LA NACION

LeBron llega para que Lakers vuelva a saborear gloria

a los 33 años, la mayor figura de este deporte aceptó pasar a la popular y exitosa franquicia de Los Ángeles, que necesita ganar anillos

- Diego Morini

Hay un deseo de recuperar una época de oro. Desde hace un tiempo Los Angeles Lakers quiere volver a sentirse dueño de la competenci­a y ahora va por ello más que nunca: contrató a LeBron James. Desde la salida de Kobe Bryant la franquicia california­na se reconstruy­e para reencontra­rse con la gloria y su primer gran movimiento fue tentar al Nº 23 con una visita de Magic Johnson y una charla telefónica con La Mamba Negra. Entoncesna­ció todo.

Cada pieza que Magic ha tocado en el último tiempo provocó olas. Primero, la seducción a Kawhi Leonard, y después, el bombazo de LeBron. Y se da una fórmula perfecta: El Rey en un proyecto en ebullición, un reinado individual que acepta el desafío del salvaje Oeste de la NBA y laderos para ir por la supremacía de Golden State Warriors. Un espectácul­o perfecto para la temporada 2018/2019.

Se mueven 154 millones de dólares por cuatro temporadas. Por ese monto, LeBron, el fenómeno de Akron, mudó su voracidad a la franquicia que creó el showtime en la NBA. La ingeniería en Los Ángeles parece ser la que aplicó Cleveland cuando James regresó a Cavaliers: rodearlo con buenas piezas para conquistar el anillo. Con Magic y Kobe como cartas de presentaci­ón y el Nº 23 como garantía principal, y el manager general Rob Pelinka tomó el teléfono y en un chasquido de dedos sumó al talentoso y extravagan­te Lance Stephenson (cobrará 4,5 millones de dólares por un año), le sacó el pivote JaVale MacGee a Golden State (acordó por el salario mínimo de US$ 2,1 millones) y se quedó con Kentavious Caldwell Pope (12 millones). En contrapart­ida, renunció a seguir con el joven pivote Julius Randle (ahora es agente libre sin restriccci­ones), pero contrató al base Rajon Rondo por un año, a cambio de 9 millones.

La búsqueda no se detiene en eso. Lakers no pondrá en marcha el efecto Lebron sin un figura que acompañe al crack. La idea original era sumar a Kawhi Leonard, pero la disputa entre el jugador y San Antonio Spurs no es simple de resolver. Si bien el alero ya manifestó su deseo de ir a Lakers, el DT Gregg Popovich y el gerente general R. C. Buford no están dispuestos a soltarlo. En el caso de que no se dé la llegada del Nº 2 a Los Ángeles para esta temporada, está casi definido que ocurriá para la 2019/2020.

Las versiones de un acuerdo entre Lakers y Spurs se potencian. El periodista Adrian Wojnarowsk­i publicó en su cuenta de Twitter: “A medida de que las conversaci­ones se desarrolla­ron, el foco de Kawhi Leonard no ha cambiado: quiere ser un laker”. Y agregó: “Lakers está decidido a buscar un acuerdo con Spurs”.

Otra estrella que buscó la segunda franquicia más veces campeona de la NBA es DeMarcus Cousins, el pivote que estuvo sin actividad en la última temporada por una lesión en un tendón de Aquiles, pero se lo llevó su principal competidor en el Oeste, Warriors (ver aparte).

En el proyecto púrpura y dorado, darle a LeBron James la posibilida­d de moldear el talento de los jóvenes Brandon Ingram, Lonzo Ball y Kyle Kuzma es tentador. A los 33 años, el tres veces campeón puede potenciar a esas tres piezas ascendente­s. Algo que puede cambiar la situación es que San Antonio acepte dejar ir a Leonard, lo cual provocaría que Lakers entregara a Ingram y Kuzma y una primera selección del draft de 2019 a cambio de la estrella de Spurs.

La potencia de James como fenómeno es tal que la NBA toda mira atenta la novedad. En Los Ángeles se generó locura por el desembarco, como quedó claro en lo que se desató por obtener un lugar en el Staples Center para ver a LeBron. En la plataforma de compra y venta de entradas StubHub un fanático compró un par de abonos para las primeras filas por 114.960 dólares. Incluso, una media hora después del anuncio de la contrataci­ón de James los abonos más accesibles para la temporada, que costaban 3500 dólares, pasaron a valer 5800 y llegaron hasta 6.500. Además, un ticket para ver el primer partido de LeBron en Lakers en el Staples Center está disponible a, como mínimo, 450 dólares.

Esta apuesta de Lakers es también de James. Porque este es el contrato más duradero que ha firmado el basquetbol­ista desde 2010 y porque pondrá su corona individual en juego en una conferenci­a que aparece realmente compleja, con la competenci­a de otras franquicia­s fuertes, como Warriors, Houston Rockets y Spurs. James sabe que a los 33 años no puede darse el lujo de regalar nada, porque su reinado está más en juego en esta nueva aventura. Y Magic Johnson está dispuesto a dar a LeBron todos los gustos para restablece­r una dinastía púrpura y dorada.

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AFP en Cleveland ya quitan las referencia­s callejeras a la megaestrel­la

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