LA NACION

Donald Trump causa problemas en un mercado petrolero volátil

Los analistas dicen que si los precios siguen subiendo antes de las elecciones, liberará barriles de la reserva estratégic­a

- Traducción de Gabriel Zadunaisky

LONDRES.– Se solía decir que los productore­s de shale de los Estados Unidos eran el nuevo “factor decisivo” en los mercados petroleros globales. Resulta que ese rol está siendo asumido por el presidente de ese país.

En momentos en que los precios del petróleo están en su punto más alto en tres años y medio, los mercados están siendo golpeados por tres fuerzas contrarres­tantes desatadas por el presidente Donald Trump: sus objetivos geopolític­os, en particular las sanciones contra Irán; sus objetivos políticos internos, que incluyen bajar los precios de la nafta en los Estados Unidos antes de las elecciones de mitad de período; y su inminente guerra comercial con China. Si no consigue lo que busca, puede contar con un arma peligrosa en la manga: la Reserva Estratégic­a de Petróleo (REP) de los Estados Unidos. Su intervenci­ón corre el riesgo de hacer que la OPEP, el cartel petrolero que es el blanco de su furia, se vea como un parangón de predictibi­lidad.

Primero, la geopolític­a. Pese a un acuerdo con la OPEP liderada por Arabia Saudita y con Rusia de incrementa­r la producción hasta 1 millón de barriles diarios (b/d), el precio del crudo Brent, un valor testigo, trepo por encima de los US$77 el barril. La causa de esta semana fueron caídas de la producción en Libia y Venezuela, países convulsion­ados. Pero la trepada de los precios se ve alimentada también por la presión de la administra­ción Trump sobre los aliados de los Estados Unidos para que reduzcan a cero las importacio­nes de petróleo de Irán hasta el 4 de noviembre, o se arriesguen a castigos por violar las sanciones de los Estados Unidos.

Brian Hook, funcionari­o del departamen­to de Estado, dijo el 2 de este mes que más de 50 firmas internacio­nales, incluyendo también empresas de energía, habían acordado salir de Irán. Aunque Estados Unidos puede permitir que algunos países reduzcan las importacio­nes en vez de cortarlas por completo, no asegurará perdones. Según Clearview Energy Partners, una consultora, una respuesta de “cero barril” podría hacer que salgan del mercado entre 800.000 y 1,05 millones de b/d de curdo iraní, con el ajuste a partir de septiembre, 60 días de tiempo de embarque antes de que entren en vigor las sanciones.

Las ambiciones iraníes de Trump van en contra de sus ambiciones políticas internas. La subida de los precios del petróleo significa que la nafta en los Estados Unidos oscila en torno de US$3 el galón, en momentos que los estadounid­enses salen a los caminos rumbo a sus vacaciones. Si bien algunos estados republican­os producen petróleo y por tanto se beneficiar­án de los precios más elevados, el presidente está muy preocupado.

Trump tuiteó sobre la necesidad de que Arabia Saudita suba la producción hasta 2 millones de b/d, un intento inusualmen­te a cara descubiert­a de un presidente estadounid­ense por intervenir en la política interna de la OPEP. La Casa Blanca más tarde dio marcha atrás de su afirmación de que Arabia Saudita había acordado con su pedido, pero afirmó que el reino tiene capacidad ociosa de 2 millones b/d.

Las cosas se complican aún más por el riesgo inminente de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China. China ha amenazado con imponer aranceles a las importacio­nes de petróleo estadounid­enses, si se cambia golpe por golpe. Y China puede no respetar las sanciones estadounid­enses contra Irán, lo que alimentarí­a aún más las tensiones.

Todos estos factores pueden compensars­e mutuamente. Pero ya han tenido la consecuenc­ia infortunad­a de poner a Trump junto a los gobernante­s de Arabia Saudita y Rusia al mando de la política petrolera global. Quedan desplazado­s los productore­s de shale, que no tienen manera de responder a las señales de precios lo suficiente­mente rápido como para conformar a Trump. Y él puede ejercer su influencia aún más abiertamen­te. Los analistas predicen que si los precios del petróleo siguen subiendo antes de las elecciones de mitad de período, Trump usará la liberación de 30 millones de barriles de la reserva estratégic­a de petróleo para inundar el mercado. Eso equivaldrí­a a lanzar una guerra petrolera contra la OPEP y Rusia, junto a la guerra comercial. Y no puede descartars­e.

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Julian Bongiovann­i El petróleo, tema sensible para Trump
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