Giulietta e Romeo, una versión a la italiana y sin balcón, en la que ellas pasan al frente
El clásico de Shakespeare según la original mirada del Balletto di Roma
Revisitar los clásicos apostando a la ruptura es una de las señas particulares del Balletto di Roma, compañía de danza que hoy y mañana trae, justamente, una versión diferente de Romeo y Julieta al escenario más representativo de la italianidad en Buenos Aires, el Coliseo.
Próxima a celebrar sus 60 años de vida, la compañía tiene la mejor receta para la juventud: produce varias obras originales por año. En verdad, el Balletto Di Roma siempre ha promovido la producción y difusión de la danza italiana en Europa y el resto del mundo, atento en igual medida a la innovación y la tradición. “Nuestro repertorio está diversificado como para captar audiencias en distintos países. Y va desde el neoclásico más tradicional hasta el contemporáneo más vanguardista”, advierte Francesca Magnini, la directora artística de este elenco que presentará una obra donde las mujeres pasan al frente: Giulietta e Romeo, con coreografía de Fabrizio Monteverde, sobre la música de Prokofiev. La inversión de los nombres en el título, por supuesto, no es casual: “Giulietta en esta versión es una heroína y no solo una víctima como en el drama de Shakespeare. Ella es el motor de la tragedia”, sostiene el creador.
Los roles femeninos son los pilares de la historia, incluso aquellos que en otras obras de ballet son casi figurantes. “Las madres de las dos familias son verdaderas manipuladoras de la historia –subraya Monteverde–. La de Romeo ha sido confinada a una silla de ruedas y, sin embargo, esa condición no afecta la fortaleza de este personaje”.
Aunque la puesta es anunciada como de danza “neoclásica”, su autor no mantiene el rótulo con mucha convicción. “Podría serlo como no. Me gusta pensar que es una versión cinematográfica, en la que no he omitido nada, sino que he oscurecido algunos puntos y arrojado luz sobre otros”, define. Aquí, la tragedia de Shakespeare se sitúa en la Italia de la segunda posguerra, tiene una duración de 105 minutos y... carece de balcón. Los doce personajes sufren, aman y mueren junto a una pared bombardeada.
Pieza fundamental del repertorio del Balletto di Roma, Giulietta e Romeo no es contemporánea de la ola de feminismo que atraviesa hoy los continentes. Data de 1989 y fue repuesta en varias oportunidades. La apuesta que la compañía romana hace a la innovación es clara en más de un sentido. Su directora artística tiene una vertiente interdisciplinaria que incluye gimnasia artística, música coral, estudios de posgrado en teoría de la danza y nuevas tecnologías, y millas acumuladas por su experiencia internacional. “Pasé mucho tiempo en Amsterdam: allí mi investigación se intensificó y enriqueció. De 2009 a 2012 ha habido un florecimiento de reuniones entre coreógrafos e investigadores –sostiene Magnini–. La noción de lo que es una dirección artística está cambiando en todas partes. Ya no es solo una visión coreográfica, sino una multiplicidad de miradas”.
En cuanto a las innovaciones tecnológicas, este año los romanos harán una coproducción con Ariella Vidach y su compañía AIEP: Aventuras en helicóptero. “El alcance de las nuevas tecnologías me interesa mucho”, subraya la directora. De eso se trata la otra obra que el Balletto di Roma presentará hoy por la mañana en una función para chicos de escuelas de Buenos Aires. “La relación con los espectadores más jóvenes es fundamental: no hay público sin formación de espectadores”, enfatiza Magnini.