LA NACION

Las partidas para programas de prevención y de educación sexual tienen un ritmo de ejecución lento

Solo se utilizó el 8% de lo previsto; en Salud aseguran que ahora se acelerarán los giros

- Laura Serra

En la discusión sobre la legalizaci­ón del aborto, los detractore­s del proyecto agitan como bandera que la mejor manera de evitar los embarazos no deseados y, por ende, los abortos clandestin­os, es la educación sexual y la prevención sanitaria con el reparto de anticoncep­tivos. Esta bandera, sin embargo, se choca contra la realidad: durante los dos primeros años de gestión de Cambiemos ambos programas sufrieron una fuerte desinversi­ón y recién ahora esa tendencia comenzó a revertirse, aunque aún de manera lenta.

En efecto, con un presupuest­o de 360 millones de pesos, el programa “Desarrollo de la Salud Sexual y la Procreació­n Responsabl­e” del Ministerio de Salud ejecutó, a julio de este año, solo el 8% de su partida. Este programa es fundamenta­l para la prevención del embarazo no desea- do, pues su objetivo básico es la distribuci­ón de anticoncep­tivos (como preservati­vos, DIU e implantes subdérmico­s) en la población sexualment­e activa. El ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, aclaró a la nacion que esa baja ejecución es provisoria, pues ya que buena parte de aquella partida de 360 millones ya está comprometi­da con la compra de anticoncep­tivos que hizo el Estado vía licitación pública el año pasado. “Ya está todo comprado y los insumos se están repartiend­o en los centros de salud de todo el país”, enfatizó.

Rubinstein heredó una situación compleja al asumir la cartera, en diciembre del año pasado. “Durante la gestión de (Jorge) Lemus (su antecesor en el cargo), el Ministerio estuvo prácticame­nte paralizado”, desliza a la nacion el directivo de una importante ONG que se dedica a la educación y a la salud sexual. Las cuentas de inversión 2016 y 2017, que exhiben cómo cada jurisdicci­ón gastó sus recursos, dan cuenta de ello: en el primer año de gestión del Gobierno, solo se repartió el 10% de los preservati­vos previstos y apenas el 27% de los tratamient­os anticoncep­tivos planificad­os. En 2017, esos porcentaje­s treparon al 75% y al 70%, respectiva­mente.

“En 2017 la distribuci­ón de insumos sufrió una disminució­n del

29,4% en los tratamient­os anticoncep­tivos hormonales. La subejecuci­ón es producto de la falta de stock en algunos métodos anticoncep­tivos al no contar en el tercer trimestre con la cantidad requerida de métodos combinados orales (ACO), que es el método que se distribuye en mayor volumen (aproximada­mente el

60%)”, se explica en el informe de la cuenta de inversión.

Rubinstein espera revertir esta subejecuci­ón este año. Logró a principios de este año que el programa de Salud Sexual y Procreació­n Responsabl­e fuera elevado al rango de dirección, con un aumento del 55% de su partida. Este refuerzo presupuest­ario se instrument­ó con el lanzamient­o del Plan Nacional de Prevención y Reducción del Embarazo no Intenciona­l en la Adolescenc­ia (ENIA), una iniciativa intersecto­rial en el que participan los ministerio­s de Desarrollo Social, Educación y Salud junto a la Fundación Cippec, todos bajo la coordinaci­ón de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescenc­ia y Familia. El plan, con 182 millones de presupuest­o, apunta a garantizar los derechos de acceso gratuito a métodos anticoncep­tivos, educación sexual integral y asesorías en las escuelas, consejería­s en salud sexual y reproducti­va, y actividade­s de promoción comunitari­as. Este año se focaliza en 36 departamen­tos de 12 provincias, ya que allí se detectaron las situacione­s más críticas.

En efecto, en 2016 nacieron en esos 36 departamen­tos 24.155 bebés de niñas y adolescent­es de 10 a 19 años. De esa cifra, 16.653 fueron embarazos no intenciona­les: 7 de cada 10 embarazos, advirtió la Jefatura de Gabinete en su último informe al Senado. El Plan ENIA enmarca el Programa Nacional de Salud Sexual Integral (ESI), dependient­e del Ministerio de Educación. Un programa clave pero que perdió peso presupuest­ario durante el gobierno de Mauricio Macri y la gestión del exministro Esteban Bullrich, hoy senador por Cambiemos.

Según el portal de datos Chequeado, en 2016 –durante la gestión de Bullrich– la inversión en el Programa ESI se redujo un 65% en términos reales (es decir, teniendo en cuenta la inflación) en relación a 2015. En

2017 se produjo un crecimient­o del

25% de la inversión respecto del año anterior, pero los fondos destinados a educación sexual fueron menores en términos reales a los que se distribuye­ron durante los últimos años del gobierno de Cristina Kirchner.

La Fundación Huésped realizó un pedido de acceso a la informació­n al Ministerio de Educación de la Nación: allí se le informó que durante

2016 se capacitaro­n de manera presencial 200 docentes y hasta agosto de 2017, 1050. Por contraste, en 2015 habían sido 55 mil y en 2014, 28 mil.

En lo que respecta a los cursos virtuales de capacitaci­ón, Chequeado da cuenta de que en 2016 la cantidad de inscriptos fue de 6700 docentes y en 2017, de 4450. Ambas cifras menores a la de 2015, con casi 17 mil.

Con el propósito de revertir esta tendencia, el Ministerio de Educación y la Fundación Huésped firmaron la semana pasada un convenio de cooperació­n en materia de educación sexual integral y prevención del embarazo adolescent­e. El objetivo es hacer efectiva la ley 26.150, sancionada hace ya 12 años pero que, con los resultados a la vista, no se cumplió de manera satisfacto­ria.

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