Los fanáticos del 2x4 se ponen en acción
Mientras que algunos reviven los años dorados del tango y su historia, otros comienzan a hacerla. Rodolfo Roballos eran un veinteañero que al ver la movida tanguera que se gestaba en Boedo, hace casi dos décadas, con orquestas como la Fernández Branca, dejó la facultad y se compró un bandoneón. Con los años logró ser parte de la fila de fuellesdelaorquestadeRodolfo Mederos. Y como la experiencia resultó una especie de escuela para él, decidió fundar una academia propia. Aquello que podía parecer un sueño trasnochado junto Soledad Grigera, su compañera de música y de vida, actualmente es La Academia Tango Club, un taller escuela que es semillero de orquestas típicas y que estrenó hace una semanaenunaflamantesalade conciertos de tango, en Beruti 4643. Autodefinida como una “comunidad de orquestas”, La Academia Tango Club reúne a la Suburbana, la Nocturna, la Oriyera, la Barricada, La Maroma, Enroque y la Orquesta de Guitarras La Guardia Criolla. Además tiene un nivel preparatorio para que se formen todos aquellos que aspiran a ser parte de una orquesta, y talleres complementarios de grandes profesionales como Rodolfo Mederos, director honorario de la Academia. Hasta el año pasado,elcolectivomusicalofrecía showsenelChauCheClú.Ahora ya tiene una sede propia donde, de miércoles a sábado, ofrecerá shows y milongas.