Caos en el centro por una protesta de taxistas contra un fallo favorable a Uber
Unos 300 choferes y dueños marcharon al Tribunal Superior de Justicia porteño, que anuló el bloqueo de la app
El centro porteño se convirtió en un caos durante un par de horas ayer a la mañana, cuando unos 300 taxistas marcharon al Tribunal Superior de Justicia de la ciudad, en Cerrito al 700, en rechazo del reciente fallo que dio marcha atrás con el bloqueo de la aplicación de transporte privado Uber. Una delegación de dirigentes, además, ingresó al edificio para presentar un escrito formal en contra de la sentencia.
Desde las 10, choferes de la Federación Nacional de Peones de Taxi, conducida por Omar Viviani, y manifestantes con banderas de la Sociedad de Propietarios de Automóviles con Taxímetro (SPAT) y la Asociación de Taxistas de Capital (ATC) protestaron bajo el frío de la jornada, al tiempo que tiraron petardos y se hicieron escuchar con bombos, platillos, redoblantes y trompetas.
Las calles Cerrito y Viamonte estuvieron cortadas hasta el mediodía, al igual que tres carriles de la avenida 9 de Julio con sentido a Constitución, donde cientos de taxis estacionaron en doble y triple fila. Muchos de ellos llevaban grandes banderas amarillas y negras amarradas a sus ventanas.
Los taxistas reclamaron que Uber deje de funcionar en la Capital. Entienden que la plataforma, que está activa en Buenos Aires desde abril de 2016 de forma ilegal, pone en peligro sus puestos de trabajo, que en la ciudad son cerca de 50.000.
“El Tribunal Superior se excedió. En segunda instancia se había bloqueado a Uber y ahora dicen que lo permiten para proteger los derechos humanos y la libertad de expresión –dijo Jorge Celia, presidente de la SPAT–. Nosotros los taxistas también tenemos derechos humanos y, con esa excusa, mañana puede haber una aplicación para vender órganos, armas o drogas”.
Celia diferenció a Uber de Cabify, una plataforma con características similares, pero que está regulada. “Cabify se adapta a las reglas: tienen controles, choferes con registro profesional. Por eso el problema no somos nosotros, es Uber, que no quiere ser legal. No deberían permitirle funcionar. Se lleva $250 millones del país sin tener una sola una oficina”.
Mientras sostenía una bandera con la leyenda “Parada Callao y Santa Fe”, el peón de taxi Juan Pablo Pérez indicó los problemas que le ocasiona Uber. “Trabajo 16 horas por día y me llevo $500. Antes, los fines de semana por la noche podía hacer $1500, pero ahora bajó mucho el trabajo”, explicó. Y sostuvo que en esas condiciones nunca podrá comprar un vehículo propio: “Yo entiendo la necesidad del pasajero de pagar menos, pero hay que hacer las cosas bien y Uber no paga nada”, remarcó.
Otros taxistas afirmaron que desde que llegó Uber, en abril de 2016, la actividad mermó hasta un 45%.
Documento
A eso de las 11.30 una delegación encabezada por Luis Fernández, presidente de ATC, ingresó a la sede del Tribunal Superior de Justicia porteño para presentar un escrito formal de protesta frente al fallo. El documento, que lleva la firma de Viviani, entre otros, denuncia la “desatinada sentencia” y argumenta que, según diferentes fallos de tribunales internacionales, “Uber es una empresa de servicios de transporte y no solo una app o una empresa de tecnología”.
En este sentido, plantea: “Los taxistas nos encuadramos en las rígidas reglamentaciones municipales para el transporte de pasajeros, pagamos los tributos, nos sometemos a las normas vigentes, respetamos la instituciones”, mientras que Uber “desarrolla una actividad riesgosa que pone en peligro la seguridad pública, por cuanto es desplegada sin control, fuera de las reglamentaciones establecidas para su ejercicio, carece de habilitación o permiso para funcionar, no tiene supervisión del Estado, se burla de este o lo manipula”.
A la espera de los dirigentes que habían entrado al edificio, en la puerta seguían los cantitos de escrache a la compañía y al gobierno de la ciudad. También se escuchó la marcha peronista.
Sobre Marcelo Boeri, líder de la asociación civil Taxistas Unidos, cuyas amenazas al secretario de Transporte porteño se viralizaron ayer (ver aparte), los manifestantes fueron rotundos: “Las organizaciones que están acá no tienen nada que ver con Boeri ni con Taxistas Unidos. Boeri habla mal de todo el mundo y este sector no tiene nada que ver con él”, dijeron desde ATC.