Santiago Macías. Sabores de América Latina, en un viaje de Bogotá a Villa Crespo
Santiago Macías nació en Colombia. Tenía 17 años, había trabajado en la cocina de un restaurante del centro de Bogotá, pero soñaba con estudiar gastronomía y convertirse en un chef profesional. Por eso decidió emprender el viaje a Buenos Aires: había escuchado que las escuelas de gastronomía estaban en su mejor momento.
En 2004, dejó atrás a sus padres y se instaló en Vicente López, cerca de la escuela donde empezó. Le encantó la ciudad. Se enamoró de sus bares, de los cafecitos donde los argentinos pasaban horas, de los bodegones donde todo sabía bien.
El primer shock cultural lo tuvo al descubrir que a los argentinos, como suele suceder en los países alejados de los trópicos, no les gustan los sabores especiados ni muy picantes. Y que no eran tantos los que renunciaban a una porción de carne en pos de un buen pescado.
Pero sus ganas de explorar lo llevaron más allá. Entró a trabajar a la cocina del hotel Intercontinental, y un tiempo después decidió darle vida a ese sueño que había comen- a entramar durante un viaje por América del Sur: recorrer en una carta los platos de los distintos países latinos. “Era ambicioso, pero sentí que ese lugar estaba vacante, porque el boom latinoamericano todavía estaba en ciernes”, cuenta.
Y aunque a los argentinos les costaran las especias, el cilantro y el picante, los visitantes que llegacuando ban todos los años al país, le daban una oportunidad. Así, ilatina abrió en Bariloche, con el desafío de preparar platos típicos latinoamericanos, pero priorizando los productos locales. Luego llegó a Villa Crespo, y en 2015, recibió el premio al Restaurante Emergente cuando se conoció el ranking de los 50 Mejores Restaurantes de América Latina.