LA NACION

Los innovadore­s contra Modric y su pandilla

Un partido de contrastes definirá al oponente de Francia en la final; la técnica croata tendrá una dura prueba frente al vigoroso fútbol inglés

- Marcelo Gantman

MOSCÚ.– Inglaterra y Croacia visitan lugares a los que tenían vedado el acceso. Los ingleses juegan hoy la semifinal de un Mundial por primera vez desde 1990. Cuando eso sucedió, 17 de los actuales 23 jugadores del plantel todavía no habían nacido. Los croatas fueron terceros en 1998 con aquel selecciona­do en el que estaban Zvonimir Boban, hoy miembro encumbrado de la FIFA y Davor Suker, presidente de la Federación de Fútbol de Croacia desde 2012. Un equipo muy joven como Inglaterra y otra de las generacion­es doradas del Mundial como Croacia están atentos al llamado histórico del fútbol.

Inglaterra, el equipo de de Gareth Southgate, l os futbolista­s de asistencia perfecta en la Premier, se las verán con los de un curso superior. Croacia ya no le teme a nada. Viene de dos partidos definidos en la tanda de penales. Llega a este partido con héroes consumados como su arquero Danijel Subasic. Dejó atrás la experienci­a de jugar contra Rusia. A Croacia no se le mueve un músculo de la cara por la propuesta innovadora de Southgate y sus múltiples fuentes para beber nuevos conocimien­tos.

Por eso es tan fascinante este partido. Inglaterra con su juventud y Croacia con la experiment­ada “pandilla de Modric”, traen otra brisa para los Mundiales de fútbol con puntos de partida diferentes. Los ingleses agotan los pasajes de las líneas aéreas para llegar al Estadio Luzhniki en un campeonato con el que mantenían distancia. “Sabemos todo lo que está generando este equipo. Somos un país que vibra con el deporte, especialme­nte con el fútbol y en términos deportivos nuestros hinchas vienen sufriendo hace muchos años. Estamos disfrutand­o de este viaje. Tenemos un gran equipo y a la vez un plantel joven. Pero estamos listos para que este viaje pue- da continuar después del partido de mañana”, comentó Southgate.

Para que la aventura siga adelante, tendrán que frenar a Luka Modric. Es el cerebro de Croacia. Sin ubicación fija en la cancha, piensa y ejecuta el partido para un grupo de leales que lo acompañan. “Es un jugador de clase internacio­nal. Uno de los más importante­s de este Mundial. No voy a contar aquí cuál es el plan para frenarlo, pero tenemos uno”, dijo Jordan Henderson, mediocampi­sta del Liverpool.

Modric es más que un jugador top. Por lo menos para los miembros del campamento croata: “Es un enorme futbolista y además es un líder. Lo conozco desde que comenzamos a jugar juntos en el Dinamo Zagreb. Además, es una gran persona. Merecería ser elegido como el mejor futbolista”, señaló Mario Manduzkic, delantero de Croacia.

Croacia tiene una referencia clara en Modric. Las subidas de Perisic y Rebic por las bandas y el arrastre de marcas de Mandzukic dependen de la organizaci­ón de la estrella del Real Madrid. Inglaterra responde a una estructura que se abastece con las prestacion­es de varios jugadores. Harry Kane es un peligro para cualquier defensa. Los zurcos en diagonal de Ashley Young, la técnica y la velocidad de Dele Alli son otro punto alto. Los movimiento­s de los jugadores en las pelotas paradas (Inglaterra lleva 8 goles por esa modalidad) han sido objeto de estudio de todos los programas de TV mundialist­as.

Inglaterra y Croacia se cruzan en el Luzhniki. Croacia con más dificultad­es e Inglaterra con un sprint más elegante, sirven en bandeja una semifinal del Mundial en la que el fútbol es respetado y el contraste surge a la vista. La frescura y la riqueza conceptual de los chicos de Southgate y la piel curtida de los croatas de Dalic. Que ya le vieron dos veces la cara a la eliminació­n y nada parece conmoverlo­s, salvo avanzar en el Mundial hasta la última estación.

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