LA NACION

Nahir Galarza, la más joven condenada a perpetua

La chica de 19 años recibió ayer la máxima pena por el asesinato de su exnovio Fernando Pastorizzo; los magistrado­s descartaro­n que la acusada hubiese sido víctima de violencia de género

- Paola Robles Duarte

Con 19 años, Nahir Galarza se convirtió ayer en la mujer de menor edad que recibe una condena a prisión perpetua. La joven entrerrian­a fue sentenciad­a por el homicidio de Fernando Pastorizzo, ocurrido el 29 de diciembre pasado en Gualeguayc­hú; los jueces tomaron en cuenta el vínculo de pareja para decidir la máxima pena. El veredicto fue esperado con ansiedad por Gustavo Pastorizzo (foto), el padre de la víctima, que calificó el crimen como “un asesinato a mansalva”. El tribunal descartó que Galarza –ausente en el momento de la sentencia– hubiese sufrido violencia de género por parte de Pastorizzo, por lo que se rechazó el argumento central de los defensores, que apelarán el fallo.

Fueron seis meses intensos en los que la mirada de Nahir Galarza se mantuvo gélida e imperturba­ble pese al vendaval de flashes y comentario­s a su alrededor. Sus explicacio­nes sobre un “accidente” que provocó los disparos y el argumento de que era víctima de violencia de género no convencier­on finalmente al tribunal. Ayer los jueces Mauricio Deruddi, Arturo Dumón y Alicia Vivian sentenciar­on a la joven de 19 años por el homicidio calificado de Fernando Pastorizzo por la relación de pareja que tenía con la víctima. El tribunal desestimó los agravantes de alevosía y de uso de arma de fuego planteados por la fiscalía y la querella. También descartó que la imputada hubiera sido víctima de violencia de género, como pretendía su defensa.

Se trata de la mujer más joven condenada a prisión perpetua en la Argentina. La defensa de Galarza apelará el fallo, pero el tribunal decidió que la condenada permanezca detenida mientras continúa el proceso.

El caso conmocionó a la sociedad desde que se conoció el crimen, ocurrido el 29 de diciembre pasado, y el perfil de quien por entonces era la principal sospechosa, una chica que en las primeras semanas se mostraba alejada emocionalm­ente de la situación que, según entendiero­n fiscales y jueces, había provocado. Fue por eso que muchas personas se acercaron al tribunal para seguir desde allí la lectura del fallo.

Los vecinos aplaudiero­n y abrazaron a la familia de Fernando Pastorizzo y también vitorearon a la jueza Vivian cuando salió a la calle. Incluso hostigaron al primer abogado defensor de Galarza –Víctor Rebossio– cuando este entró en el edificio de lo tribunales por otro trámite.

Nahir Galarza no estuvo presente durante la lectura del veredicto. El encargado de notificar a la joven sobre su derrota en la batalla judicial fue uno de sus abogados. “Fue todo muy tranquilo”, revelaron fuentes policiales a la nacion.

Los magistrado­s coincidier­on en descartar los argumentos de la defensa de Galarza. Según expresó el juez Mauricio Deruddi, “los disparos que terminaron con la vida del novio de Galarza no fueron accidental­es, sino que estuvieron dirigidos a menoscabar la vida de Fernando Pastorizzo”. Y agregó: “Quedó destruida la hipótesis de la defensa de que los disparos fueron involuntar­ios”.

Los jueces dieron por acreditado­s tanto el vínculo que unía a Fernando y a Nahir como “la materialid­ad del hecho y la intervenci­ón en él de la acusada”, pero, al contrario de lo que pretendían las querellas, no considerar­on probadas las “circunstan­cias de modo” que permitiera­n aseverar que el crimen fue cometido con alevosía. Tampoco verificaro­n que “la violencia emergente del uso de un arma de fuego” para ejecutar el asesinato “sea aplicable como agravante”.

El tribunal afirmó que no había en el caso “circunstan­cias extraordin­arias de atenuación” que supusieran “una grave perturbaci­ón por elementos externos” capaz de haber contribuid­o al resultado criminal.

“No se acreditó que hubiese sido víctima de violencia de género”, manifestó el juez Deruddi al leer la parte resolutiva de la sentencia.

Con todo, la certeza de la existencia de la relación de pareja bastó para encuadrar el hecho como un homicidio calificado por el vínculo, para el cual solo correspond­e la pena de prisión perpetua, según está tipificado en el artículo 80, inciso 1°, del Código Penal.

Tanto las querellas como la fiscalía se manifestar­on conformes con el resultado, mientras que la defensa de Galarza aseguró que se apelará “ante los organismos competente­s”, sosteniénd­ose el concepto de que la chica cometió el crimen en un contexto de violencia de género.

Procesos sin demoras

Más allá de la condena, el poco tiempo que transcurri­ó entre el homicidio y la resolución judicial abrió una polémica, incluso en las redes sociales, al señalarse que, supuestame­nte, casos de femicidio no tienen esa celeridad judicial. En ese aspecto, existe un antecedent­e en la misma jurisdicci­ón, el caso de Susana Villarruel. Esa mujer de Gualeguayc­hú fue asesinada el 10 de julio pasado por su expareja y padre de su hija, Ramón de la Cruz Ortiz, quien fue condenado tres meses después del hecho a prisión perpetua por el homicidio doblemente calificado por mediar violencia de género y por el vínculo.

Es que el nuevo Código Procesal Penal entrerrian­o, que se implementó en Gualeguayc­hú en 2013, privilegia la oralidad y acelera los plazos de las causas penales, cambiando el rol de los defensores y fiscales. Este año, el Tribunal de Juicios y Apelacione­s de Gualeguayc­hú e Islas del Ibicuy tiene en su haber 69 condenas, de las cuales 30 son por hechos cometidos en un contexto de violencia de género.

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 ??  ?? Nahir Galarza, durante una de las últimas audiencias del juicio
Nahir Galarza, durante una de las últimas audiencias del juicio
 ??  ?? La madre de Fernando Pastorizzo escuchó ayer la condena
La madre de Fernando Pastorizzo escuchó ayer la condena

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