Trump le echa la culpa a Obama por la trama rusa
Dijo que el demócrata no hizo nada al respecto cuando el FBI le informó sobre el hackeo, en 2016
WASHINGTON.– El presidente Donald Trump culpó al gobierno de su antecesor, Barack Obama, por no haber respondido con suficiente energía a los hackers rusos que atacaron objetivos demócratas en la campaña electoral norteamericana de 2016, lo que derivó en una acusación formal de Estados Unidos contra 12 agentes de inteligencia rusos.
La acusación de la Justicia fue hecha pública anteayer, tres días antes de la cumbre que Trump sostendrá mañana con el líder ruso, Vladimir Putin, en Helsinki.
Trump respondió ayer por primera vez a las acusaciones iniciales del fiscal especial Robert Mueller contra funcionarios del gobierno ruso por interferir en la política norteamericana. Lo hizo a través de tuits enviados desde su club de golf en Escocia, adonde llegó tras la visita a la premier británica, Theresa May, y la reina Isabel.
“Las historias que escucharon sobre los 12 rusos tuvieron lugar durante la administración de Obama, no durante la administración de Trump”, tuiteó. “¿Por qué ellos no hicieron algo al respecto, especialmente cuando se dijo que Obama fue informado por el FBI en septiembre, antes de las elecciones?”, agregó.
La acusación de la Justicia señala que los rusos hackearon al equipo de campaña de la candidata Hillary Clinton y al Partido Demócrata, antes de filtrar decenas de miles de mensajes privados como parte de un plan del Kremlin para influir en las elecciones que llevaron a Trump a la Casa Blanca.
Varios senadores demócratas le insistieron ayer a Trump en una carta que cancele la cumbre “si no está preparado para hacer del ataque de Rusia a las elecciones el tema principal que discutirán”. Trump había dicho que le haría el planteo correspondiente a Putin, “absoluta y firmemente”, aunque descartó que sirviera para nada.
De acuerdo con los cargos, los acusados rusos se comunicaron en agosto de 2016 con un allegado al equipo de campaña de Trump para ofrecerle ayuda. Pero Mueller no acusa a los colaboradores de campaña de Trump de haber participado en la intrusión cibernética o que algún norteamericano hubiera sabido de antemano que tenían comunicación con oficiales rusos, ni que el hackeo hubiera alterado el escrutinio de votos.
La Casa Blanca aprovechó esos puntos en un comunicado, en el cual se abstuvo de condenar la injerencia rusa. Trump expresó reiteradamente su escepticismo sobre la participación rusa en el hackeo, mientras los demócratas lo acusan de ser demasiado cercano al líder ruso. Horas antes de la acusación, Trump volvió a quejarse de la investigación contra los rusos y afirmó que la “estupidez” complicaba “demasiado concretar algo con Rusia”.
La acusación identifica a los acusados como oficiales de la mayor agencia de inteligencia militar del país, el poderoso GRU. Si se demuestra esa participación, echaría por tierra las desmentidas del Kremlin de que Rusia no se entrometió en las elecciones de 2016, porque el GRU es parte del aparato estatal.
Los acusados rusos no están detenidos y se desconoce si alguna vez serán presentados ante un tribunal en Estados Unidos, aunque el Departamento de Justicia considera que las acusaciones en ausencia funcionan como disuasivo público.