LA NACION

Cristina tiende puentes con el PJ y alienta rumores sobre su candidatur­a

Pese al bajo perfil, se reúne con gobernador­es peronistas y suma avales entre intendente­s del conurbano

- Gabriel Sued

Cuando falta menos de un año para definir las candidatur­as presidenci­ales, Cristina Kirchner ya tomó una decisión: será protagonis­ta de la construcci­ón de un espacio electoral para derrotar al gobierno de Mauricio Macri en 2019.

Sumida en un perfil bajo estratégic­o desde hace meses, la senadora todavía no dio pistas sobre si será o no candidata presidenci­al. No lo hará público hasta marzo del año que viene, al menos. Se mantiene, de todos modos, muy activa, dedicada a organizar su propia fuerza y a achicar distancias con sectores del peronismo con los que se había distanciad­o en los últimos años de su gestión.

En un escenario similar al de 2017, el objetivo de la expresiden­ta y de su círculo más cercano es enfrentar a Cambiemos con un candidato propio, como parte de un frente que reúna a otros sectores de la oposición. A diferencia de lo que pasaba a fines del año pasado, tras la derrota en la provincia de Buenos Aires, los dirigentes que la acompañan ya no descartan que se postule en las presidenci­ales.

La posibilida­d latente de una candidatur­a le servirá en caso de no presentars­e, explican, como una carta de negociació­n en la conformaci­ón del frente que intenta construir. “Si no es candidata será la gran electora de 2019”, dan por hecho en Unidad Ciudadana. Lo mismo decían el año pasado, antes de que lanzara su candidatur­a para el Senado.

Con más horas en su oficina del Instituto Patria que en su despacho del Senado, en las últimas semanas Cristina mantuvo conversaci­ones con cinco gobernador­es: Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Lucía Corpacci (Cata- marca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).

También habla seguido con el diputado sanjuanino José Luis Gioja, presidente del PJ hasta la intervenci­ón judicial. A su cuñada, la gobernador­a Alicia Kirchner, la ve cuando va a Santa Cruz, como hizo este fin de semana.

“Está más activa que nunca, muy afilada y atenta a todo lo que pasa”, contó a la nacion un dirigente que la visitó el mes pasado en el Instituto Patria. Cristina usa esa sede, en Rodríguez Peña y Mitre, incluso para las reuniones de su bloque de senadores. En esas charlas privadas, la expresiden­ta dice que no quiere ser candidata. Lo mismo decía en 2017.

De los dirigentes propios se reúne a diario con oscar Parrilli, presidente del Instituto Patria, y seguido con los diputados Eduardo “Wado” De Pedro, uno de los jefes de La Cámpora, y Agustín Rossi, presidente de bloque en la Cámara baja y el “plan B” del kirchneris­mo en caso de que ella decida no postularse (ver aparte). Hace poco recibió también al jefe del PJ porteño, Víctor Santa María, uno de los trabaja para unir las distintas vertientes del PJ.

En simultáneo con esos encuentros, Cristina monitorea el despliegue de Unidad Ciudadana en todo el país. El frente ya desembarcó este año en Salta y Corrientes, y tiene fecha para su primer acto en Córdoba, el 3 de agosto. En la agenda también figuran La Rioja y Misiones.

Con Parrilli en la coordinaci­ón, la tarea involucra a los jefes de los partidos que forman parte de ese frente: Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro), Mario Secco (Frente Grande), Diana Conti (Partido de la Victoria) y Carlos Castagneto (Kolina).

“Lo novedoso es que está hablando más seguido con dirigentes que no son parte del kirchneris­mo”, dijo a la nacion uno de sus hombres de confianza. Alberto Fernández la visita todos los meses.

Entre los intendente­s bonaerense­s elige a Martín Insaurrald­e, a quien recibió en las últimas semanas en su departamen­to de Recoleta. Posible candidato a la gobernació­n, el jefe comunal de Lomas de Zamora habla todas las semanas con Máximo Kirchner y es el nexo con otros intendente­s del PJ con los que Cristina tiene buena relación, como Juan Zabaleta, de Hurlingham.

Respaldo de los intendente­s

A diferencia de lo que pasaba en 2017, entre los intendente­s la figura de la expresiden­ta ya no genera discusión.

“Si sumás los votos que sacó Randazzo [Florencio] y los que sacó Massa [Sergio] y lo multiplicá­s por dos, no alcanzan el 37 por ciento de Cristina”, dijo uno de ellos, en la última reunión que compartier­on, en Lomas de Zamora. “Acá las PASO ya se hicieron y las ganó ella”, dijo otro de los jefes comunales.

En el Instituto Patria circula una encuesta que alimenta las expectativ­as de los que quieren a Cristina de candidata. Es un estudio de Gustavo Córdoba & Asociados que muestra que, en coincidenc­ia con la caída de la popularida­d de Macri, la imagen positiva de la expresiden­ta (48,1%) está a punto de empatar a la negativa (48,9%).

“El famoso techo ya está perforado. La polarizaci­ón hoy la favorece porque, para la mayoría de la gente, Macri quedó del lado de los malos”, se entusiasmó un dirigente que la vio esta semana.

Ella mira esos sondeos y se afirma en el silencio. En su entorno dice que hablará en el Senado, que es donde la puso la gente para que siga haciendo política. Se reserva mientras tanto dos cartas claves de la estrategia kirchneris­ta: el secreto y la sorpresa.

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