Una decisión que se analizó para reducir la fuga de dólares y bajar el rojo de US$15.000 millones en el turismo
El impuesto a los pasajes tiene poca incidencia en la recaudación; se busca desalentar la salida de divisas
El debate abierto en el gobierno de Mauricio Macri sobre el aumento del impuesto a los pasajes aéreos y también al consumo de tarjetas de crédito en el exterior no persigue solo una finalidad recaudatoria. Se la evalúa como una medida posible para desalentar el turismo al extranjero, contener la salida de dólares y reducir el déficit comercial y de cuenta corriente.
La recaudación del impuesto a los pasajes aéreos al exterior es de anualmente unos 7000 millones de pesos. La alícuota es del 7% del valor total del pasaje. Por cada mil dólares que un argentino paga en el boleto, el Estado recauda 70. En caso de elevar ese gravamen al 15%, la recaudación sería de 15.000 millones de pesos. En los números del fisco no representa gran cosa.
Pero la preocupación son los dólares que se van y el déficit de cuenta corriente. Un dato escalofriante surgió de algunas usinas del gobierno de Macri: en 2018, se podrían ir de la Argentina en concepto de turismo externo entre 15.000 y 18.000 millones de dólares. Y por todo concepto, la salida de dólares en el primer trimestre de 2018 superó en 30% a igual período de 2017. Esto incluye al turismo, pero también a la compras en el exterior y el giro y fuga de divisas tradicional. También se evaluó gravar con un impuesto de entre el 5 y el 10% al consumo de tarjeta de crédito en el exterior. Pero eso incrementaría el uso de efectivo y alentaría el uso de dinero en negro para viajes.
Luego de las idas y venidas entre las declaraciones del jefe del Gabinete, Marcos Peña, y del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en la Casa Rosada explicaron que “la idea se propuso desde algún sector y creemos que hoy no es necesario modificar impuestos ni alícuotas”.
Sin embargo, todavía algunas fuentes de la Casa Rosada aseguran que el impuesto a la Dirección Nacional de Transportes se podría ajustar un poco, pero solo afecta a la vía aérea y esto representa solo el 34% de los dólares afuera.
El resto del dinero que fluye hacia el exterior incluye rubros como excursiones a países limítrofes, compras online o el pago de servicios de streaming. En función del déficit de la cuenta de turismo, de entre 15.000 y 18.000 millones de dólares, la versión sobre el impuesto había comenzado la semana última en medio de las convulsiones financieras. Fue el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien había deslizado la posibilidad de imponer esos gravámenes. O al menos no los negó. “Se trata de distintas alternativas que evalúa el Gobierno y que si se aprueban estarán dentro del presupuesto del año que viene. Todo esto forma parte de las conversiones que tenemos con el Ministerio de Hacienda”. Luego Peña le dio aire y Dujovne lo desmintió.