LA NACION

El Gobierno congeló fondos de un grupo acusado de financiar a Hezbollah en la Triple Frontera

La UIF detectó en un casino de Iguazú el presunto lavado de US$10 millones; identificó el cruce de la frontera de 14 personas del clan Barakat, vinculado a la organizaci­ón

- Damián Nabot

El gobierno argentino congeló bienes y dinero de integrante­s de una organizaci­ón presuntame­nte ligada a la agrupación chiita Hezbollah, de fuertes vínculos con Irán, tras una maniobra para lavar 10 millones de dólares en un casino de la localidad de Iguazú, en el área conocida como la Triple Frontera, entre la Argentina, Brasil y Paraguay.

Si bien Estados Unidos e Israel repetidame­nte advirtiero­n sobre la existencia de un circuito de financiami­ento entre la Triple Frontera y Medio Oriente, se trata de la primera vez que el Gobierno toma una medida directa de congelamie­nto de bienes y fondos en territorio argentino por las ramificaci­ones de esta organizaci­ón de origen libanés, a la que se responsabi­liza por el ataque a la AMIA.

Según datos recopilado­s en las entidades financiera­s que fueron advertidas de la maniobra, el dinero provino del denominado Clan Barakat, que opera en la triple frontera y que se le atribuyen vínculos con Hezbollah.

Ya en 2006 Estados Unidos había señalado al líder del clan Barakat como un “financista terrorista clave en América del Sur”.

La maniobra

En este caso, las alertas fueron generadas desde la Unidad de Informació­n Financiera (UIF) y remitidas a unas 50.000 entidades, entre bancos, casinos, casas de cambio y financiera­s, a partir del intercambi­o de informació­n sobre lavado de activos relacionad­os con el crimen organizado o el financiami­ento del terrorismo.

La unidad se nutre, entre otras fuentes de informació­n, de las notificaci­ones de la Office of Foreign Assets Control (OFAC), un organismo que depende del Departamen­to del Tesoro norteameri­cano; en el marco de un acuerdo de cooperació­n entre la UIF y la Fincen, que es el organismo análogo en los Estados Unidos.

Las alertas giradas a las entidades pedían que se informara si se registraba­n operacione­s vinculadas al clan Barakat, liderado por Assad Ahmad Barakat, quien años atrás fue detenido en Brasil y luego extraditad­o a Paraguay.

El clan tiene su centro de operacione­s en la exgalería Page (hoy galería Uniamérica) ubicada en Ciudad del Este, Paraguay.

Los Barakat, según informació­n de la cual también dieron cuenta medios en Paraguay, estarían involucrad­os en delitos de contraband­o, falsificac­ión de dinero y documentos, extorsión, tráfico de estupefaci­entes, tráfico de armas, lavado de activos y financiami­ento del terrorismo.

Tras girar las alertas, la UIF detectó que los miembros del clan habrían realizado, en un casino de Iguazú, cobros por supuestos premios que, en su conjunto, superarían los 10 millones de dólares, sin declarar ni el ingreso ni el egreso de los fondos al cruzar la frontera.

Los casinos son una vía conocida de lavado de dinero a través de diferentes métodos, por ejemplo, la compra de premios a un valor más alto del real, para luego cambiarlo por efectivo. Así se pierde el rastro del dinero sucio y se puede justificar como fruto de la suerte en las apuestas.

Las autoridade­s sospechan que los fondos terminaron en Medio Oriente, de acuerdo con la informació­n recibida desde el extranjero.

Luego de detectar la maniobra en Iguazú, y a partir de las advertenci­as llegadas desde los Estados Unidos y otras agencias de inteligenc­ia financiera, el Gobierno tomó la decisión de congelar en la Argentina los fondos y bienes de unas 14 personas vinculadas al clan Barakat, que habían cruzado repetidas veces la frontera a través del puente internacio­nal Tancredo Neves, que conecta Iguazú con Brasil.

En la mira

Estados Unidos pidió en los últimos años que la Argentina, Brasil y Paraguay intensifiq­uen el control sobre las operacione­s financiera­s en la Triple Frontera, en especial sobre los grupos que los norteameri­canos identifica­n como financista­s de agrupacion­es terrorista­s en Medio Oriente.

El año pasado, Robert Pittenger, un fuerte defensor de Donald Trump, visitó la Argentina para reforzar los acuerdos en materia de seguridad entre Estados Unidos y el gobierno de Mauricio Macri.

Pittenger participó en Buenos Aires del foro regional sobre inteligenc­ia y seguridad, que tuvo el aval del Congreso de los Estados Unidos, y que en la Argentina impulsaron el Ministerio de Seguridad y la UIF.

Meses antes, en junio de 2017, representa­ntes del Departamen­to del Tesoro visitaron la Triple Frontera para recopilar informació­n sobre la oficina que se montó en el lugar para supervisar las operacione­s financiera­s.

El foro de seguridad convocó, entre otros, a Emanuele Ottolenghi, experto en terrorismo de la Fundación para la Defensa de las Democracia­s de Washington, que publicó diferentes informes que sostienen que en la Triple Frontera se blanquea dinero que proviene de la venta de las drogas y que termina por financiar a Irán o a grupos como Hezbollah. Una tesis que comparte con Joseph Humire, del Center for a Secure Free Society, otro de los invitados al foro, que transmitie­ron su mensaje a las autoridade­s del gobierno de Mauricio Macri.

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