La derrota no impidió que luego llegara lo que se merecía
Jaguares tuvo un gran inicio (19-0) contra Bulls en Pretoria, pero el cansancio y la altura (1339 metros) le quitaron rendimiento; la clasificación fue un justo premio al equipo
Aunque tuvo que esperar en el mismo día el resultado de otro partido –la derrota de Sharks contra Stormers–, jaguares merecía la clasificación para los cuartos de final del Súper Rugby, algo que sucede por primera vez desde que participa en el torneo de la Sanzaar, a partir de 2016. la tercera fue la vencida, la mejor y, también, la que premió una campaña que incluyó hasta ahora, a faltando de una fecha para la culminación de la etapa regular, muchos momentos de excelente rugby y una racha de siete victorias consecutivas que se frenó recién ayer, en los 1339 metros de altura de Pretoria.
Antes de que la caída de Sharks, el rival del próximo sábado, jaguares sufrió lo que tantas veces afectó a otros equipos argentinos: la altura de una de las tres capitales sudafricanas. Bulls, en un desarrollo frenético y extremadamente errático, lo superó por un 43-34 que en lo numérico no refleja lo que ocurrió en la cancha en los 80 minutos.
cuando gonzalo Bertranou anotó el tercer try a los 19 minutos, que con la conversión de nicolás Sánchez aportó a un 19-0, parecía que jaguares iba a enhebrar otro gran triunfo. Pero aquello quedó tan lejano que los argentinos ni siquiera lograron llevarse el punto de bonus defensivo, ya que en la última acción, tras el try de Pablo matera –el mejor de la franquicia de la UAR–, emiliano Boffelli, otra de las figuras, no acertó la factible conversión. el cansancio del fullback, que terminó jugando como apertura, no le dio piernas para convertir y conseguir el punto extra.
Bulls, ya sin nada por jugar y sin algunos titulares, se transformó a lo largo del encuentro: de un equipo sin tackle y de line muy flojo, pasó a ser uno que salió a flote en medio del barullo en el que se metió jaguares, en parte por errores propios y en parte por –fundamental– el cansancio que produjeron el viaje, el ida y vuelta y la altura de Pretoria.
los 20 primeros minutos argentinos fueron una maravilla. Tres tries en ese lapso, uno mejor que el otro. empezó nicolás Sánchez con una acción individual tras un penal-line-maul; siguió el capitán matera después de una jugada larga que pasó por las manos de varios rugbiers y completó Bertranou con otra acción bien vertical, de pases en el contacto y corridas muy profundas. era un festival de jaguares y parecía que la clasificación estaba al alcance de la mano.
Pero de a poco, Bulls emparejó en la posesión y en el territorio, que de todos modos quedaron en el primer tiempo en favor de los argentinos, en porcentajes de 68 y 67, respectivamente. Sin mucho, solamente confundiendo a jaguares con jugar la pelota en cualquier momento. el try de Kotze, tras fallas en la marca, ni siquiera pareció un anuncio, ya que el conjunto de la UAR continuaba con su dominio. Pero sí lo fue el de Papier, porque acercó al local en el marcador (19-14) y, ya con la chicharra, Kriel le sacó la pelota a guido Petti Pagadizábal y se fue derecho hasta debajo de los palos. De 19-0 a 19-21. no se podía creer.
el segundo tiempo mostró a Bulls mucho más seguro. el cuadro sudafricano mejoró en el tackle y el line y empezó a jugar a lo que le propone su entrenador neozelandés, john mitchell: aprovechar todo el ancho de la cancha. un penal de Handré Pollard alargó a 5 (24-19) la diferencia, pero una pelota pescada por matías moroni, una magnífica corrida de Boffelli y una excelente continuación de Bertranou volvieron a poner a los argentinos adelante: 26-24. iban 5 minutos del segundo tiempo. Fue la última vez que jaguares se vio ganador.
Tres tries, dos del wing ulengo y uno del ala Van Staden, estiraron a Bulls a un 43-29 que a los 24 minutos de la segunda mitad prácticamente definió el pleito. los cambios, los largos minutos que consumieron el scrum y el cansancio dejaron a jaguares sin respuestas.
no encontró en esos 80 minutos lo que fue a buscar a Pretoria. lo festejó después, con otro resultado. Pero lo merecía. Ahora viene otra etapa, más allá del rival que toque y de la ciudad a la que haya que viajar (las posibilidades de conservar la localía ahora dependen de lo que pase con lions). el propósito es el mismo del comienzo: jugar el mejor rugby posible.