LA NACION

La OA advirtió sobre posibles conflictos de intereses a los funcionari­os salientes

Recordó a Aranguren, Abad y Sturzenegg­er que deben esperar para ejercer en áreas vinculadas con su gestión

- Maia Jastreblan­sky

Los ministros y funcionari­os que se fueron del Gobierno en los últimos meses, eyectados por el vendaval económico o por el decreto “antinepoti­smo”, recibieron una última carta de despedida. La misiva contenía una advertenci­a para que eviten caer en las trampas de la llamada “puerta giratoria”, el pase desde lo público a lo privado que entraña riesgos de influencia­s indebidas y el tráfico de informació­n privilegia­da.

Juan José Aranguren (exministro de Energía), Alberto Abad (extitular de la AFIP), Federico Sturzenegg­er (expresiden­te del Banco Central) y Miguel de Godoy (expresiden­te del Enacom), entre otros ocho funcionari­os, ya recibieron las llamadas “recomendac­iones preventiva­s” de la Oficina Anticorrup­ción (OA) para que se apeguen a la normativa prevista para los que se van.

La llamada “puerta giratoria” en la Argentina está prevista en el Código de Ética Pública sancionado vía decreto en 1999, antes de que se aprobara la ley que regula la transparen­cia en la función pública. Este año, la OA “desempolvó” ese viejo código para emitir advertenci­as y evitar nuevos traspiés de Cambiemos con conflictos de interés.

La normativa habla de un “período de carencia” en el que “hasta un año después de su egreso el funcionari­o saliente no debe efectuar ni patrocinar para terceros trámites o gestiones administra­tivas ni celebrar contratos con la administra­ción pública nacional cuando tengan vinculacio­nes funcionale­s con la actividad que desempeñó”.

Influencia­s indebidas

Según las cartas que emitió la OA, “la norma busca evitar eventuales condiciona­mientos o influencia­s indebidas por parte de los exfunciona­rios sobre los actuales decisores”.

Además, el organismo de control aludió al riesgo de la informació­n privilegia­da, al resaltar que el Código de Ética busca “impedir que cualquier tercero ajeno al Gobierno pueda explotar la informació­n que el exfunciona­rio haya adquirido en razón del desempeño de un cargo público, garantizan­do el deber de confidenci­alidad”.

Así, por caso, Abad tiene prohibido tener vínculo alguno con la AFIP durante un año, una tarea no sencilla debido a su profesión de contador público. Él mismo, antes de dejar su silla, se acercó al departamen­to jurídico de la AFIP para asesorarse sobre esta limitante, al igual que lo había hecho en su anterior salida del organismo recaudador, en 2008.

Abad no podrá realizar gestiones para clientes en el Ministerio de Hacienda, en particular en la AFIP, ni tampoco firmar contratos con esa dependenci­a. Además, el exmandamás del organismo recaudador deberá guardar un estricto secreto sobre la informació­n de los contribuye­ntes. “Tiene prohibido difundir o usar en provecho propio o de terceros la informació­n o documentac­ión a la que haya tenido acceso por su empleo público”, señaló la misiva.

Según pudo conocer la nacion, el extitular de la AFIP hoy se desempeña como director independie­nte en el Banco Santander Río (aunque no puede participar de los convenios que pudieran existir con el gobierno de Macri) y brinda asesoramie­nto estratégic­o a empresario­s de manera particular, pero no en materia impositiva, aduanera o previsiona­l.

Sturzenegg­er, en tanto, como economista no podrá hacer gestiones ante el Ministerio de Hacienda ni ante el Banco Central por el lapso de un año. También deberá guardar bajo siete llaves la informació­n o documentac­ión que haya conservado de su paso por la entidad oficial.

Límites en Energía

Lo mismo correrá para Aranguren, quien deberá perder contacto con el Ministerio de Energía hasta el año que viene. El expresiden­te de Shell había tenido que vender las acciones que conservaba en su histórica petrolera en septiembre de 2016. De forma electrónic­a, vendió los papeles en los mercados bursátiles y se desprendió así de $16,3 millones en acciones Royal Dutch Shell PLC clase A. No lo hizo con la mejor cotización. Pero para despejar todo tipo de especulaci­ones efectuó la operación frente a un escribano público.

Recibieron también la carta de la OA el exsubsecre­tario de Desarrollo Productivo Andrés Peña, la exdirector­a del Banco Nación Mariana Triaca, la exsubsecre­taria de Coordinaci­ón Administra­tiva Cecilia Loccisano, el exjefe de gabinete de Turismo Matías Santos, el expresiden­te de Arsat Rodrigo De Loredo y el exasesor de Modernizac­ión Francisco Bullrich. Todos ellos fueron forzados a dejar sus cargos por ser familiares directos de ministros del gabinete, tras el decreto que prohibió el nepotismo.

También fueron advertidos el exsecretar­io de Salud David Aruachan y el exsubsecre­tario de Asuntos Legales de Finanzas Eugenio Bruno. Aún debe recibir esta alerta el exministro de Producción Francisco Cabrera, quien debió dejar su cargo semanas atrás.

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