LA NACION

Obras que corrigen rémoras del pasado

A pesar del dinero invertido, durante muchos años se siguieron produciend­o accidentes, con heridos y muertes que podrían haberse evitado

-

La obra pública durante los gobiernos del matrimonio Kirchner estuvo caracteriz­ada por la incompeten­cia, la corrupción y la insuficien­cia para resolver los problemas de la infraestru­ctura, a pesar de las importante­s sumas destinadas a ese fin. Esta circunstan­cia estuvo directamen­te relacionad­a con los altos costos, la sobrefactu­ración y una generaliza­da corrupción que exponía claramente la ausencia de una selección de obras que respondier­an a las necesidade­s reales y no, como sucedió, a manejos políticos o al enriquecim­iento propio a través de testaferro­s. Es así como mientras que en Santa Cruz algunos caminos contratado­s con las empresas de Lázaro Báez terminaban en la nada misma, en otros lugares muchas inversione­s de bajo monto, pero de extraordin­aria utilidad, quedaban en el olvido. Esto ocurrió en muy diversas áreas de la energía, el transporte, la provisión de agua y cloacas, en edificios de hospitales, escuelas y en cuanta cosa pasara por el Estado, ya sea nacional o provincial­es.

Podríamosd­escribirmu­choscasos paradigmát­icos que, en sus efectos, nos llevaron a perder el autoabaste­cimiento energético, y a quedar fuera de los mercados de exportació­n por los altos costos de transporte y logística. También podríamos referirnos a la extraordin­aria tasa de accidentes en rutas o puentes, que, por no mejorarse y ampliarse, pasaron a denominars­e “trágicos” o “de la muerte”. Nos referiremo­s a un caso que sirve de paradigmát­ico ejemplo.

La ruta nacional 5 conecta Buenos Aires con la zona oeste y la provincia de La Pampa. Se extiende entre el kilómetro 62 de la ruta nacional 7 y hasta el kilómetro 607, en Santa Rosa. Sirve a un tráfico diario de más de 20.000 camiones y automóvile­s, que estaban sometidos a todas las dificultad­es y los riesgos de un camino de dos trochas: una en cada dirección. Para colmo de males, esta ruta debía atravesar la zona urbana de Luján. Esto demandaba tiempo y molestia, y generaba accidentes. Se trataba de un tramo corto de 8,5 kilómetros, que debía construirs­e desviando el trazado fuera de la zona urbana, conectando con el Acceso Oeste. Es lo que en la técnica caminera se denomina circunvala­ción o

bypass. Pues bien, se comenzó esa obra con el alivio y la expectativ­a de todos los usuarios y vecinos. Pero pasaron casi 13 años y la ilusión se fue esfumando. La construcci­ón se paralizó y lo ya construido comenzó a deteriorar­se. Todo el tránsito debía continuar atravesand­o lentamente parte de la zona urbana y el tristement­e célebre puente por el cual no podían circular dos vehículos al mismo tiempo

Mientras esto todavía ocurría, se habilitó el primer tramo de la nueva autopista Luján-Bragado. El contraste se hizo más evidente. La obra de la colectora se había licitado y contratado en 2001 y, en 2004, había avanzado 5 kilómetros. Cuando en ese año los trabajos se paralizaro­n, faltaba menos de un kilómetro. Durante los 12 transcurri­dos en esta insólita situación no solo había una inversión hundida que no se utilizaba, sino que además su uso indebido y la falta de mantenimie­nto jugaron su efecto destructiv­o.

En mayo de 2016, la Dirección Nacional de Vialidad reinició la obra y en solo seis meses habilitó, con diseño de autopista, los primeros 5400 metros entre Jáuregui y la ruta provincial 47. El tramo que restaba para empalmar con el Acceso Oeste, que requirió puentes sobre las rutas 47 y 5 y el ferrocarri­l Sarmiento, se finalizó e inauguró en abril pasado.

En este caso, como en muchos otros, el dinero invertido no impidió que durante años se produjeran accidentes con heridos y muertes que podrían haberse evitado. Fueron, además, miles de horas perdidas y millones de litros de combustibl­es consumidos innecesari­amente. Con el cambio de gobierno, solo con decisión, mayor orden y honradez, en menos de dos años se completó una obra que beneficia el transporte entre los partidos de Luján, Mercedes, Suipacha, Chivilcoy y Bragado con la región metropolit­ana.

La licitación y la adjudicaci­ón reciente de seis corredores viales por el sistema de participac­ión públicopri­vada (PPP) comprenden varios casos de circunvala­ciones de ciudades y la transforma­ción en autopista de caminos de alta siniestral­idad. Lo remarcable es que los costos unitarios de estas obras se han reducido considerab­lemente y que llegó la hora de recuperar el tiempo y los dineros perdidos sin sentido.

 ??  ?? El viejo, angosto y peligroso puente de la ruta nacional 5
El viejo, angosto y peligroso puente de la ruta nacional 5
 ??  ?? Por debajo, la nueva autopista; por encima, los puentes ferroviari­o y caminero
Por debajo, la nueva autopista; por encima, los puentes ferroviari­o y caminero

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina