Agroindustria anunció el fin del monotributo social agropecuario
El beneficio, que es de costo cero para la agricultura familiar, cesa a fin de año
El Ministerio de Agroindustria de la Nación confirmó el fin del monotributo social agropecuario (MSA) desde fines de diciembre próximo, según un comunicado difundido anteayer por el organismo. El MSA es una herramienta que hoy tiene costo cero para los agricultores familiares incluidos en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar que facturan hasta 72.000 pesos por año.
El organismo dispuso que entre el
2 del mes próximo y el 10 de agosto los actuales beneficiarios deban reempadronarse. Quienes lo hagan conservarán el beneficio de manera gratuita hasta fin de año. “A partir del
1º de enero de 2019, los productores mantendrán su inclusión en el Registro de Efectores Sociales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y serán beneficiarios del actual monotributo social (MS), manteniéndose así el aporte del 75% del beneficio a cargo del Estado Nacional o podrán optar por darse de baja del régimen”, señaló el comunicado.
Queda implícito que el 25% del beneficio ($268 por persona) que hoy es cubierto por Agroindustria, desde 2019 deberá ser pagado por el agricultor familiar que, también deberá pagar la proporción del beneficiario adherente (obra social para integrantes de la familia), por lo que la carga para el pequeño productor resultaría considerable. Desde el organismo señalaron que el MSA implica una erogación mensual de “$30 millones” para cubrir “unos 55.000 beneficiarios titulares y aproximadamente 50.000 adherentes”. En una reciente entrevista con la
nacion, Santiago Hardie, secretario de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial, reconoció que el beneficio estaba bajo revisión: “Lo estamos revisando, porque a mí particularmente es una figura que no me termina de convencer”. Añadió que “a veces es bueno que quien tiene un beneficio como este pueda pagar esos $268 de la obra social. A muchos, durante mucho tiempo le pagaste el cien por ciento del MSA e intuyo que productores con alto grado de necesidad y de vulnerabilidad quizás tienen un monotributo porque alguien fue se lo hizo llenar y ni lo usa; ni se acuerdan que lo tienen, y el Estado pone un montón de guita ahí”. El MSA fue creado en 2009, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, para formalizar la comercialización en el segmento de productores rurales más pobre y para garantizarles una obra social y aportes previsionales.
Agustín Suárez, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), dijo a que el MSA es la única la nacion herramienta que regulariza la actividad del agricultor familiar. “Este siempre fue un sector condenado a la informalidad, a que toda su cadena de producción fuera en negro, con los perjuicios que ello conlleva”, señaló. Desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena, Diego Montón aseguró “lo que ocurre con el MSA es otra muestra de que desde el Estado se tiende a estigmatizar la agricultura familiar, para presentarla como una actividad inviable” y advirtió sobre el riesgo de que el sector “vuelva a caer en la informalidad por la imposibilidad de muchos campesinos de cubrir los costos del MS”.
Ante la falta de respuestas de Agroindustria a los reclamos para acceder al MSA, cuatro productores de la UTT presentaron un amparo en la Justicia Federal en lo Contencioso Administrativo para pedir que se dé curso a la petición de alta. Francisco Caputo, asesor legal de la UTT, dijo que “el objetivo es conseguir una medida que ordene una inscripción preventiva y, luego, una sentencia que reestablezca los derechos”. Ayer 22 organizaciones de agricultores familiares firmaron un comunicado en el que rechazaron la medida dispuesta por Agroindustria.