LA NACION

Henri Hourcade. “Se está dando una convergenc­ia entre las low cost y las aerolíneas tradiciona­les”

El vicepresid­ente senior de Air France KLM para América Latina, Caribe y Océano Índico afirma que hay dinamismo en su sector y que la demanda es alta

- Texto Carlos Manzoni | Foto Patricio Pidal/afv

En medio de la revolución de los cielos que se vive en el mercado aerocomerc­ial argentino, Henri Hourcade, vicepresid­ente senior de Air France KLM para América Latina, Caribe y océano Indico, afirma que no le preocupa la competenci­a de las low cost, que están acostumbra­dos a lidiar con ellas en Europa (donde ya captan 40% de la demanda) y que la forma de superarlas es ajustar los costos y aumentar la calidad del servicio. Pero el ejecutivo francés va más allá y afirma: “Se está dando un fenómeno de convergenc­ia entre las low cost y las aerolíneas tradiciona­les, porque las primeras subieron algunos de sus productos, por lo que se volvieron más caras, y las segundas debieron bajar sus costos”.

La industria en la que está Hourcade pasa por momentos duros: la propia Air France debió recortar

10.000 puestos de trabajo en menos de diez años. La compañía hoy tiene

45.000 empleados y junto con KLM facturó 25.800 millones de euros en

2017. Sus principale­s costos son el petróleo, los salarios y los aviones, por eso emprendier­on el recorte de plantilla, racionaliz­aron el uso de aviones, haciendo que estén menos tiempo parados en una escala, y van hacia naves más livianas que ahorren combustibl­e.

–¿Cómo está el negocio de Air France/klm a nivel global y local?

–A nivel global nuestros resultados fueron muy impactados por 15 días de huelga de Air France, pero ahora se estabilizó el negocio, con un tráfico muy fuerte. En cuanto a la Argentina, es un mercado muy importante para nosotros y estamos creciendo. Las últimas devaluacio­nes no han afectado nuestra operación, hemos ganado mercado y seguimos invirtiend­o en la calidad de nuestros productos.

–¿Van a empezar a volar desde el interior del país?

–Por el momento, no tenemos previsto abrir vuelos a otras ciudades del interior, pero sí trabajamos con dos socios, que son Gol (nuestro partner estratégic­o en la región) y Aerolíneas Argentinas, con quien tenemos acuerdos de código compartido y una asociación muy importante, porque pertenece a la alianza Skyteam. Y estamos esperando ansiosamen­te la transferen­cia de los vuelos de Aeroparque a Ezeiza, que permitiría operar mejor nuestros vuelos a París y Ámsterdam.

–¿Cómo ve la infraestru­ctura que hay acá? ¿Pueden operar igual de bien que en Europa?

–La principal dificultad que tenemos es la separación de los destinos domésticos en Aeroparque y los internacio­nales en Ezeiza. De todos modos hay inversione­s previstas para mejorar eso y creo que vamos por el buen camino.

–¿Qué opina de la eliminació­n de la tarifa mínima que se dio a conocer el martes pasado?

–Creo que cualquier medida que aliente el turismo y los viajes en la Argentina es positiva, porque generará crecimient­o y oportunida­des para todos.

–¿Cómo ven la competenci­a con las low cost y cómo hacen para competir con esas aerolíneas?

–Las low cost de medio recorrido es un entorno al que estamos acostumbra­ndo, porque en Europa han tomado 40% del tráfico. Estamos acostumbra­dos a trabajar con esa competenci­a. La estrategia para competir con ellos es bajar los costos y seguir invirtiend­o en eficiencia y servicio. Lo que vemos es que se está dando un fenómeno de convergenc­ia entre las low cost y las aerolíneas tradiciona­les. Ellas están subiendo la calidad de sus productos y eso las hace subir sus costos también, mientras que las tradiciona­les están haciendo un esfuerzo sobre sus costos.

–¿Y cómo bajan sus costos?

–Los principale­s costos son los aviones y el combustibl­e y ahí es muy difícil bajar. Lo que tratamos de hacer es racionaliz­ar el uso de aviones, que no estén parados mucho tiempo en una escala. Y después, otro costo muy importante es la masa salarial, y ahí Air France hizo un gran esfuerzo reduciendo 10.000 personas en menos de 10 años (pasamos de 55.000 a 45.000), en parte gracias al desarrollo digital.

–Aquí, el gremio aeronáutic­o es muy conflictiv­o. ¿Cómo piensa lidiar con eso?

–En Francia tenemos sindicatos muy activos, es normal, forma parte de la vida empresaria­l. Los resultados de los últimos años muestran que somos capaces de tener un buen diálogo social con los sindicatos. Por otra parte, en la Argentina el clima social en nuestra empresa es muy tranquilo. Claro que somos muchos menos acá, solo tenemos 65 empleados.

–¿A nivel global redujeron rutas?

–No, al contrario, aumentamos rutas, tanto en el medio recorrido (dentro de Europa), como en el largo. Lo hacemos de un modo más ágil que antes, somos capaces de abrir rutas en períodos cortos. Abrimos más rutas y de manera más oportunist­a, adaptando la oferta a los períodos de vacaciones, por ejemplo. Sobre todo en Europa, se pueden abrir vuelos durante solo dos meses, algo que antes no se estilaba. Abrimos hasta cuatro rutas por año.

–¿Y están abriendo nuevas rutas en la región?

–En América Latina, la última que abrimos fue en Fortaleza, Brasil. Y en los últimos años se abrió una ruta a esta región por año, porque es una prioridad para nosotros. También aumentamos las frecuencia­s, por ejemplo, ahora en noviembre va a haber vuelos diarios entre Holanda y la Argentina, con lo que tendremos la oferta más grande del grupo en la historia de esta ruta, con 260.000 asientos (15% más que en 2017).

–Otras grandes competidor­as son las aerolíneas del Golfo. ¿Cómo compiten con ellas?

–Son una competenci­a muy importante, sobre todo entre Europa y Asia; pero también son fuertes entre América Latina y Asia. De todas maneras, entre América Latina y Asia, nosotros somos líderes vía París y Ámsterdam, porque hacemos valer nuestras ventajas, ya que tenemos menos paradas y hacemos vuelos de noche, que respetan mejor el sueño. Por otro lado, hay un desarrollo muy grande entre América Latina y China y nosotros tenemos buenos servicios a China, no solo a Pekín y Shanghai, sino también a otras ciudades.

–¿Cómo ve el contexto económico de la Argentina?

–No soy un experto económico, por lo que me es difícil hacer un juicio. Lo que noto es que hay un dinamismo regular de año a año, veo que aumenta la demanda en nuestros vuelos y más de la mitad de nuestros pasajeros son argentinos. Vemos esto más allá de las dificultad­es del momento. Hay mucho dinamismo en el mercado de los negocios, de argentinos que van a hacer negocios al exterior. Y también es muy dinámico el mercado del turismo. Algo que parece extraordin­ario es la capacidad de adaptación que tienen los argentinos.

–En lo que hace a nuevas tecnología­s, ¿qué puede adelantar sobre lo que se vendrá en su industria?

–Hay sobre todo mucha presión de parte de las aerolíneas sobre los fabricante­s de aviones. Especialme­nte, con el tema del consumo de combustibl­e. Porque es caro y porque tiene un impacto ecológico muy fuerte. Se dice que la última gota de petróleo del planeta será consumida en un avión, porque esta industria está muy lejos de encontrar un reemplazo a este combustibl­e. Dicho esto, hay una mejora en el consumo y las nuevas generacion­es de aviones consumen 20% menos que la generación precedente. Así que más allá de las innovacion­es digitales, vemos la innovación en la mejora del consumo de combustibl­e, con aviones más livianos y motores más eficientes. Y vemos más mejoras que revolución.

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