La influencia de lo aleatorio
MOSCÚ.– Brasil hizo todo como para seguir en el Mundial. Tras las sorpresas de De Bruyne falso 9 y Lukaku wing derecho que sacudieron a su defensa en el primer tiempo, ajustó marcas, presionó, concedió una sola contra y creó muchas oportunidades para empatar el juego. El notable arquero Courtois, imprecisas definiciones y un Hazard en modo Riquelme 2000 ante Real Madrid dejaron el marcador 2-1. Bélgica a semifinales, Brasil a casa.
Luego de la derrota, el entrenador Tite dio una ejemplar conferencia de prensa. “Es muy cruel hablar ahora. Fue un partidazo, con altísima calidad de ambos equipos. Tuvieron más efectividad que nosotros. El futbol tiene un componente aleatorio. No lo considero suerte. La suerte es una forma elegante de despreciar la competencia. Ellos finalizaron bien sus ataques. Forma parte del juego. No creo en la suerte. ¿Tuvo suerte Courtois? No, es bueno. Dominamos dos tercios del partido. El hincha valora lo que hicimos, aun en el dolor”
Brasil llegó muy bien a Rusia, con figuras y un estilo reconocible. Cambió el entrenador luego de la Copa América 2016. Tite diseñó un plan que incluyó hasta el seguimiento de los posibles rivales a cargo de analistas de clubes de Primera y Segunda. La Seleçao no había perdido partidos oficiales bajo su conducción. El 1-2 ante Bélgica fue su primera derrota. Con matices, me hizo acordar al 2-3 ante Italia en España ’82 con un Paolo Rossi tan iluminado como Courtois.
Por su formato y por su dinámica, el Mundial promueve una mayor influencia de ese componente aleatorio, mucho menos determinante en un campeonato de clubes, donde hay margen para recuperarse de una caída. Aquí no hay mañana. Es poderosa y peligrosamente igualador lo aleatorio.
Hay 28 eliminados. Alemania presentó una planificación que ya lleva más de quince años. Su seleccionador asumió en 2006 y tiene contrato hasta 2022. Argentina no trajo hoja de ruta. En los últimos cuatro años tuvo a cuatro presidentes de AFA y cuatro seleccionadores. Desde 2006, ocho técnicos dirigieron a la selección mayor. Los dos eran favoritos a jugar los siete partidos y se quedaron afuera prematuramente. ¿Entran en la misma bolsa bajo el paraguas protector de que “el Mundial es así, papá”?
Uruguay tiene un proyecto consolidado con Tabárez desde 2006. Sus últimos cinco equipos juveniles le aportaron once futbolistas a esta selección. Fue eliminada en cuartos. Croacia echó a su entrenador dos días antes de un partido por eliminatorias ante Ucrania. Asumió Zlatko Dalic, a.k.a. Yagui Forestello. Llegó desde el Al Ain de Emiratos Árabes. Hizo sentir más importantes a Rakitic y a Modric, contenidos y limitados con Cacic, el anterior seleccionador. Ganó el repechaje ante Grecia y se clasificó. En el Mundial, se cargó a sus tres rivales del grupo. Subasic fue Goyco en octavos y cuartos. Al igual que Argentina en 1990, pasó dos rondas de eliminación directa por penales. ¿Suerte? No, capacidad para ejecutar mejor en esas definiciones. ¿Proyecto? Tampoco. Un nuevo DT potenció a sus figuras. Sus futbolistas lo aman y también juegan para él.
Las victorias de Inglaterra y Bélgica permitieron conocer sus proyectos. Si no hubieran ganado, no habríamos descubierto la importancia de Michel Sablon en la formación de los futbolistas belgas ni el significado del predio de St George en la educación de los jugadores ingleses. Periodistas jóvenes como Juli Giacobbe (@juligiacobbe) o Juan Pablo Paterniti (@jppater) han desarrollado en Twitter hilos tan interesantes como útiles respecto de cómo las federaciones de ambos países tomaron decisiones para modificar el status quo de sus selecciones ante fracasos anteriores. Quiero destacar esta valiosa contribución entre tantos y valederos cuestionamientos a la cobertura mundialista de los medios argentinos.
Otro periodista Mati Petrone (@mati_petrone) documentó la influencia de la pelota parada en los triunfos ingleses, todos abiertos por esta vía mucho más influyente en el torneo de los detalles aleatorios. Sumados Euro 2012, Mundial 2014 y Euro 2016, Inglaterra había tenido 72 tiros de esquina con CERO gol. Harry Kane, sí el goleador del Mundial, los ejecutó durante la ultima Eurocopa con Roy Hodgson de entrenador mientras Raheem Sterling los esperaba dentro del área. Se ven cortinas, aclarados, técnicas de remate, trenes de la alegría dentro del área, movimientos bien marcados. Contrataron especialistas, buscaron aportes de entrenadores de basquet y futbol americano. Repito: conocemos todo esto porque ganaron. Pero lo hicieron para ganar y marcar diferencias con su propio pasado.
Belgica e Inglaterra también cambiaron a sus respectivos entrenadores entre Brasil y Rusia. Martínez reemplazó a Wilmots en 2016. Ese mismo año, Southgate sustituyó a Sam Allardyce, despedido por difundirse su presunta implicación en el cobro de comisiones ilegales por transferencias de futbolistas. ¿Proyectos? Sí, sujetos a modificaciones coyunturales. Si Mateus Uribe metía su penal y si Japón acertaba un contraataque con el 2-0 arriba, no habríamos escrito esta nota. Forma parte de la influencia de lo aleatorio en este torneo. Sin plan directivo de largo plazo, sin jugadores convencidos y sin gestión deportiva durante la misma competencia, es imposible que te vaya bien aunque lo aleatorio te favorezca como ese gol de Rojo ante Nigeria o cuando te pusiste 2-1 arriba ante Francia sin buscarlo. Tite enseña el camino con honestidad y sin llanto. Ya basta de llorar. Argentina hizo todo lo posible para quedarse afuera de este Mundial.
Las victorias de Inglaterra y de Bélgica permitieron conocer sus proyectos