Aún en shock, el diario relató su propia tragedia
Capital Gazette describió el tiroteo en su redacción y dejó en blanco la página editorial
ANNAPOLIS.– Todavía en shock por el ataque en su redacción, el diario Capital Gazette, de Annapolis (Maryland), que sufrió anteayer un tiroteo en el que murieron cinco de sus integrantes, publicó en su edición de ayer la cobertura de su propia tragedia y dejó en blanco la página editorial en honor a las víctimas.
“Cinco muertos por disparos en
The Capital”, fue el titular de la tapa, y debajo se publicaron las fotos de los muertos (los periodistas Gerald Fischman, Rob Hiassen, John Mcnamara y Wendi Winters, y la asistente de ventas Rebecca Smith). Fischman era quien estaba a cargo de la página editorial.
Si bien el diario cubrió la noticia minuto a minuto desde su portal web, en la edición impresa de ayer, en contraste con el titular del diario, la pagina editorial enunció: “No tenemos palabras”. Mantuvo el resto del espacio de la página en blanco para conmemorar a las cinco víctimas. De todas formas, el diario aclaró que hoy volverá a su tarea “de ofrecer a los lectores una opinión formada del mundo”.
Dentro de la edición de ayer del diario, además de la cobertura general sobre su propia tragedia están las semblanzas de los cinco muertos en este nuevo episodio de la violencia armada en el país.
Miembros del equipo del diario que sobrevivieron al tiroteo –ejecutado por Jarrod W. Ramos, un hombre de 38 años que desde hace varios años mantenía una mala relación con el periódico– trabajaron fuera de la sede tras la masacre. Se ubicaron en un estacionamiento e incluso en la parte trasera de una pick-up. “No sé que más hacer sino esto”, dijo el reportero Chase Cook. “Estaremos haciendo circular un diario mañana [por ayer]”. Según publicó The Capital Gazette, Phil Davis, un reportero de policiales que estaba en la redacción en el momento del tiroteo, fue uno de los periodistas que describió el escenario caótico, donde múltiples personas recibieron disparos, mientras que él y otros compañeros se escondieron debajo de sus escritorios.