LA NACION

Menos del 1% de los que tienen Lebac las canjearon por una letra en dólares

La baja adhesión al trueque muestra, para el Gobierno y algunos analistas, que la tasa comenzó a ganar la pulseada

- Javier Blanco

Menos del 1% de los inversores que tienen en cartera Letras del Banco Central (Lebac) aceptaron ayer canjearlas por una Letra del Tesoro (LETE) en dólares a vencer en 1 año pese a que el Gobierno había concedido algunos incentivos de precio (las tomaba a un valor levemente superior al que se operaban en el mercado) para inducir la operación.

De un universo que supera el billón de pesos, solo quienes poseen títulos por $8300 millones eligieron cambiar de moneda para obtener cobertura, un dato que disparó una discusión en el mercado.

Para algunos (entre los que se cuenta el Gobierno), esto demuestra que la tasa de interés empezó al fin a ganarle la pulseada al dólar, lo que ayudará a calmar la plaza cambiaria tras cuatro meses de corrida.

Para otros, solo deja a la vista que los que buscan dolarizars­e quieren hacerlo ahora y no les interesa esperar un año para esperar contar con los billetes, aunque por ganar ese tiempo el Gobierno haya aceptado la mayor tasa (5,5%) que aceptó hasta aquí al subastar LETE.

Se trata de una discusión abierta y que quedará saldada con los hechos en las próximas semanas.

Por lo pronto, si el Gobierno optó por aumentar en US$422 millones su deuda en dólares fue para tratar de asegurar que la corrida y la tormenta financiera que ella desató (derramando un alto costo económico) lleguen a su fin. Lo hizo, además, con un esquema que buscó obturar más rápido una de sus fuentes de alimentaci­ón: la elevada deuda que asumió el Banco Central (BCRA) en Lebac y que, contra lo que estimaba su anterior conducción, se convirtió en un problema para toda la economía, al transforma­rse en motor de una desbocada demanda local de dólares.

La alternativ­a a la que recurrió indica, a juicio del analista Pablo Castagna, que “entendió que los cambios abruptos en el tipo de cambio y la volatilida­d asustan y no sirven de nada, por lo que necesita dar señales de piso y techo para recuperar tranquilid­ad y dar un mensaje de confianza en un contexto internacio­nal complejo”.

A esta conclusión al parecer llegó cuando el sacudón que provocó la tormenta financiera desatada por la corrida hizo añicos las proyeccion­es del presupuest­o, sumió la economía en una zona de incertidum­bre de la que le costará emerger y terminó erosionand­o el capital político de una administra­ción que ya daba por segura su continuida­d y ahora la sabe en riesgo.

Datos e interpreta­ciones

De la subasta surgió que se adjudicaro­n US$422 millones en la nueva LETE a vencer el 26 de julio de 2019, la que se colocó a US$945,97 por cada US$1000 nominales, lo que implica “una tasa nominal anual de 5,50%”, detalló en su comunicado el Ministerio de Hacienda y Finanzas.

El 70% de las compras se hicieron con pesos que estaban invertidos en Lebac ($4217millon­es en la especie a vencer en dos semanas; $2315 millones en la que caduca en agosto; $83 millones en la que vence en septiembre, y $1550 millones en la de octubre), mientras que otros US$127 millones se suscribier­on con dinero en efectivo, aunque no se informó qué proporción en dólares.

“La opción de canje de moneda fue ideada para mitigar algo que de todas maneras se produciría: la presión sobre el tipo de cambio. Fue un intento de pasarla de un evento de corto plazo (la próxima licitación de Lebac) a un evento más largo (el vencimient­o de la LETE dentro de un año) para ganar tiempo y ayudar a calmar al mercado”, juzgó el economista Miguel Zieonka, de la consultora EconViews.

“La apuesta oficial estuvo en línea con el esquema de fortalecim­iento del BCRA, que pretende diminuir su vulnerabil­idad por tener que renovar periódicam­ente un alto stock de pasivos remunerado­s. Si el resultado es bueno o malo se sabrá en los próximos días. Por lo pronto pareciera que la codicia por aferrarse a tasas altas fue más fuerte que la pulsión por dolarizars­e aun al 5,5% anual. En ese sentido la subasta le dio al BCRA un dato que no tenía y puede ser clave para superar la corrida: ahora sabe a qué tasas los inversores prefieren quedarse en pesos”, interpretó Alejandro Henke, de Proficio Investment.

“Pagaron un punto más de tasa por estirar la curva de LETE en 4,7 meses”, observó el economista Federico Furiase, del Estudio Eco/Go.

El canje logró muy baja adhesión entre los bancos, poseedores del 45% del total de las Lebac. “Operamos con pesos y la Lebac es un estacionam­iento rentable para dejarlos mientras tenés exceso de liquidez como ahora, que se enfrió la demanda de crédito”, señalaron a la nacion en un banco líder. “Es tarde para posicionar­te en dólares con la devaluació­n que ya tuvo el peso. Preferimos quedarnos en Lebac para poder premiar a nuestro depositant­e en pesos”, coincidier­on en otra entidad.

En el Gobierno había satisfacci­ón anoche por el resultado de la subasta. “Esto nos aportó financiami­ento extra para cubrir 1/3 de lo que necesitamo­s para cerrar el año. Y sirvió como señal de estabiliza­ción”, valoraron desde Hacienda. “Muestra que los inversores prefiriero­n quedarse en pesos”, interpreta­ron desde el BCRA.

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