El Gobierno desconfía del PJ en la puja por el ajuste
Los recelos son mutuos y complican la negociación por el presupuesto; diferencias internas
María Eugenia Vidal fue, aquella vez, la anfitriona. Horacio Rodríguez Larreta la acompañó a recibir a los invitados: Miguel Ángel Pichetto y Miguel Peirano. La necesidad de acordar el presupuesto 2019, el blanqueo laboral y las consecuencias del acuerdo con el FMI fueron los principales temas que conversaron los interlocutores de Cambiemos y los representantes peronistas.
La reunión reservada, hace poco más de un mes, inauguró las interminables conversaciones reservadas, y también, por qué no, la temporada de recelos y desconfianza entre el Gobierno y las principales espadas del peronismo “racional”, que desde las administraciones provinciales y el Congreso serán puentes –o escollos– para que la Casa Rosada pueda presentar, en dos meses, un presupuesto 2019 “ajustado” y acordado con la oposición y cumplir los dictados del FMI.
Mientras Vidal, Larreta y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, encabezan las charlas con Pichetto, diputados, gobernadores del PJ y el líder del Frente Renovador Sergio Massa, en el centro del Gobierno –el Presidente y su jefe de Gabinete, Marcos Peña– flotan las dudas sobre el “real compromiso del peronismo” para cumplir los acuerdos y ayudar en un momento de crisis y necesidad.
Los referentes del PJ, por su lado, coinciden en la “necesidad de dialogar y alcanzar acuerdos”, pero también dudan del real compromiso del Presidente de llegar a un acuerdo si las condiciones macroeconómicas mejoran y su gestión obtiene aire político sin necesidad de socios incómodos.
Las críticas del peronismo negociador son claras y concisas. “Ni Peña ni Macri son muy proclives a negociar con el PJ, pero se abrieron a esa posibilidad dada la situación compleja que tienen en materia económica. Y por eso están explorando la vía de Vidal y Larreta, porque son los que tienen mejor vínculo con los gobernadores y resultan confiables”, afirmaron a la nacion cerca de uno de los mandatarios peronistas. Esa misma diferenciación hacen cerca de Pichetto, que se queja en la intimidad porque “el Presidente nos llamó en diciembre cuando la cosa estaba difícil y después no volvió a hacerlo”.
Marco Lavagna, referente económico de Massa en el Congreso, lo dice con todas las letras. “Todavía no hay delineado un plan económico. Que nos digan qué van a hacer con las retenciones, el dólar, el impuesto a los viajes, las tarifas. Así es muy difícil que discutamos el presupuesto y aceptemos el ajuste”, afirmó a la nacion el diputado massista. Y hay quejas sobre el llamado formal a los gobernadores, que aún no tiene fecha concreta.
En el Gobierno afirman que la disposición al diálogo existe. “Todos los días negociamos, con todos los sectores. Pero cada uno debe pensar: qué puedo hacer yo para recortar gastos”, afirmó un asesor presidencial. “Están especulando con que no nos vaya a ir demasiado bien, muy republicanos son”, agregó el enfático defensor del Presidente. En Balcarce 50 precisan. “Las metas con el FMI se cumplen, sí o sí, sea con acuerdo político o sin él”, definen. Aunque agregan que el primer paso es “acordar con la Ciudad y la provincia el pase de varios gastos a la órbita metropolitana, que es lo que nos pidieron los gobernadores”, en referencia a servicios públicos como electricidad, transporte o la empresa AYSA.
“Después seguiremos por los gobernadores radicales, y luego convocaremos a los peronistas. La letra chica no está, pero tenemos tiempo hasta el 15 de septiembre para presentar el presupuesto”, anticipó un vocero con conocimiento de la negociación diaria de Frigerio con los mandatarios provinciales.
Precisamente, cerca de Vidal y de Rodríguez Larreta reconocen que “algo hay que ceder” para que el plan general de acuerdos siga adelante.
Cerca del jefe de gobierno porteño arriesgaron ante la nacion que la Ciudad se haría cargo de las empresas eléctricas (Edesur y Edenor) más un porcentaje de los subsidios al transporte público de pasajeros (unos $18.000 millones). Un funcionario de Vidal afirmó que el traspaso de AYSA “difícilmente se concrete”. Y advirtió: “Para saber cuánto tenemos que ceder nosotros, también hacer falta saber cuánto esfuerzo va a hacer el resto”, afirmaron en el entorno de la gobernadora, a quien esta semana vieron “más tranquila” por el reacomodamiento del dólar y otros indicadores económicos.
Diálogo en marcha
Nadie cree que esos acuerdos no se consigan finalmente. Y por eso se suceden las charlas de Larreta y Vidal con peronistas como Massa –con quien también habló Peña aunque la charla con Macri sigue lejos–, Pichetto, diputados peronistas y los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba) y Juan Manuel Urtubey (Salta), entre otros. Frigerio, que la última semana recibió a cinco gobernadores, también hace lo suyo para que los mandatarios acepten no pedir la “reapertura” del pacto fiscal y sostengan las metas de ahorro y ajuste acordadas con el Gobierno.
“Las provincias coincidieron en que van a colaborar en el tema del déficit, pero que quien tiene mayor déficit es la Nación, y allí es donde hay que hacer mayores ajustes”, advirtieron cerca de uno de los gobernadores peronistas. “Cuando Macri siente que tiene un poco más de aire, va para el lado de la no negociación”, coincide por lo bajo un operador que conoce bien al Presidente.
La desconfianza sigue allí, a la vuelta de la esquina, y complica las gestiones de ambos lados para mostrar al FMI una clase política alineada en torno a las metas acordadas con el organismo internacional.
El PJ ‘racional’ será puente o escollo para que el Gobierno pueda presentar un presupuesto 2019 acordado y cumplir con el FMI