LA NACION

Pyongyang siembra dudas sobre el plan de desnuclear­ización

Tildó de “lamentable” el diálogo con una delegación de EE.UU.

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SEÚL.– Cuando parecía que Estados Unidos y Corea del Norte habían logrado encauzar el diálogo para rebajar las tensiones, Pyongyang denunció ayer que las conversaci­ones con una delegación norteameri­cana encabezada por el secretario de Estado, Mike Pompeo, fueron “lamentable­s”, lo que podría hacer flaquear su resolución de abandonar el polémico programa nuclear.

El régimen de Kim Jong-un acusó en un comunicado a la delegación estadounid­ense de ejercer unilateral­mente presión sobre el país para forzarlo a desmantela­r su arsenal nuclear. “Esperábamo­s que Estados Unidos presentara medidas productiva­s que sirvieran para crear confianza, en consonanci­a con el espíritu de la cumbre bilateral”, señaló un vocero del gobierno norcoreano citado por medios estatales.

El vocero, que pidió ser mantenido en el anonimato, dijo que Estados Unidos traicionó el espíritu de la histórica cumbre del mes pasado en Singapur entre el presidente Donald Trump y Kim. “Anticipába­mos que el lado estadounid­ense vendría con una idea constructi­va, que tendríamos algo a cambio. Pero a través de las conversaci­ones de alto nivel, la confianza entre ambos países enfrenta una situación peligrosa en la que nuestra determinac­ióndedesnu­clearizaci­ón, que ha sido firme y sostenida, puede flaquear”, advirtió.

Sin embargo, la percepción de Pompeo fue distinta. “Son cuestiones complicada­s, pero hicimos avances en casi todas las cuestiones centrales. En algunos casos, grandes progresos. En otros, queda mucho trabajo por hacer”, escribió en Twitter la vocera del Departamen­to de Estado, Heather Nauert, aunque sin dar más detalles. “Eso quedará en buena medida a cargo de los grupos de trabajo creados para tratar asuntos concretos”, añadió.

Pompeo anunció que un equipo del Pentágono tiene previsto reunirse con funcionari­os norcoreano­s en los próximos días para discutir la repatriaci­ón de los restos de soldados norteameri­canos muertos durante la Guerra de Corea, y que habría conversaci­ones sobre la destrucció­n de una instalació­n norcoreana de prueba de motores de misiles.

Pompeo hizo una visita a Pyongyang de dos días, que terminó ayer, con el objetivo de negociar pasos concretos hacia la desnuclear­ización acordada por Trump y Kim en su encuentro. A cambio, Washington prometió “garantías de seguridad” al país comunista. Entonces, no se estableció ningún tipo de calendario ni precisión al respecto, algo que se intenta concretar ahora.

En la capital norcoreana, Pompeo se reunió con miembros de alto rango del gobernante Partido Comunista y con el exlíder del servicio secreto Kim Yong-chol, un estrecho asesor de Kim, sin que esté claro si se reunió o no directamen­te con el dictador.

Ayer continuó su gira con un viaje a Tokio, informó Nauert. Allí, Pompeo informará de los resultados de su visita a la canciller surcoreana, Kang Kyung-wha, y a su par japonés, Taro Kono.

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