Los aranceles de EE.UU. entran en vigor y activan la guerra comercial con China
Desde anoche empezaban a regir los impuestos de 25% a más de 800 productos del país asiático; Pekín advirtió que el gobierno de Trump “está abriendo fuego contra el mundo”
WASHINGTON.– De las amenazas y bravuconadas se pasó a la acción. A partir de esta madrugada empezaron a regir las tarifas a cientos de exportaciones chinas a Estados Unidos, lo que desatará automáticamente la represalia del régimen de Pekín sobre bienes norteamericanos, la primera batalla de una guerra cuyos daños colaterales se harán sentir en todo el mundo.
Los aranceles de Estados Unidos a una lista de 818 productos chinos entraron en vigor a medianoche, sometidos a una tarifa del 25% por un valor total de 34.000 millones de dólares. La lista completa es de 1100 productos, pero el resto se encuentra en evaluación antes de ser incluido en la lista.
Lejos de poner la otra mejilla, el gobierno chino respondió con la misma moneda y sumó una cuenta de 34.000 millones de dólares a una lista de 545 bienes con la etiqueta Made in USA, que incluyen productos agrícolas y vehículos.
“De ninguna manera dispararemos el primer tiro”, advirtió Pekín, pero su agencia aduanera señaló en un comunicado que los gravámenes entrarían en vigor de forma inmediata después de que empezaran a regir los de Washington.
“Estados Unidos provocó una guerra comercial. Las medidas estadounidenses están esencialmente atacando el proceso de producción y valor global. En términos simples, Estados Unidos está abriendo fuego sobre el mundo entero, incluso contra sí mismo”, acusó el vocero del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng. “China se ve obligada a defenderse del golpe”, añadió sobre la bomba arancelaria, cuya mecha encendió Donald Trump por los presuntos abusos que padece Estados Unidos por un comercio a su juicio desventajoso.
“Por supuesto que no queremos una guerra comercial, pero si los intereses legítimos de cualquier país son dañados, entonces por supuesto ese país tiene el derecho de proteger firmemente sus propios intereses”, dijo, por su parte, el vocero de la cancillería china, Lu Kang.
Trump amenaza con escalar la disputa con aranceles adicionales de un 10% a otros productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares si Pekín toma represalias. Por ahora se desconoce si el presidente norteamericano materializará sus amenazas o si su intención solo quiere reforzar su posición para seguir negociando. Pero el círculo vicioso ya comenzó a agitar los mercados financieros, incluidas las acciones, las monedas y el comercio de materias primas, desde la soja hasta el carbón.
Las tensiones estaban en aumento entre China y Estados Unidos en diversos temas, desde el comercio hasta la presencia militar norteamericana en el Mar del Sur de China. Trump denuncia, por ejemplo, el supuesto robo de tecnología que perpetrarían los chinos para revertir la supremacía tecnológica de Estados Unidos. La mayoría de los 818 productos castigados son de los sectores industrial y tecnológico.
Los economistas advierten que una guerra comercial dañará la economía de Estados Unidos, y muchas empresas podrían pasarla muy mal. Se estima que los productores rurales norteamericanos, los mismos que respaldaron abrumadoramente a Trump en las elecciones de 2016, llevarían la peor parte.
El gobierno chino había advertido que el shock tarifario de Washington a sus productos no solo perjudicaría a los dos países, sino a muchos otros actores, ya que 20.000 de los 34.000 millones de dólares de la barrera aduanera recién estrenada por orden de Trump son de empresas extranjeras.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) señaló que las barreras aduaneras impuestas por las dos grandes potencias comerciales podrían poner en peligro la recuperación económica global, y que sus efectos ya empiezan a quedar en evidencia.
Las empresas europeas, por ejemplo, siguen con nerviosismo este duelo arancelario entre Washington y Pekín, visto como la mayor amenaza a la recuperación económica con que dejaron trabajosamente atrás la crisis financiera.
Europa tiene su propia lucha con Trump, que abandera una cruzada contra el enorme déficit comercial de su país en varios frentes. El presidente republicano amenaza con nuevas tasas a las importaciones de vehículos, entre otras. La Unión Europea (UE), por su parte, lanzó como respuesta una daga contra marcas emblemáticas, como las motos Harley-Davidson y los jeans Levi’s. Harley anunció que dejará de producir en Estados Unidos para no perder el mercado europeo.
Estados Unidos va también rumbo al enfrentamiento con Canadá y México. No solo impuso tarifas al acero y al aluminio a sus dos socios más cercanos, sino que impulsa renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta).