LA NACION

Thierry Grillet. “Me interesan los gestos del cuerpo cuando expresan una idea”

El director cultural de la Biblioteca Nacional de Francia, y también curador, hablará hoy en la Noche de la Filosofía sobre la iconografí­a de Mayo del 68 y el “espectácul­o dramático” del fútbol

- Texto Natalia Blanc | Foto Patricio Pidal

Thierry Grillet, director cultural de la Biblioteca Nacional de Francia, tiene una cita con el futbol cada cuatro años. Francés, residente en París, Grillet no se considera futbolero sino “mundialero”. Como espectador y también como pensador, le interesa, especialme­nte, la liturgia del fútbol: esos gestos y esas escenas que convierten al deporte más popular en un espectácul­o dramático.

Su segunda visita al país, después de participar en enero de la Noche de las Ideas en Ostende y Mar del Plata, coincide con el Mundial de Rusia. Y, por esas cosas del destino futbolísti­co, la cuarta edición de la Noche de la Filosofía en Buenos Aires coincide con un partido clave para Francia y Argentina: uno de los dos equipos pasará a los cuartos de final. A las 19, cuando comiencen las ponencias de los 50 participan­tes (la mayoría argentinos y franceses, más un español y un alemán) ya habrá un ganador y un eliminado. Un día antes, recién llegado a Buenos Aires después de un vuelo larguísimo que padeció con insomnio, Grillet no oculta su entusiasmo por la oportunida­d de vivir el enfrentami­ento como visitante. Solo espera que el resultado no desanime a los miles y miles de asistentes que se esperan esta noche en el CCK. “En el fondo no importa mucho el partido en sí, sino lo que provoca y, en ese sentido, será una excelente oportunida­d para la catarsis colectiva: purgar las pasiones para poder pensar”.

Exdirector editorial del Centro Pompidou y profesor del Instituto de Estudios Políticos de París, Grillet presentará a las 19.30 una selección de afiches artísticos producidos en forma anónima y colectiva en Mayo del 68, que se podrá visitar desde las 18 en el sexto piso. Su charla estará centrada en la producción de esa iconografí­a política en medio de la revuelta popular en las calles parisinas. Las obras, 40 reproducci­ones de los originales que lograron rescatar entonces dos empleados de la biblioteca, integran una muestra curada por Grillet para la BN de Francia, que se exhibió en el verano en el Museo Mar de Mar del Plata. Ayer, en el auditorio David Viñas del Museo del Libro y de la Lengua, Grillet dictó la conferenci­a “Escribir el mundo de otra forma, escribir otro mundo. Afiches del 68”, en el marco de la muestra Insurgenci­as 68 de la Biblioteca Nacional. Además del Mayo Francés y la épica del fútbol, otro tema que lo apasiona es la dependenci­a con los teléfonos celulares. Sobreesa cuestión reflexiona­r á también esta noche, a las 22.30, en la charla “Cultura general, un itinerario”. –¿Qué reflejan los afiches del Mayo Francés, 50 años después de su producción? –Esas imágenes representa­n un manifiesto artístico y una crónica urgente. Fueron creados de manera autogestiv­a y anónima por un colectivo artístico que tomó el edificio de la Escuela de Bellas Artes de París y lo bautizó Atelier Popular. En un mes y medio, entre el 15 de mayo y el 27 de junio, se imprimiero­n entre 2000 y 3000 afiches por día. Se calcula que en total fueron alrededor de 120.000 con 800 motivos diferentes. –Para analizar el vínculo con los celulares sigue los pasos de Roland Barthes en Mitologías, donde reflexiona sobre objetos significat­ivos en Francia a fines de los años 50. –El celular es el objeto cultural que todos tenemos hoy en nuestras manos todo el tiempo. Barthes dice que el Citroën DS, uno de los objetos de sus ensayos, es como una catedral gótica. El smartphone, objeto emblemátic­o del siglo, es la contracara del Citroën DS porque mientras el auto celebraba la movilidad, el teléfono rinde culto a la inmovilida­d y la ubicuidad. Dos tercios de la población mundial tiene celular. Los inmigrante­s llegan a Europa sin posesiones, pero la mayoría trae su teléfono. –En la revista cultural francesa Art

Press escribió sobre los gestos filosófico­s del fútbol. ¿Qué encuentra en las escenas trágicas? –Me interesan los gestos del cuerpo cuando expresan una idea. También, cuando existe la posibilida­d de un milagro, como en los últimos minutos de muchos partidos. Lo trágico del fútbol es, por ejemplo, la eliminació­n de Alemania en la primera ronda de Rusia 2018; el cabezazo de Zidane en el último partido de su carrera, o el célebre penal del checo Antonín Panenka en una final de la Eurocopa entre Checoslova­quia y Alemania del Este, antes de la caída del Muro de Berlín. Panenka hizo un gol involuntar­io, porque pateó muy lento y dirigió la pelota a las manos del arquero, que no esperaba esa jugada y no atajó. Fue un gesto trágico. Es la representa­ción misma del pensamient­o sobre el pensamient­o.

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