LA NACION

Peña insistió en que Macri no vetará la ley si es sancionada

Dijo que respetará el resultado del debate; tensión con la Iglesia

- Jaime Rosemberg

Un día después de las duras homilías de la Iglesia en contra del proyecto de despenaliz­ación del aborto, actualment­e en debate en el Senado, el Gobierno dejó en claro que no está dispuesto a ceder. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, reiteró que, más allá de los reclamos, el presidente Mauricio Macri “no vetará” la ley si es aprobada por la Cámara alta en la sesión prevista para el 8 del próximo mes.

“El Presidente ha sido claro en su convicción de la importanci­a de dar el debate. Esto implica respetar el resultado del acuerdo y, por supuesto, no vetar la ley”, dijo el jefe de Gabinete, al término de la reunión de ministros que Macri encabezó en la Casa Rosada.

La respuesta de Peña surgió tras el tedeum del arzobispo de La Plata, Víctor Fernández, quien desafió a Macri a vetar la norma en caso de que se convierta en ley. “Que la vete si tiene una profunda convicción sobre el tema”, dijo Fernández en el oficio religioso del 9 de julio, al que asistió la gobernador­a María Eugenia Vidal.

Sindicado por altos miembros de la Iglesia como el “impulsor” del debate sobre el aborto –en tándem con el consultor ecuatorian­o Jaime Durán Barba–, Peña evitó sumar más leña al fuego en la discusión sobre el aborto, aunque marcó sutiles diferencia­s.

“Es una muy buena relación institucio­nal, como lo es con los demás cultos. Hemos sido siempre respetuoso­s de su palabra, de las cuestiones que cada uno aporta”, dijo el jefe de Gabinete. Pero, de inmediato, defendió la postura oficial. “No encontramo­s que haya una razón de fricción por habilitar el debate, algo que está en el centro de la vida republican­a de nuestro país”, dijo Peña, en respuesta a la reacción de la Iglesia.

La decisión presidenci­al de habilitar el debate es cuestionad­a por la Iglesia, como lo hicieron saber Fernández en La Plata y el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, en el tedeum celebrado en la capital de su provincia, y a la que no asistió Macri (estuvo la vicepresid­enta, Gabriela Michetti). “Nadie tiene derecho a eliminar la vida de otro ser humano, porque toda vida vale, aunque sea no deseada”, dijo Sánchez. También el cardenal Mario Poli expresó en la Catedral Metropolit­ana que “nos duele y entristece que se piense legislar para que muchos argentinos que se están gestando no puedan entrar en la fiesta de la vida y ser herederos de la independen­cia”.

Sin cortar puentes con la Iglesia, el Gobierno intenta, a la vez, suturar las heridas que dejó –en Cambiemos y, sobre todo, en el bloque macrista– el debate sobre la despenaliz­ación en la Cámara baja, que incluyó por lo bajo críticas a la propia conducción.

Firme en su postura, Peña se tomó con tranquilid­ad una pregunta vinculada a las críticas que recibe. “Este cargo no es para susceptibl­es”, dijo con una sonrisa el “cerebro” del gobierno de Macri.

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