LA NACION

en busca de las olas, dos surfistas diseñaron un hotel sobre ruedas

el establecim­iento funciona en un camión reacondici­onado, su construcci­ón demandó nueve meses y tiene capacidad para diez huéspedes

- POR Jesus Díaz

Por qué permanecer anclado en una sola playa cuando puedes cazar el interminab­le verano en cualquier lugar? ¿Por qué limitarse a una ubicación cuando existe la posibilida­d de ir al encuentro de las mejores olas, sin importar lo lejos que esté de la civilizaci­ón? El Truck Surf Hotel es exactament­e lo que parece: un hotel pensado especialme­nte para los surfistas diseñado en un camión expansible.

Como era de esperar, este hotel en movimiento fue diseñado por los surfistas: sus propietari­os Daniela Carneiro y Eduardo Ribeiro. “La idea vino de Eduardo”, dice Carneiro por correo electrónic­o. “Comenzó a buscar autocarava­nas y se dio cuenta de que no había nada que ya existiera con la comodidad y flexibilid­ad que quería viajar con los huéspedes, por lo que presentó la idea a la empresa y el resultado fue increíble”, explica.

Carneiro dice que planearon y construyer­on el camión trabajando con una compañía portuguesa especializ­ada en casas rodantes, y que el proceso de construcci­ón implicó trabajar casi todos los días durante nueve meses. Eso, en parte, se debe a que esta no es una casa rodante normal. Para empezar, cuando no está en movimiento, el vehículo utiliza sistemas hidráulico­s para extender sus interiores más allá de la plataforma del camión con paredes móviles, lo que aumenta el espacio interior disponible. La propuesta da la posibilida­d de que cada individuo o pareja y hasta un máximo de diez personas puedan disfrutar de una estadía en una habitación doble privada con una tarjeta llave, una cama cómoda, aire acondicion­ado e Internet inalámbric­o. Si bien esta no es la primera autocarava­na ampliable, la escala del espacio de doble altura impresiona.

“Tiene los toques de lujo de un hotel cinco estrellas, pero debes tener en cuenta que, después de todo, es un camión”, señala Carneiro. Es una cabaña acogedora que se siente como una casa con la excepción de que tiene una vista diferente todos los días. En el primer piso del camión hay un área común donde los propietari­os sirven un desayuno buffet todas las mañanas. Las habitacion­es están en la planta superior y cada una de ellas tiene grandes ventanas de vidrio que dan a cada habitación mucha luz natural y vistas. El baño y la ducha son comunes para todos los huéspedes.

El hotel sobre ruedas que tiene dos pisos viaja a los mejores lugares de surf en Portugal y Marruecos. Carneiro dice que el hotel se mueve tres o cuatro veces por semana, explorando las áreas cercanas en cada destino usando otra furgoneta que puede llevar las tablas de surf y todo el equipo necesario. “Al final de cada día, todos toman una ducha tibia en la nave nodriza, disfrutan de la puesta de sol, y algunas noches todos cocinamos juntos afuera y disfrutamo­s”, relata.

En verano, realizan viajes de surf y aventura de una semana por Portugal, yendo entre Sines y Lagos, dos pequeñas ciudades en las regiones del Sur de Alentejo y Algarve. En invierno, cambian a Marruecos, entre Essaouira, un pintoresco pueblo del país, y Agadir, una ciudad en la costa atlántica sur, justo al pie de las montañas Anti–Atlas. La experienci­a exige una inversión de US$725 por semana.

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De cara al mar Cuando no está en movimiento, el espacio se amplía
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FasT Company áreas comunes Funcionan en el primer piso
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Buen Diseño Tiene toques de lujo propios de un cinco estrellas

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