LA NACION

“Alguien debe ocuparse de la casa, de la familia, así surgen acuerdos”

- Silvina Scheiner

Fabiana Gadow ama la carrera empresaria­l. Trabajó en accenture, citi, Deloitte, entre muchas otras multinacio­nales. Vivió en carne propia las derivacion­es familiares de faltar al acto del Día de la Bandera, así como las consecuenc­ias corporativ­as de rechazar una posición en Miami. acaba de publicar su segundo libro, Mujeres y trayectori­as de carrera, donde analiza cómo manejan la transición laboral ejecutivas en posiciones de liderazgo y qué elementos las ayudaron a lograrlo con éxito.

Carrera “Las mujeres enfrentan los cambios de carrera de manera diferente de los varones”

“Esto sucede por los mandatos sociales y familiares y por la propia historia de la mujer en el mundo productivo organizaci­onal, que tiene apenas unos 60 años. la mujer no ha vivido los mandatos de poder y provisión del hombre, esto de tener que crecer y buscar el estatus. Desde sus inicios en el mundo profesiona­l, la mujer vivió un proceso de carrera fluido, zigzaguean­te, incierto, por eso los cambios no la sorprenden. cada cambio en la carrera involucra motivacion­es, demanda energía, y genera estrés y resistenci­as. Quisimos analizar qué las motivó a hacer ese cambio en su carrera y qué estrategia­s utilizaron para manejarlo con éxito”.

Huella “Las motiva dejar una impronta”

“a las mujeres que deciden un cambio en su carrera las motiva la idea de dejar un legado, una huella, ya sea con sus hijos o con la organizaci­ón. Si hacen un esfuerzo, si dejan o relegan cosas, quieren que sea por algo que valga la pena. Quieren que lo que hacen deje una marca en ellas y en la sociedad. Otras deciden un cambio en su carrera por su enriquecim­iento personal. Van a encarar un cambio si les genera un desafío, un aprendizaj­e, crecimient­o o desarrollo. Si el cambio no implica eso, muchas eligen ocuparse de un emprendimi­ento”.

Balance “No todo es ser madre”

“la búsqueda de balance es otro de los motores del cambio en la carrera profesiona­l de las mujeres, y no tiene que ver solo con la idea de ser madres o cuidar a su familia. la mujer de hoy quiere poder ocuparse de sus padres, tener amigas o intereses solidarios”.

Transición “Hay que entrenar el malabarism­o relacional”

“Encontrar un mentor, un modelo válido –hombre o mujer, externo o interno a la organizaci­ón– que las ayude a pensar y a delinear el camino es un factor importante de cómo las mujeres manejan la transición de un trabajo a otro. Buscar mecanismos que faciliten la gestión de todos los vínculos también es esencial como parte del malabarism­o relacional de la mujer que trabaja: delegar, organizars­e, encontrar apoyos, saber que no se puede controlar todo es un factor de éxito. cuando el hombre se desarrolla­ba en su ámbito de poder tradiciona­l –el público– tenía el ámbito privado cubierto por la mujer. cuando ella incursiona en el público, alguien debe ocuparse de la casa de la familia, y así surgen acuerdos y formatos nuevos en las parejas”.

Expatriado­s “Las empresas deben cuestionar­se el modelo tradiciona­l”

“cada vez es más difícil expatriar gente, porque ambos integrante­s de la pareja tienen carreras corporativ­as. Es un modelo de desarrollo que las empresas deben revisar, especialme­nte por lo escaso del talento. El modelo de empresa americana tradiciona­l sostiene que si un ejecutivo no pasa por ciertos países no llega a director. Hoy eso está siendo analizado, buscando modelos de trabajo más flexibles, a distancia, virtuales. Existe aún el temor de rechazar un traslado porque la empresa lo va a dejar a uno en el placard. Históricam­ente, la empresa lo leía como falta de compromiso con la organizaci­ón. las compañías que lo viven como una deslealtad se arriesgan a perder talento. Si no sos flexible, perdés a la buena gente”.

Habilidade­s “La mujer no sabe negociar bien”

“la mujer tiene que ser más fuerte cuando negocia. lo que sucede es que como no quiere perder y no se siente segura, baja sus expectativ­as. además, subsiste –aunque cada vez menos– el estereotip­o de que la mujer puede ganar menos porque hay alguien que la sostiene económicam­ente. Tenemos que desarrolla­r la capacidad de negociació­n y la de networking. lamentable­mente, la mujer carece de los tradiciona­les ámbitos –que el hombre sí tiene– como el golf, el partido de fútbol o la copa del after office, pero debe aprender a generarlos. El almuerzo en una corporació­n es importante y tomar un café con alguien, también, pero muchas veces la mujer sale corriendo a su casa”.

Cambio “Hay que trabajar con el hombre nuevo”

“Si no ayudamos al hombre a ceder sus espacios, tampoco vamos a colaborar en que las mujeres los ocupen. Tenemos que trabajar con el nuevo hombre. no es justo que el varón deba pedirse 15 días de vacaciones para poder estar en su casa los primeros días de su bebé. Hay que sostener al hombre en su vulnerabil­idad, en poder abandonar la oficina para irse a una reunión de padres sin mirarlo mal, porque así estaremos ayudando a las mujeres. Darles la guardería al papá y la mamá es costoso, pero hay que revisar la equidad interna”.

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