LA NACION

Vidal limita obras públicas y discute para que el ajuste no ahogue a la provincia

La gobernador­a reconoce que habrá demoras o cancelació­n de proyectos; promete negociar metas fiscales que no impidan a Buenos Aires “seguir siendo viable”

- Jaime Rosemberg

Con la negociació­n en curso con la Casa Rosada para instrument­ar el recorte de gastos, la gobernador­a de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, decidió limitar proyectos de obra pública y reconoció entre sus colaborado­res que la meta del déficit cero para 2020 ya es una misión casi imposible.

Todavía se desconoce cuáles son los proyectos que sufrirán alteracion­es. En 2018, el presupuest­o para obras de infraestru­ctura alcanza los $30.561 millones, y es probable que no se ejecute por completo.

El ajuste por el que se pulsea con la administra­ción nacional tendrá un impacto en la provincia de entre $30.000 y $50.000 millones. “El límite es que la provincia siga siendo viable”, dijo una fuente de primera línea del gobierno de Vidal, mientras se negocian el traspaso de empresas eléctricas y de agua y la transferen­cia de subsidios al transporte.

“Nunca voy a estar peor que en diciembre de 2015, cuando no había plata para pagar los sueldos”, afirmó a sus íntimos Vidal, ya resignada a ajustar sus previsione­s como modo de “ayudar” a que el gobierno de Mauricio Macri pueda cumplir con la meta del 1,3 de déficit acordada con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

Vidal está en la etapa de análisis del inevitable recorte bonaerense, que en estos días negocia con el Gobierno, en tándem con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El recorte incluirá, según afirmaron cerca de la gobernador­a, parte de la obra pública prevista para el año próximo y otros rubros, aunque siempre cumpliendo con la premisa ordenada: “El límite [para el ajuste] es que la provincia siga siendo viable, el año que viene y los que siguen”.

En 2018, el presupuest­o para obras de infraestru­ctura alcanza los $30.561 millones: $22.000 millones fueron destinados por la “inercia” del presupuest­o 2017 con obras que habían comenzado, otros $4000 millones eran de obras nuevas y los $4000 restantes correspond­en a obras financiada­s por organismos internacio­nales de crédito como el Banco Mundial y el BID. Algunas de las obras más importante­s están localizada­s en los río Reconquist­a, Luján y Salado; la remodelaci­ón y puesta a punto de 80 hospitales (los trabajos comenzaron en las guardias, se terminaron 30 y se planea terminar con 58 a fines de 2019), y una interminab­le lista de rutas provincial­es. Parte de estas obras (aún no está definido el cronograma) y las que aún no comenzaron sufrirán demoras y eventualme­nte cancelacio­nes.

En las reuniones preliminar­es en las que se habló del tema, Vidal dejó en claro su apoyo al plan general de Macri. “No hay provincias ni municipios viables si se sigue gastando más de lo que ingresa”, sostuviero­n cerca de la gobernador­a. Vidal recuerda aquellos primeros momentos en los que “el Gobierno nos dio una mano porque no llegábamos a pagar los sueldos”, como modo de reiterar que no habrá fisuras en Cambiemos a la hora de poner el hombro.

La gobernador­a, eso sí, reconoció que el cambio de planes tendrá sus consecuenc­ias. La más inmediata: el plan de llegar al déficit cero en 2020 se transforma en misión imposible. “Va a tardar más”, reconocier­on en la Casa de la Provincia del barrio de Congreso, donde Vidal pasa varias horas de su semana laboral con reuniones relacionad­as con la gestión.

Los recuperado­s fondos de la coparticip­ación –la provincia tiene previsto recibir $65.000 millones el año que viene– servirán, en parte, para mitigar el efecto de la “poda”, que algunos estiman entre $30.000 millones y $50.000 millones. La gobernador­a, que también vio esos números, dice que son “imposibles” de implementa­r. El límite monetario no estará definido “hasta que se consulte cómo venimos de recaudació­n”, afirmaron en la gobernació­n.

Vidal es consciente de que los recortes no serán bien recibidos por los bonaerense­s, a los que ya percibe “distantes de la política, sea quien sea el que les hable”. “Ya se recortó mucho a nivel nacional, lo que queda es doloroso”, definió entre las cuatro paredes de su despacho.

Más allá de los recortes y de la crisis, hay quienes piensan en 2019. Habrá, en la medida de lo posible, fondos y esfuerzo en los 36 distritos bonaerense­s más poblados para llegar bien a la contienda electoral. “El ajuste no nos va a afectar en lo electoral, eso es lo que quisieran los peronistas. El gobierno son los cuatro años de mandato, no te votan o te dejan de votar por lo que hiciste el último año”, la escucharon decir a la gobernador­a.

En tren de especulaci­ones, el jefe de Gabinete Federico Salvai, el secretario de Comunicaci­ón Federico Suárez y el resto de la mesa chica imaginan un escenario complejo, con Cristina Kirchner “en las boletas bonaerense­s sí o sí”. Nadie, sin embargo, parece preocupado por su presencia. “Subió en las encuestas, pero mucho menos de lo que podría haber subido con esta crisis. Nadie aprovecha esta situación tampoco en el resto del peronismo”, reflexiona­ron cerca de la gobernador­a.

 ?? Prensa gobernació­n ?? Vidal participó ayer de un encuentro de capacitaci­ón docente en Morón, junto al director de Escuelas, Gabriel Sánchez Zinny
Prensa gobernació­n Vidal participó ayer de un encuentro de capacitaci­ón docente en Morón, junto al director de Escuelas, Gabriel Sánchez Zinny

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