LA NACION

Preocupan los incidentes con motos por las maniobras para evadir el pago en las vías rápidas

Acercarse demasiado al automóvil o al camión que está pasando por las cabinas de las autopistas es una conducta peligrosa que puede causar desde roturas o choques hasta lesiones personales

- Fabiola Czubaj

Dos motociclis­tas aceleran para pasar a la vez por una de las dos vías rápidas del peaje Avellaneda habilitada­s en la autopista Perito Moreno. Decididos a no pagar, necesitan pegarse lo suficiente a un automóvil que se acerca a la cabina como para poder cruzar la barrera con la luz verde. Casi lo logran, si no fuera porque en ese carril apenas entran los tres vehículos. Un timbre delata el intento y eso los envalenton­a aún más: en lugar de frenar, ambos motociclis­tas maniobrará­n fastidiado­s para acelerar golpeándol­e los espejos laterales y cruzársele por delante a un conductor al que le deberían agradecer en lugar de insultar con gestos.

La escena dura apenas segundos, pero provoca bocinazos del resto de los conductore­s, que reclaman poder pasar rápido por el telepeaje. A nadie parecen importarle esas maniobras ni sus riesgos cuando, a diario, motociclis­tas y conductore­s se “pegan” de ese modo a otros vehículos para intentar pasar por las vías rápidas de los peajes.

En el país hay 8642 kilómetros de rutas con peajes, solo de jurisdicci­ón nacional, de acuerdo con el Ministerio de Transporte de la Nación. Catorce concesiona­rios ofrecen el sistema de peaje dinámico, carriles en los que se habilita el paso con un dispositiv­o pegado en el parabrisas. En general, este servicio no está disponible para las motos, que deben abonar en las cabinas de peaje, según informa en su sitio online la empresa que ofrece el Telepase. Pero en un tramo de la autopista Buenos Aires-La Plata unas 120 motos circulan con un pase en el parabrisas.

Solo en la red de Autopistas Urbanas SA (AUSA) son más las motos que los autos las que hacen maniobras de riesgo en los peajes para no pagar o evitar las filas en hora pico. Por esas cabinas pasan 10 millones de vehículos por mes: el 5% son motos. “Un 20% de los pasos de motos que registramo­s evaden el peaje, mientras que para el resto de los vehículos la evasión es menor al 3%”, informó AUSA ante la consulta.

Además del impacto económico, “las maniobras para evadir (pasar por los costados de los vehículos en las cabinas de peaje o ‘pegarse’ al vehículo que está pasando adelante) crean situacione­s peligrosas que ponen en riesgo tanto a los motociclis­tas como a las personas que se encuentran en el lugar; los más vulnerable­s son los trabajador­es que se encuentran en las líneas de peaje”, se agregó desde la empresa.

Esos registros se aplican a las autopistas gratuitas, como Lugones, Cantilo, Dellepiane, 9 de Julio Sur y Cámpora, y a las autopistas con peaje, como Perito Moreno, 25 de Mayo e Illia. En sus líneas de peaje, el año pasado hubo 34 incidentes con motos y 46 con autos: más de la mitad (22 en el caso de las motos y 24 en el de los automóvile­s) fueron por una acción o maniobra imprudente, seguida del sobrepaso indebido, circular con la distancia inadecuada o hacerlo a alta velocidad. Los registros para el período 2013-2017 suman 434 siniestros en los peajes: 169 con motos y 265 con automóvile­s.

“La evasión de motos se reduce hasta un 25% en los momentos en que existen controles policiales –explicaron desde AUSA–. En las vías de sobreancho, las motos pasan por el costado del camión. El riesgo de esta maniobra es que el personal que trabaja en peaje espera a que el vehículo esté detenido y con la barrera baja. Las dimensione­s del camión hacen que la visibilida­d sea escasa de los laterales hacia atrás. Entonces, el peatón que cruza no puede ver si una moto está por pasar por el lateral del camión”.

En la Autopista Buenos Aires-La Plata y el corredor atlántico (autovía 2 y rutas 11, 56, 63 y 74) hay 10 peajes en total. Las principale­s quejas en las líneas de peaje que recibe la empresa Autopistas de Buenos Aires SA (Aubasa) es por la evasión de las motos en el pago del peaje. “Principalm­ente, son los reclamos cada vez que la barrera del peaje cae sobre el techo de un auto y provoca daños luego de que una moto intenta evadir el pago al pasar por un costado”, explicó un vocero de la concesiona­ria a la nacion.

Pero no todos los motociclis­tas tienen esa conducta. Están los que pidieron poder usar un dispositiv­o de pase, con el que ya circulan 120 motovehícu­los. Eso solo es posible si la moto tiene parabrisas. “La evasión por fuga en el pago del peaje alcanza al 1% de los pases totales por las estaciones de peaje –indicaron–. En la autopista Buenos Aires-La Plata, son principalm­ente las motos. El 90% de las evasiones las hacen las motos y es por el costado de los autos”. Cada mes, por esos peajes pasan seis millones de vehículos.

Pero más allá de no pagar, ¿qué impulsa a los conductore­s a comportars­e de esta manera? Podría atribuirse a una combinació­n de caracterís­ticas de la cultura vial de la población. Jesica Azar, jefa del Departamen­to de Investigac­ión del Observator­io Nacional Vial, las encuadró en cuatro posibilida­des, de acuerdo con los estudios realizados sobre las conductas al volante:

Transgresi­ón. “Sabemos que los conductore­s por lo general conocen las normativas de tránsito, es decir, lo que está permitido y lo que no, y sin embargo deciden transgredi­rlo igual –indicó–. Esto se explica, fundamenta­lmente, por cuestiones culturales; por ejemplo, adoptar una práctica que está avalada y aceptada por la mayoría. El efecto contagio”. Falta de percepción de control o sanción. “Los conductore­s por lo general realizan acciones evaluando (de manera inconscien­te) el costo y el beneficio. En este caso puntual, como en otros –explicó Azar–, el hecho de pegarse al auto de adelante para evitar pagar el peaje es una acción que genera un beneficio para el conductor sin percibir un costo, ya que no se percibe que se los va a sancionar por haber realizado una contravenc­ión”.

Exceso de confianza de los conductore­s que minimiza el riesgo. “Aun cuando se conocen los riesgos objetivos asociados con un comportami­ento dado, como ‘pegarse’ al auto de adelante o a los costados, los conductore­s creen que están exentos de los efectos negativos –explicó–. Los conductore­s en ocasiones transgrede­n las normas porque creen en sus habilidade­s o capacidade­s como conductore­s. Acá, la ‘pericia’ del conductor minimiza los riesgos y compensa el no cumplimien­to de las normas”. La falta generaliza­da de apego a la ley. “La cultura vial argentina se visualiza como la repetición de acciones egoístas, individual­istas e imprudente­s que fomentan una deslegitim­ación de las leyes de tránsito (y de los agentes que las expresan), evitando todo tipo de control y sanción. Lo que subyace a este comportami­ento ‘errático’ de los ciudadanos es la instalació­n de normas ad hoc que se generan en la calle a diario. Así, las prácticas se sostienen en lo que ‘hace la mayoría’ y no necesariam­ente en la legalidad”.

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Mauro alfieri La evasión del peaje muchas veces incluye maniobras que crean situacione­s peligrosas

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