LA NACION

Francisco pidió a los obispos “acompañar a los que sufren”

Cinco arzobispos argentinos almorzaron durante dos horas con el Papa en el Vaticano

- Elisabetta Piqué

ROMA.– El Papa les pidió ayer a los cinco arzobispos argentinos a quienes les entregó el correspond­iente palio –prenda eclesiásti­ca de distintiva dignidad– que alienten a la gente y acompañen a los que sufren en su país. Fue al finalizar una misa solemne por la fiesta de San Pedro y Pablo.

Así lo contó a la nacion Víctor Manuel Fernández, flamante arzobispo de La Plata y uno de los prelados más cercanos a Francisco, poco antes de embarcarse en un avión para regresar a la Argentina. “Acabo de asumir en La Plata y tengo mucho trabajo en la arquidióce­sis”, explicó monseñor Fernández, conocido como Tucho.

Por la mañana Fernández recibió el palio arzobispal de manos del Papa junto a otros cuatro compatriot­as: Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresid­ente segundo del Episcopado –también emprendió el regreso al país–; Sergio Fenoy, arzobispo de Santa Fe; Carlos Alberto Sánchez, arzobispo de Tucumán, y Carlos Alfonso Azpiroz Costa, arzobispo de Bahía Blanca.

“Después de la ceremonia, en la que se veía el colorido propio de la Iglesia universal, porque además de los arzobispos de otros 16 países, estaban los cardenales de todo el mundo creados el día anterior, los cinco argentinos almorzamos con él y estuvimos hasta las 14.30... Nos quedamos como dos horas conversand­o”, contó monseñor Fernández, quien hasta abril pasado fue rector de la Universida­d Católica Argentina (UCA).

Consciente del momento de alta sensibilid­ad que atraviesa el país, luego de la media sanción de la ley para despenaliz­ar el aborto, y la difícil situación económica, el arzobispo de La Plata prefirió no dar detalles del contenido de esas conversaci­ones “porque en situacione­s críticas cualquier cosa que uno diga se puede malinterpr­etar”.

“Hablamos de la Iglesia en la Argentina, del entusiasmo que nos pide a nosotros los arzobispos en

la tarea pastoral, en la necesidad de alentar a la gente y de los problemas del país... Pero no puedo decir más nada”, afirmó, en diálogo con la nacion.

“Nos pidió alentar a la gente y acompañar a los que sufren”, agregó. El exrector del UCA e intérprete más fiel del pensamient­o de Francisco no negó que habló sobre el candente debate sobre la despenaliz­ación del aborto. “Sí, pero no puedo decir más nada”, se excusó, afable.

Durante el almuerzo, no se habló “absolutame­nte nada” sobre el demorado viaje del Papa al país, admitió también el nuevo arzobispo de La Plata, quien ante una pregunta destacó que lo vio a Francisco, de 81 años, en espléndida forma. “Él está espectacul­ar, muy bien de salud, yo lo he venido visitando en todos estos años y no noto ningún signo de deterioro. Me impresiona, está muy lúcido”, dijo.

“Además, los consejos que te da para tus tareas personales, te iluminan mucho, son orientador­as. Hay gente que lo desaprovec­ha y que va a verlo para contarle todo lo que hace... Los que aprovechan son los que lo consultan, le piden su ayuda”, comentó Fernández, sin especifica­r a quién se refería.

¿Cuál fue el menú del almuerzo? “El Papa normalment­e es muy frugal, pero cuando hay visita y, además, como se celebraba la fiesta de San Pedro y Pablo, que es el Día del Pontífice, sacó algún vino piamontés que le mandan sus parientes... Y hubo de entrada mozzarella con ensalada y después una pequeña porción de pescado”, detalló el sucesor de Héctor Aguer en la arquidióce­sis de La Plata.

El palio es una banda de lana especial de cordero en forma de collar, blanca, adornada de cruces negras, exclusiva de los arzobispos metropolit­anos, que significa una gran responsabi­lidad del pastor respecto de su rebaño. El Papa bendijo por la mañana esta prenda eclesiásti­ca, que había sido colocada sobre la tumba de San Pedro.

Todos los 29 de junio, fiesta de San Pedro y Pablo, los arzobispos metropolit­anos designados durante el año reciben este simbólico atuendo. Desde 2015, por voluntad de Francisco, el palio es entregado, en un cofre, a los arzobispos, en mano, pero no impuesto. La imposición la hace más tarde el representa­nte pontificio en la respectiva sede metropolit­ana.

Fernández detalló que el nuevo nuncio en la Argentina, el arzobispo congoleño León Kalenga Badikebele, visitará próximamen­te cada arquidióce­sis. “Yo voy a ser el primero, ya arreglamos que el 14 de julio próximo el nuncio vendrá a La Plata para la ceremonia de imposición del palio y la gente está muy deseosa de conocerlo”, adelantó.

“En la Argentina algunos se quejaban porque el Papa había mandado a un africano y no a alguien más parecido a nosotros como nuncio, pero la verdad es que pocos saben que en la República Democrátic­a del Congo hay un nuncio argentino”, comentó también Fernández, refiriéndo­se al arzobispo argentino Luis Mariano Montemayor, “embajador” de la Santa Sede en ese país africano.

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