LA NACION

Milagro en Tailandia

alivio. Luego de nueve días de búsqueda, los buzos localizaro­n al grupo

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Encuentran vivos a 12 chicos atrapados en una cueva.

BANGKoK.– El milagro que todos esperaban se produjo. Los 12 chicos tailandese­s de un equipo de fútbol desapareci­dos junto a su entrenador el 23 de junio dentro de la profunda gruta subterráne­a Tham Luang Nang Non, en la frontera con Myanmar, fueron encontrado­s sanos y salvos.

El grupo fue hallado por buzos de la marina de Tailandia en un paraje seco de la enorme cueva a más de tres kilómetros de la entrada y se precisó que la evacuación no se realizará de inmediato, hasta que los socorrista­s evalúen las mejores condicione­s para hacerla.

“Encontramo­s a los 13 sanos y salvos”, dijo Narongsak osatanakor­n, el gobernador de la provincia de Chiang Rai, que dirige el rescate desde el interior de la gruta.

Los chicos desapareci­eron después de que una inundación los dejara atrapados dentro de la cueva en Chiang Rai.

La conferenci­a de prensa en la que se informó sobre el hallazgo de los chicos resultó escasa en detalles sobre las condicione­s en que se halla el grupo, que hasta ahora se contactó solo con algunos buzos que llegaron hasta ellos, tras dos días de extenuante exploració­n a través de muchos pasajes casi infranquea­bles por el agua y el fango.

La llegada de médicos adiestrado­s en buceo está prevista para las próximas horas.

La noticia se dio alrededor de las 22, hora local, en medio de una explosión de alegría en el campamento base de las operacione­s de socorro, en el cual trabajan expertos de distintos países junto a sus pares tailandese­s.

Al ser difundida la informació­n en toda Tailandia, un júbilo incontenib­le contagió a la población, que sigue el rescate hora tras hora con el lema “Traigámosl­os a casa”. Decenas de parientes de los desapareci­dos no podían creerlo. fue una feliz coronación de una desesperan­te cantidad de días sin noticias sobre los chicos. “Estoy tan feliz que no puedo pensar en otra cosa”, le dijo un padre al diario tailandés The Nation.

El estallido colectivo resultó comprensib­le, pues muchos temían que, pese a las declaracio­nes optimistas de las autoridade­s, el grupo no estuviera con vida.

Pasaron más de 22 horas incomunica­dos en la oscuridad total y con provisione­s de comida y agua probableme­nte suficiente­s apenas para la excursión de media tarde a la que habían salido cuando quedaron atrapados, sorprendid­os por un fuerte temporal.

El primer ministro tailandés, Prayuth Chan-ocha, agradeció públicamen­te a los socorrista­s, que en los últimos días se transforma­ron en un verdadero grupo de tareas multinacio­nal, con la participac­ión de estadounid­enses, británicos, chinos, australian­os y japoneses. Pasado el alivio de haberlos hallado vivos, el desafío ahora es mantenerlo­s con fuerzas antes de volver a sacarlos a la superficie en el menor lapso posible. El gobernador Narongsak agregó que “la operación no está concluida”.

Los socorrista­s –ayudados por decenas de bombas para desagotar la gruta de agua acumulada– emplearon casi 60 horas para liberar los túneles del barro que había obstruido espacios estrechos por los cuales puede pasar una sola persona a la vez, con el riesgo permanente de que nuevas lluvias cancelen los avances y pongan en riesgo las vidas. Una primera elección será definir si hay que transporta­rlos lo antes posible o nutrirlos en el lugar por algunos días, pues hay que tomar en considerac­ión que son chicos de 11 a 16 años sin experienci­a de buceo y debilitado­s.

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L. suwanrumph­a/afp Un familiar muestra la última foto de los chicos atrapados en la cueva

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