en 40 años: los asientos destinados a los guardavall­as suplentes quedaron vacíos y la planilla oficial figuró sin arqueros de reserva.

Atrás quedó Argentina 1978 para los tunecinos y aquel recordado 3-1 sobre México. Desde ahí en adelante, acumularon nueve derrotas y cuatro empates. Y Túnez vivió una odisea antes de conseguir su primer triunfo en el torneo, lo que le permitirá finalizar en la 24º posición. Porque el conjunto africano perdió al arquero titular Mouez Hassen a los 16 minutos del debut contra Inglaterra, cuando se lesionó un hombro en una acción con Jesse Lingard. Así, Farouk Ben Mustapha tomó su lugar en la derrota 2-1 y también jugó en la caída 5-2 contra Bélgica, antes de sufrir una lesión de ligamentos de rodilla en un entrenamie­nto. Hassen, de hecho, fue operado ayer con éxito. Para quitarle un poco de dramatismo al tema, en las últimas prácticas pudo verse al entrenador Nabil Maaloul en la función de arquero. Emblema en su país, el DT lloró de la emoción cuando escuchó el himno tunecino frente a Bélgica.

Para Túnez ganar era casi una cuestión de Estado. Días atrás, un diario local afirmó que el triunfo debía ser moral, como una obligación. Y se marcharon de Rusia con dos datos históricos: fue la primera vez que un futbolista de ese país convirtió dos goles en un Mundial, obra de Wahbi Khazri. Y, a nivel equipo, Túnez jamás había hecho más de tres tantos en un certamen. Pues bien, en Rusia marcó cinco.

Túnez se fue con una sonrisa. Por los diversos inconvenie­ntes utilizó a sus 23 jugadores, algo infrecuent­e en los mundiales. Podrían haber sido 24, pero el arquero Moez Ben Cherifia viajó de urgencia y apenas resultó un espectador. Su alegría regresará cuando vuelva a atajar en el Esperance de su país.

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