Con la izquierda, también las mujeres llegan al poder

Por primera vez, una gobernará la capital; otras ocho estarán en el gabinete de AMLO

CIUDAD DE MÉXICO.– Claudia Sheinbaum es vista como una rara avis en la política mexicana. Licenciada en Física y doctora en Ingeniería Energética, esta dirigente de 55 años, dueña de un estilo medido y pragmático, se convirtió anteayer en la primera mujer elegida en la historia que gobernará la capital de México, una de las ciudades más grandes de América Latina.

Con un arrasador 47% de los votos, la candidata del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, a gobernar esta capital le arrebató el poder al histórico Partido de la Revolución Democrática (PRD), que había tenido el control durante más de dos décadas. Además, con este triunfo, la futura jefa de gobierno hizo saltar por los aires el tablero político, ya que por primera vez en décadas la Ciudad de México y el gobierno federal estarán controlados por la misma coalición política, Juntos Haremos Historia, liderada por López Obrador.

La llegada de Sheinbaum a esta estratégica capital inaugura una nueva cultura política donde la mujer tendrá un activo protagonismo en las políticas públicas nacionales. Toda una novedad que se dará de bruces con la idiosincrasia machista que caracteriza al pueblo mexicano. En efecto, ya en diciembre López Obrador había anunciado que, de triunfar, casi la mitad de su gabinete estaría integrado por mujeres.

De confirmar sus promesas, distintas mujeres ocuparán cargos claves del futuro gabinete nacional. Por caso, la estratégica Secretaría de la Gobernación estará a cargo de Olga Sánchez Cordero, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 1995 a 2015, mientras que las secretarías de Desarrollo Social y de Economía serán ocupadas por María Luisa Albores y Graciela Márquez Colín. En total serán ocho mujeres en un gabinete de 18 secretarios de distintas áreas.

Habrá que ver si la presencia femenina en la primera plana del gobierno se traduce en políticas efectivas de género, sobre todo en lo que se refiere a violencia de género. Según ONU Mujeres, solo en 2016 se registraron 2746 femicidios en el país y más de 23.800 en la última década.

Sheinbaum anticipó que durante su gestión impulsará iniciativas para revertir este flagelo en la ciudad, como también una amplia agenda de género. Definida como una dirigente política de izquierda, comprometida con la diversidad cultural y el medio ambiente, se afirma defensora de los pueblos originarios de la capital y de los derechos reproductivos de la mujer. “Mi gobierno será laico”, aseguró en campaña. Sin embargo, al igual que López Obrador, articuló en la ciudad una coalición con un partido de origen evangélico y de ultraderecha: Encuentro Social (PES).

Esta formación conservadora ha reconocido que está en contra del aborto y del matrimonio homosexual. “En la Ciudad de México hay derechos que son irreversibles. Está muy claro con ellos cuál es nuestro programa y cómo se incorporan. Si alguien del PES gobierna conmigo tiene que aceptar todo esto”, precisó en una entrevista con el diario El País, de España.

Más allá de la agenda de género, Sheinbaum deberá lidiar con problemas estructurales que corroen la vida cotidiana de los mexicanos. En primer lugar, la violencia y la inseguridad, promovidos por el narcotráfico; los intolerables niveles de contaminación, y la ineficiencia del sistema de transporte público en muchas zonas son los grandes retos a los que se enfrentará la próxima jefa de gobierno.

“Me comprometo a encabezar un gobierno democrático de frente a la ciudadanía, que haga de esta ciudad una ciudad de derechos”, enfatizó ayer, exultante, tras conocer los primeros datos del escrutinio, que la catapultaron a la victoria. “Con López Obrador encabezaremos un gobierno honesto que combata la corrupción”, aseveró, y sostuvo que su prioridad será “rescatar la seguridad de nuestra ciudad”, para lo cual se atenderán las causas a través de “la educación, la cultura y el empleo para los jóvenes de la ciudad”.