Un césped que está indescifrable incluso para los favoritos
En apenas dos ruedas, 18 de los 32 preclasificados quedaron eliminados tanto en el cuadro masculino como en el femenino; Del Potro es uno de los cinco jugadores que aún no cedieron sets
LONDRES.– Juan Martín del Potro camina tranquilo en el Wimbledon de las sorpresas: junto a Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Kyle Edmund está entre los cinco preclasificados que aún no han cedido sets en el campeonato. Con 18 de los 32 sembrados ya eliminados del cuadro masculino, el tandilense afrontará otro examen de rigor frente al francés Benoit Paire, número 47 del mundo, en el primer turno de la cancha dos del All England, cuando hoy sean las 7.30 de la mañana en la Argentina.
Por los pasillos de la Catedral aún resuena la caída de Marin Cilic, finalista el año pasado y tercer preclasificado, frente a Guido Pella. Aunque menos impactante, la prematura despedida de Borna Coric a manos del ruso Daniil Medvedev también conmovió al torneo porque el joven croata había vencido a Roger Federer hace una semana en la final de Halle.
De los seis campeones sobre hierba previos a esta edición de Wimbledon, cinco ya se marcharon: Cilic había celebrado en Queen’s, Coric en Halle, Richard Gasquet en Hertogenbosch, Mischa Zverev en Eastbourne y Damir Dzumhur en Antalya. El sobreviviente es Federer, el único hombre en el mundo a quien las leyes de imprevisibilidad del césped parecen no afectarlo.
Los batacazos se extienden al cuadro femenino: solo tres del Top 10 –Simona Halep, Karolina Pliskova y Angelique Kerber– continúan en el certamen. La belga Alison Van Uytvanck arruinó los sueños de bicampeonato de la española Garbiñe Muguruza. Venus Williams, que alzó el trofeo en cinco oportunidades y pugna por reencontrar su mejor nivel, cayó ayer frente a la holandesa Kiki Bertens en tres sets. Su hermana Serena aún sobrevive en busca de su octavo título. De las 32 preclasificadas, apenas 14 se mantienen con vida.
En busca de una explicación para la gran cantidad de inesperados resultados, los protagonistas coinciden en un denominador común: el césped. “En este torneo puede suceder cualquier cosa. Todos los días hay una sorpresa”, analizó Del Potro después de su triunfo frente al español Feliciano López, un especialista en la superficie que terminó desdibujado por el tandilense.
Sam Querrey, undécimo preclasificado, fue una de las víctimas ayer: el francés Gael Monfils lo despachó en cuatro parciales. Tras su traspié, el estadounidense evaluó: “Siempre hay sorpresas en Wimbledon. La hierba es una superficie completamente diferente. Cualquiera puede vencer a cualquiera en el tour, pero aquí se acentúa. No solo lo veo del lado de los hombres. Del lado de las mujeres parece ser aún mayor”.
“El pasto es muy diferente. Más intangibles influyen en el resultado, es más difícil moverse. Muchos jugadores del circuito juegan apenas dos torneos sobre césped. El juego es un poco más incómodo y si uno no lo hace más seguido es complicado desplazarse en él. Creo que por eso hay mayores sorpresas”, reflexionó.
Cilic se manifestó en la misma sintonía: “Estoy de acuerdo. Podés tener partidos contra rivales que están sacando realmente bien o simplemente no es tu día, fallás algunos tiros más que de costumbre y podés terminar perdiendo tu saque y el set. Es muy tramposo”.
En la jornada de ayer también sucumbió la pareja número uno del mundo en dobles. El croata Mate Pavic y el austríaco Oliver Marach, que este año fueron campeones del Abierto de Australia y finalistas de Roland Garros, además de llegar a la definición de Wimbledon hace doce meses, fueron derrotados en su presentación por la dupla que hace apenas una semana conformaron Federico Delbonis y el mexicano Miguel Ángel Reyes-varela.
“Es una superficie particular. Más allá de que el pasto sea el mismo, las condiciones climáticas hacen que sea diferente por más de que lo planten igual o aunque sean las mismas semillas. Al ser natural hay condiciones que uno no puede controlar. Algunos años unos se benefician, otros se perjudican, hay que luchar cada día con eso”, explicó el azuleño.
“Si hay un lugar que te puede hacer soñar, que te puede hacer creer y te da la oportunidad, ése es Wimbledon”, se ilusionó Reyes-varela, que con 31 años está disputando su cuarto Grand Slam.
Entre pesadillas camina el sueño de Juan Martín del Potro, la única esperanza argentina en Wimbledon.