Un viñedo único
El paisaje inigualable del viñedo Adrianna de la Familia Catena Zapata ofrece los vinos más premiados de la Argentina y la inspiración para el libro de pinturas del artista Ariel Mlynarzewicz
Pinceladas gruesas, intensas de color y espesura, a través de montañas, uvas y cosechas: así es el libro de pinturas Viñedo Único ,delrenombrado artista plástico Ariel
Mlynarzewicz, presentado por Catapulta Editores. A lo largo de más de 150 páginas, Ariel retrató en 135 lienzos las infinitas facetas del viñedo Adrianna, de la familia Catena Zapata, ubicado en el Valle de Uco mendocino a 1500 metros de altura. Enmarcadas entre picos nevados y suelos áridos, se ven las vides rebosantes de fruta y los cosechadores en la vendimia, los espalderos de malbec y las piedras prehistóricas, los rojos intensos y los grises del desierto. “Soy un pintor de sensaciones”, explica Ariel, discípulo de Carlos Alonso.
La pregunta surge inevitable :¿ por qué este viñedo es único? La respuesta la da la ingeniera agrónoma Belén Iácono, del equipo de Catena Zapata .“la primeras vi des del viñedo Adrian na se plantaron en 1993, en Tupungato Alto, en Mendoza, un lugar elegido por su elevada altura. Nunca se habían cultivado vides por allí. Y esto se hizo buscando un microclima más frío, donde cosechar uvas que produjeran vinos de un sabor diferente, más intensos, de mayor complejidad”, explica.
Por cada cien metros de altura adicional sobre el nivel del mar, la temperatura baja un grado. A 1500 metros, el clima se torna extremo. El sol de día, tan intenso como presente; las noches frías. “Nicolás Catena Zapata es conocido por su espíritu pionero. Ya a comienzos de los años ochenta revolucionó las técnicas de vinificación mendocinas, logrando vinos que nos distinguieron internacional mente. Pero Nicolás quiso aún más y comenzó a experimentar en los inicios de los noventa en el aspecto agrícola, con las plantas, con el microclima en el que se desarrollaban. A este nuevo viñedo de altura lo denominó Adrianna, el nombre de su hija menor”.
Los mal becy los ch ar don na y planta dos allí producen uvas diferentes. “Logran vinos de una intensidad superior, con aromas y sabor desconocidos para la enología tradicional. Los críticos internacionales dijeron que era algo realmente nuevo en el mundo y les otorgaron las mayores calificaciones. y así esta zona se puso de moda”, cuenta Belén.
Ala horade analizar el lugar, la ura Catena (hija de Nicolás, graduada como bióloga en la Universidad de Harvard) descubrió que la amplitud térmica, humedad y radiación eran parte de lo que hacía que este viñedo fuese único. Sobre todo investigó la conexión entre la radiación vi gente a mayor altura ylacom posición química del jugo de las uvas, concluyendo que la cercanía al sol influía directamenteen la calidad. pero también los suelos juegan un papel protagonista, y en esto Laura recibió la influencia del Barón Eric de Rosthchild, dueño del mítico Chateaux Lafite en Francia, quien asegura que la calidad de un vino depende en exclusiva de su
terroir. “Son suelos aluvionales, formados miles de años atrás, como parte del lecho de un antiguo río”, explica Belén. “Esto generó una diversidad enorme, que nos llevó a separar la fin caen pequeñas parcelas, con vistas a maximizar la calidad. Así, Laura inició en Argentina los llamados ‘vinos de parcela’, la evolución futura de la vitivinicultura mendocina”, culmina.
Un viñedo único en el mundo precisa que se lo interprete de manera también única. De eso se tratan los vinos que nacen allí y los cuadros de Ariel Mlynarzewicz.