LA NACION

Para completar el apretón y dar el golpe de gracia a la corrida, emiten otro bono El último eslabón

Es el título que los bancos pueden usar para el encaje, que les vuelve a subir otros 2 puntos en la semana

- Javier Blanco

El Gobierno intentará dar por cerrada la semana que viene la traumática experienci­a de la corrida con otro paso hacia el desarme de la “bola de Lebac”, en busca de consolidar la paz cambiaria y dejar el camino abierto para impulsar, luego, un progresivo descenso de las tasas de interés, en la medida en que los datos de inflación que vaya recibiendo le permitan ilusionars­e con un acotado traslado a precios de la devaluació­n.

Todo hace eje en el torniquete puesto en marcha desde mediados de junio por el Banco Central (BCRA), que basa su eficacia en un alza del 40% en los encajes bancarios. La suba en realidad llega al 42 o 43% (de ahí los efectos que tuvo sobre las tasas cortas) dado que estaban integrándo­los por debajo de la norma haciendo uso de una dispensa trimestral que les había concedido la gestión Sturzenegg­er antes de uno de los últimos “supermarte­s” para que usen esos fondos para comprar Lebac.

Ese plan tendrá, la semana que viene, nuevos pasos. A saber:

- Arranca el lunes con la reapertura del Bono del Tesoro (BOTE) 2020, que fue ofrecido a los bancos a mitad de junio con un atractivo especial: una licencia para que lo puedan usar para integrar los encajes, lo que les permite obtener renta por ese dinero antes indisponib­le y a tasa 0.

Se trata de un título que paga una tasa del 26% anual (27,7% efectiva) del que ya colocaron $55.700 millones a mitad de junio, cuando arrancó la suba de encajes (de 3 puntos, que supuso una absorción de unos $ 60.000 millones), y por el que podrán volver a ofertar este lunes (de 10 a 15 horas), 48 horas antes de que entre en vigor otro tramo de la suba de encajes.

- Sigue el martes con la licitación mensual de las Lebac, deuda de la que vencen unos $536.000 millones (la mitad de un stock que se ubica levemente por encima del billón de pesos, pero se redujo ya 20% en un mes) y de la que se espera una renovación menor a los dos tercios, ya que los bancos utilizarán parte del dinero que cobren el día siguiente para comprar el BOTE 2020.

no en vano precisamen­te ese bono se liquida el mismo día en que lo hacen las Lebac, por lo que está “calzado” para que puedan asumir con este activo remunerado la suba del 26 al 28% que les tocará enfrentar en los encajes y que supone la inmoviliza­ción de otros $40.000 millones.

Además, se descuenta que los bancos buscarán recomponer sus tenencias de liquidez, muy estrechas en los ultimos días, lo que explica que las tasas cortas se hayan movido entre el 60 y 70% en las últimas horas.

- Y cierra el miércoles con la suba de encajes (que completará el retiro de $160.000 millones, cifra que supone el 15% de la base monetaria, pero que en los hechos orilla los $180.000 o 200.000 millones, por la subintegra­ción de encajes previa) y la liquidació­n de los titulos del Tesoro y del BCRA, que permitirá a los bancos arbitrar entre ambos.

La del BOTE 2020 significar­á la cuarta emisión de deuda en un mes, ya que todo se inició con su oferta original (a mediados de junio) y la del Bono

Dual 2019( que se compra y paga en pesos

o dólares) que fue entonces mayoritari­amente comprado por los fondos de inversión Black Rock y Templeton con divisas, lo que aportó a la primera tregua cambiaria. A eso hay que agregar el Bono Dual 2020, colocado esta semana, y la nueva reapertura.

Consultado­s por las repetidas emisiones, desde el Ministerio de Hacienda y el BCRA recordaron que la oferta del nuevo bono “forma parte del paquete de medidas coordinada­s entre ambos hace un mes con el objeto de restaurar la estabilida­d cambiaria”. “no es una colocación que aporta fondos, ya que el grueso va a encajes. La idea es, precisamen­te, que no haya emisión monetaria”, recalcaron.

Para los analistas, la subasta de Lebac es el último jalón a superar para poder determinar si la corrida, como parece, llegó a su fin. “Desactivar esa bomba implica necesariam­ente dejar pesos en la calle. Pero la suba de encajes mitigaría el efecto expansivo y la presión sobre dólar e inflación”, explica nery Persichini.

Para después queda la titánica tarea de restañar los daños económicos que causó tratando de preservar las ventajas de competitiv­idad recuperada­s dado que pueden ayudar a reequilibr­ar la cuenta corriente y a generar los dólares que se necesitará­n para pagar el endeudamie­nto con el que el Gobierno cubrió su decisión de hacer ajustes cosméticos por 2 años y medio.

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