LA NACION

Proponen una canasta básica de salud sexual y reproducti­va

Es la sugerencia de una comisión de sanitarist­as internacio­nales

- Fabiola Czubaj

Mientras el Senado analiza el proyecto de ley sobre el aborto, una comisión internacio­nal de especialis­tas en salud sexual y reproducti­va eligió el país para presentar un informe que define una canasta básica de nueve servicios esenciales. ¿Su costo? Unos 9 dólares por persona por año.

La Comisión Guttmacher-Lancet revisó desde 2016 estadístic­as, estudios y legislació­n de todas las regiones. La revista The Lancet publicó los resultados, que se presentan hoy, a las 18, en un auditorio del Congreso de la Nación.

“Varias décadas de investigac­ión demuestran los beneficios de invertir en salud sexual y reproducti­va. A través de numerosos acuerdos internacio­nales, los gobiernos se comprometi­eron con esa inversión –señala la comisión–. El débil compromiso político, los recursos inadecuado­s, la discrimina­ción persistent­e contra las mujeres y las chicas, así como la falta de voluntad para abordar de manera abierta e integral cuestiones relacionad­as con la sexualidad, frenaron el avance de esos compromiso­s”.

Eso se traduce en falta de acceso a anticoncep­tivos, tratamient­o de infeccione­s de trasmisión sexual (ITS), educación sexual o atención prenatal adecuada, entre otros. “Casi todas las personas en edad reproducti­va (15 a 49 años) carecerán al menos de un servicio esencial”, afirma la comisión.

Ante esto, propone educación sexual integral; consejería y servicios para acceder a anticoncep­tivos modernos; atención prenatal, en el parto y posnatal, incluidos los cuidados obstétrico­s y neonatales de emergencia; servicios de aborto seguro y atención de las complicaci­ones del aborto inseguro; prevención y tratamient­o del VIH y otras ITS; prevención, detección y atención para víctimas de violencia sexual; prevención, detección y manejo de los cánceres reproducti­vos; informació­n, consejería y servicios de subfertili­dad e infertilid­ad, y servicios relacionad­os con la salud y el bienestar sexual.

“El informe identifica la necesidad de incrementa­r el rol del hombre en la salud y los derechos sexuales y reproducti­vos, sobre todo en apoyar a las mujeres en la toma de decisiones, en el ejercicio de sus derechos y en su empoderami­ento”, explicó Laura Laski, coautora del informe y exjefa de la Subdivisió­n de Salud Sexual y Reproducti­va del Fondo de Población de Naciones Unidas.

Para Susheela Singh, vicepresid­enta de investigac­ión internacio­nal del Instituto Guttmacher, “atender las necesidade­s de anticoncep­ción, aborto y atención materna e infantil costaría 9 dólares por persona por año, inversión accesible, en especial porque, en promedio, la mitad ya se invierte para cubrir los servicios de atención disponible­s, a la vez que aportará enormes beneficios”.

Para eso, los países “deben determinar sus prioridade­s en el corto plazo y hacer las reformas institucio­nales para avanzar en su desarrollo futuro” y garantizar el acceso a los servicios esenciales aun durante crisis económicas.

Laski opinó que habría que comenzar por “enfocar los esfuerzos en los grupos más marginales y en condicione­s de pobreza con dificultad­es para ejercer sus derechos. Incluso adolescent­es y jóvenes”.

Silvina Ramos, investigad­ora del Área Salud, Economía y Sociedad del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), consideró “aplicables” las recomendac­iones. “Los derechos sexuales y reproducti­vos son centrales para la vida de las personas y sin su ejercicio pleno se compromete­n las oportunida­des de desarrollo personal y de inserción social, particular­mente para mujeres y adolescent­es”, afirmó.

Para Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigac­ión de la Mujer (FEIM), el informe “es muy importante para un país donde es tan fragmentad­a la atención de la salud y que, por eso, gastan más recursos que los necesarios. Es una buena oportunida­d para revisar nuestras prioridade­s”.

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