LA NACION

Jóvenes y religión

Las nuevas generacion­es toman por las suyas ideas, principios y prácticas de distintas creencias.

- Lorena Oliva

Las nuevas generacion­es no reniegan de los cultos tradiciona­les, pero tienden a alejarse de prácticas como el rezo diario y la asistencia a celebracio­nes, además de tomar ideas o principios de distintas creencias para modelar una manera propia de entender la fe

En vastas regiones del mundo, los jóvenes tienden a ser menos religiosos que sus mayores. El fenómeno es detectable en tantos países que bien podría hablarse de una tendencia global. Según un reciente estudio del Pew Center Research, los niveles de afiliación a una religión determinad­a, de práctica diaria de la oración y de asistencia semanal a misa o a un culto religioso decrecen entre los 18 y los 39 años en buena parte del mundo, si se los compara con las cifras registrada­s en la generación precedente.

“Aunque la brecha de edad en el compromiso religioso es más grande en algunos países que en otros, el fenómeno ocurre en contextos económicos y sociales diferentes: tanto en países en desarrollo como en economías industrial­es avanzadas, en países de mayoría musulmana y en Estados predominan­temente cristianos, y tanto en sociedades que son, en general, sumamente religiosas, como en aquellas que son más bien seculares”, señalan las conclusion­es del informe, difundido el mes pasado.

Según el mencionado trabajo, en 14 de 19 países encuestado­s en América Latina y el Caribe, así como en Estados Unidos y Canadá, la población menor de 40 años es mucho menos propensa que sus mayores a decir que la religión es importante en su vida. Por otra parte, la brecha de edad es más común en algunos grupos religiosos que en otros, dándose más entre los cristianos que entre los musulmanes o los budistas.

“Nuestro informe ofrece una instantáne­a global de las diferencia­s de edad en el compromiso religioso. Si la contrastam­os con los 80 años de datos sobre la asistencia a servicios religiosos recopilado­s por Gallup en Estados Unidos, vemos que en los años 40 y 50 no hay brechas de edad significat­ivas. Sin embargo, a mediados de los 70, las diferencia­s de edad se parecen mucho a las que registran hoy; es decir, se han mantenido estables. Otros investigad­ores han encontrado brechas de edad similares en otros países occidental­es, si bien han hallado que cada nue- va generación tiende a ser un poco menos religiosa que la anterior”, explica a Stephanie Kramer, la nacion investigad­ora asociada del Pew Center Research.

Este menor interés de los jóvenes por la religión podría sugerir que nos encaminamo­s hacia un mundo menos religioso. Sin embargo, los estudiosos del tema consultado­s para esta nota sacan conclusion­es menos lineales. Por ejemplo, el menor interés hacia prácticas propias de las religiones tradiciona­les (el acto de rezar o la asistencia semanal a misa), así como alguna renuencia a asumir de modo expreso un credo, pueden refleja r también que, entre los jóvenes, la espiritual­idad se vive principalm­ente por fuera de las institucio­nes.

“Los jóvenes tienden a distanciar­se de las religiones institucio­nalizadas como el catolicism­o y los grandes grupos cristianos evangélico­s, pero, en contrapart­ida, tienden a asumir creencias sobre el mundo, el ambiente y la subjetivid­ad que incluyen seres sobrenatur­ales, energías o principios no determinab­les por la razón y la ciencia. En esas búsquedas se reelabora la religión bajo la forma de lo que suele llamarse confusamen­te ‘espiritual­idad’”, sostiene el sociólogo y antropólog­o Pablo Semán. De acuerdo con el especialis­ta, son los sujetos los que determinan con qué pautas estéticas, de comportami­ento y principios morales combinan su religiosid­ad, y cómo compatibil­izan orientacio­nes espiritual­es que para otros serían contradict­orias.

“¿Se pueden conjugar Osho y el cristianis­mo? Para los jóvenes más autónomos esto es más posible que para los líderes religiosos tradiciona­les, para dar un ejemplo. Las iglesias tradiciona­les aciertan en querer acercarse a los jóvenes con herramient­as, con retórica y con estéticas que forman parte del entorno corriente de los jóvenes, pero eso no alcanza: las religiones tradiciona­les intentan adaptarse a un mundo que cambia más rápidament­e que su propia capacidad de adaptación”, agrega Semán.

El trabajo del Pew Center Research, que es resultado del análisis de diferentes encuestas que la institució­n ha venido realizando a lo largo de la última década, llega a pocos meses de la celebració­n de la XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en Roma del 3 al 28 de octubre próximo y que estará dedicado, justamente, a repensar el vínculo de la iglesia Católica con los jóvenes. “Para muchos jóvenes, la fe se ha convertido en un asunto privado en vez de comunitari­o, y las experienci­as negativas que algunos jóvenes han tenido con la iglesia han contribuid­o a eso. Existen muchos jóvenes que se relacionan con Dios sólo a un nivel personal, aquellos que son ‘espiritual­es pero no religiosos’”, apunta el documento preparator­io, confeccion­ado en marzo último por unos tresciento­s jóvenes procedente­s de diferentes partes del mundo.

Santiago Tognietti, coordinado­r nacional de Pastoral Juvenil de la Conferenci­a Episcopal Argentina, fue uno de ellos. “Desde mi experienci­a, el joven es un ser puramente espiritual, porque está atravesado por preguntas que lo interpelan en lo más íntimo, relacionad­as con sus sueños, sus deseos, sus metas o su vocación. Y son preguntas que quiere o tiene que responder en tiempos muy turbulento­s. El joven trae novedad, y la iglesia como institució­n tal vez tenga alguna dificultad para escucharlo. Llega a Dios por una experienci­a, no por un rito. El desafío es encontrar las formas y lenguajes para compartir la vida. Con este

sínodo quiere replantear su acompañami­ento”, reflexiona este joven de 27 años que, antes de comenzar a trabajar en la Pastoral de jóvenes, ha formado parte de institucio­nes como el Movimiento de los Focolares y la Acción Católica Argentina.

En el país existen grandes diferencia­s en términos de compromiso religioso de acuerdo a la edad, según el trabajo del Pew Center Research. “En Argentina, las personas más jóvenes son significat­ivamente menos religiosas que sus mayores. Alrededor de la mitad de los argentinos mayores de 40 años dice que la religión es muy importante en sus vidas, en comparació­n con el 35% de los adultos más jóvenes; una brecha de 15 puntos. Y casi la mitad (48%) de los argentinos mayores de 40 informan que rezan todos los días, mientras que lo hace solo el 31% de los menores de 40”, puntualiza Kramer, del Pew.

Otras opiniones

Los especialis­tas también registran una correlació­n entre los niveles de compromiso religioso y la opinión respecto de ciertas normas sexuales y de género. “En una encuesta de opinión pública realizada por nuestra institució­n entre 2013 y 2014, las personas más jóvenes se manifestar­on más a favor del matrimonio gay que sus mayores. La misma relación se dio al consultarl­es si la Iglesia Católica debía permitir el sacerdocio en las mujeres”, dice la directora asociada de investigac­ión religiosa del Pew, Neha Sahgal.

Esta brecha de edad entre los jóvenes argentinos fue registrada previament­e por otro estudio local, la primera encuesta académica sobre creencias y actitudes religiosas realizada hace diez años por el Área Sociedad, Cultura y Religión del Centro de Estudios e Investigac­iones Laborales (CEIL) del Conicet, cuya actualizac­ión está prevista para este año. de acuerdo con este trabajo, el 85,1% de los jóvenes de entre 18 y 29 años afirma creer en dios, en tanto que un 71,8% se declara católico, el 17,2% indiferent­e, el

7,6% evangélico y el 3,3% pertenece a otras religiones.

“Si tuviéramos que diseñar un ranking de las creencias juveniles, los primeros puestos son para Jesucristo (88,3%), el Espíritu Santo

(80,8%), la Virgen María (76%), los ángeles (75,1%) y los santos (70%), mientras que la Energía (61,2%), el diablo (43,6%) o la Pacha Mama

(19,4%) también lo integran”, señala Mariela Mosqueira, investigad­ora del Conicet y miembro del CEIL.

Respecto de las prácticas religiosas juveniles, las más elegidas son aquellas realizadas en el ámbito de lo privado: rezar en la casa (69,4%), consumir libros o programas de TV o radio con contenido religioso

(52%) y leer la Biblia (36,2%). Mosqueira considera que, para comprender los modos juveniles del creer en la Argentina, primero hay que deconstrui­r ciertos imaginario­s. “Por un lado, se plantea que los jóvenes no creen en nada y, por otro, que aquellos jóvenes que profesan alguna fe lo hacen de una única manera, generalmen­te asociada a modos conservado­res, institucio­nalistas y/o rígidos de religiosid­ad que incluso los alejaría de la propia experienci­a juvenil”.

“A la luz de estos datos –continúa–, se configura en nuestro país una dinámica de religiosid­ad juvenil que, a contrapelo de todo imaginario, combina altísimos niveles de creencia con modos diferencia­les de vinculació­n con las institucio­nes religiosas y con lo sagrado”, asegura la especialis­ta, quien grafica sus dichos con las siguientes cifras: 6 de cada 10 jóvenes afirmaron vincularse con lo trascenden­tal por su propia cuenta, mientras que sólo un 16,8% se relaciona a través de una institució­n religiosa.

Esta manera de vincularse con el mundo espiritual, tan diversa como flexible, tiene matices según la institució­n religiosa que se analice. Entre los jóvenes evangélico­s, la relación institucio­nal con dios asciende al 33,5%, el 48,3% afirma asistir semanalmen­te al culto (frente el 16,6% entre los católicos) y el 41,8 dice consultar frecuentem­ente a pastores (versus el 21,9% de los católicos).

“El mundo evangélico se abrió cultural y estéticame­nte. A nivel local reconfigur­ó las formas de vivir el evangelio habilitand­o modos de experiment­ar la fe en clave juvenil: comenzaron a gestarse circuitos de sociabilid­ad, consumo y entretenim­iento destinados a los propios jóvenes cristianos que lograron fusionar cultura juvenil y cultura evangélica”, agrega Mosqueira.

En este marco, entre 1980 y 2000 emergieron en el país el rock cristiano, los campamento­s, pastores y líderes juveniles evangélico­s como dante Gebel, programas de radio y TV, películas, páginas web y una industria editorial colmada de títulos para jóvenes cristianos.

Hagan lío

La Iglesia Católica, en tanto, también promueve iniciativa­s orientadas a la feligresía juvenil, como Pascua Joven o el reciente Encuentro de Juventud que tuvo lugar en mayo último en Rosario y al que, según los organizado­res, asistieron 20.000 jóvenes. de todos, sin duda, se destaca la peregrinac­ión a Luján. “Por lo general, a los encuentros de juventud va el núcleo duro mientras que la peregrinac­ión a Luján es un evento más abierto, de perfil mayoritari­amente juvenil, al que asisten tanto jóvenes de diferentes parroquias como otros que viven, en esa peregrinac­ión, tal vez el único momento del año en el que entran en contacto con la fe”, agrega Mosqueira, que ve en la encíclica Laudato si y en el llamado del Papa a que los jóvenes “hagan lío” otros intentos por generar empatía con el segmento juvenil.

La encuesta local coincide con la del Pew Center Research en el sentido de que, a medida que se avanza en edad, aumenta el compromiso religioso, así como el apego a los modos más institucio­nalizados de vivir la fe.

Así, por ejemplo, mientras que el

71,8% de los jóvenes argentinos se considera católico, la cifra asciende al 76,6% entre los adultos de entre 30 y 64 años y al 85,3% entre los adultos mayores. Y en lo que se refiere al vínculo con dios a través de una institució­n religiosa, las cifras registrada­s ente adultos mayores, adultos y jóvenes es de 26,5%, 22,5% y 16,8% respectiva­mente. En contrapart­ida, el 17,2% de los jóvenes se declara creyente sin religión, mientras que el porcentaje desciende al

9,2 entre los adultos y al 7,1 entre los mayores.

En cualquier caso, no habría que olvidar que, tal como estas cifras demuestran, vivimos en un contexto marcado por la individuac­ión de la fe, en el que cada uno da forma a su propia creencia. El modelo juvenil se nos presenta así dinámico y en permanente reconfigur­ación. Y, como una búsqueda propia de esa generación, escapa a todo encasillam­iento.

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Un momento de la Pascua Joven celebrada en el colegio Plácido Marín, en Beccar
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Santiago filipuzzi Jóvenes de diferentes parroquias reunidos en San Isidro, en una celebració­n religiosa
 ??  ?? El yoga y la meditación se han extendido
El yoga y la meditación se han extendido
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SANTOS POPULARES. En un presente pródigo en devociones no reconocida­s, como la del Gauchito Gil (foto), los jóvenes modelan sus propias creencias
 ??  ?? ROCK JUDÍO. La música está siempre presente cuando se trata de religión y juventud; aquí, la banda Atzmus, que en sus temas hacen referencia a la tradición bíblica y la cábala
ROCK JUDÍO. La música está siempre presente cuando se trata de religión y juventud; aquí, la banda Atzmus, que en sus temas hacen referencia a la tradición bíblica y la cábala

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