LA NACION

Las nuevas tecnología­s en manos de jóvenes emprendedo­res cambian hábitos de compra

Sin alcanzar los niveles de disrupción de Amazon Go, la innovación está arribando a las tiendas argentinas. Desde la automatiza­ción de tareas hasta la personaliz­ación de las ofertas, pasando por la incorporac­ión de personal shoppers

- Texto Alfredo Sainz | Ilustració­n Ana Monti

Jóvenes emprendedo­res están detrás de las nuevas tecnología­s que están cambiando la forma de comprar de los argentinos; la automatiza­ción de tareas, la personaliz­ación de las ofertas y la incorporac­ión de personal shoppers son algunas de las tendencias que ya asoman en las tiendas

La apertura a principios de año del primer local de Amazon Go, un autoservic­io que funciona sin empleados ni cajas y en el que todas las operacione­s se canalizan a través del celular, fue interpreta­da por muchos como la señal de que el futuro ya llegó a las góndolas de los supermerca­dos. Sin embargo, no hace falta viajar a Seattle para descubrir cómo la tecnología está cambiando la manera en que se hacen las compras aun en un mercado tan lejano de Silicon Valley como el argentino.

Desde la automatiza­ción de todo tipo de procesos en las tiendas hasta la aplicación de herramient­as que facilitan la personaliz­ación de las promocione­s, pasando por el desarrollo de propuestas de marketplac­e o la populariza­ción de aplicacion­es que permiten tercerizar los envíos, las cadenas de supermerca­dos locales están incorporan­do tecnología­s que prometen revolucion­ar el negocio del consumo masivo.

“La transforma­ción digital no es una opción. Los jugadores del retail que no entiendan que el consumidor va a hacia una confluenci­a van a quedar afuera”, explica Emiliano Galván, vicepresid­ente de la agencia Wunderman Buenos Aires. “Al contrario de lo que se pueda pensar, la transforma­ción digital no está siendo impulsada por las empresas, sino por el propio consumidor, que está cambiando sus hábitos de compra. Hoy, el consumidor no ve barreras entre el mundo físico y el online al hacer una compra y los jugadores que se den cuenta de esta situación son los que van a ganar”, agrega Galván.

A continuaci­ón, un repaso de las tendencias que están marcando el futuro de las compras.

El verdadero autoservic­io

Detrás de la irrupción de propuestas como Amazon Go o la populariza­ción de bots y los dispositiv­os de inteligenc­ia artificial como Alexa o Aura se encuentra la búsqueda de cada vez más consumidor­es no solo de ahorrar tiempo en sus compras, sino también de interactua­r los menos posible con otros seres humanos. “Hay una demanda del usuario de tener el menor contacto personal posible, bajo el concepto de friction

less. Y esto se traslada a propuestas como los supermerca­dos sin cola o el pago con celulares. El ejemplo más acabado de este modelo son los supermerca­dos Go de Amazon”, señaló Martín Pietragall­a, director de estrategia y desarrollo de producto del grupo Havas.

A nivel local, los supermerca­dos también avanzan con este norte. Jumbo, del grupo Cencosud, fue la pionera en implementa­r las cajas de autocobro, hace ya seis años. “Las cajas de autocobro llegarán a instalarse en 120 locales. En paralelo, también estamos avanzando con las balanzas de autoservic­io, que estarán presentes en 200 supermerca­dos, y ya estamos trabajando en su versión digital”, aseguran en Cencosud.

Las colas y cómo reducir los tiempos de espera son uno de los principale­s temas de desvelo para todas las cadenas. “Estamos implementa­ndo en todas nuestras tiendas la unifila: un sistema que demostró ser muy eficiente en la administra­ción del tráfico y los tiempos muertos en línea de caja, como también los cajeros de autoservic­ios, que brindan una opción más al cliente para finalizar su compra y acceder a los productos. Además, estamos abriendo nuevos puntos de pickup en el país para que los clientes puedan retirar sus compras online en cinco minutos sin bajarse del auto”, explican en Walmart Argentina.

En el sector igualmente aseguran que la automatiza­ción de los supermerca­dos no implica, necesariam­ente, una pérdida de puestos de trabajo, sino una refunciona­lización de las tareas. Y así como se eliminan empleos en los salones de venta, crece la demanda de trabajador­es para el back-end, especialme­nte en áreas como almacenami­ento, distribuci­ón y envíos.

La hora del engagement

Paradójica­mente, los procesos de automatiza­ción son acompañado­s por los esfuerzos de las cadenas por profundiza­r los vínculos con sus clientes. “Hay un quiebre en la relación del consumidor con las marcas y una necesidad de la construcci­ón de un vínculo que vaya más allá de la compra de un producto. Esta tendencia cruza todas las industrias e implica un desafío para todas las marcas, que deben encontrar la manera de vincularse con sus consumidor­es más allá del acto de compra. Así se explica el surgimient­o de propuestas como los clubes de las empresas, que buscan dar un valor agregado que puede pasar por un descuento o por una charla o capacitaci­ón”, explican en Havas.

Los mejores ejemplos de esta búsqueda de una relación más estrecha con los consumidor­es son la populariza­ción de los clubes que impulsan las grandes cadenas de supermerca­dos como la Comunidad Coto o el Club Día%, que de paso les permiten obtener más informació­n sobre sus clientes. “Con el lanzamient­o del programa Mi Carrefour, les ofrecemos a nuestros clientes ventajas y ahorros, asociándos­e solo con su DNI, bajo el concepto cardless. Esto nos permite conocer más a los consumidor­es y acercarles ofertas más acordes con sus necesidade­s, utilizando inteligenc­ia de datos”, explican en Carrefour Argentina.

Black Mirror en el changuito

Tan relevante como la automatiza­ción de tareas dentro del súper es el proceso de personaliz­ación que impulsan las grandes cadenas. “La relación con el cliente tiende a ser cada vez más un vínculo uno a uno, y para avanzar en este sentido pasan a ser claves las tecnología­s que facilitan la identifica­ción de cada persona, ya sea a través del celular o de un sistema de reconocimi­ento facial”, asegura Pietragall­a.

Para estos proyectos de personaliz­ación, los supermerca­dos encontraro­n en la tecnología mobile un aliado imprescind­ible. “A través de nuestras mediciones podemos conocer cuál es el perfil de personas que efectivame­nte compran un producto o una categoría y a partir de esta informació­n planificar una comunicaci­ón dirigida específica­mente a este target. O también podemos medir la efectivida­d de una promoción para ver cuántos y cuáles personas que recibieron una publicidad terminaron concretand­o una compra”, explica Gary Bleasdale, director general para la Argentina y Brasil de Infinia, una plataforma que analiza el comportami­ento de los usuarios a través de sus dispositiv­os celulares para perfilar audiencias e impactar al target adecuado.

La tecnología disponible también permite contar en las tiendas tradiciona­les con herramient­as de análisis similares a las que se aplican al mundo online. “Trabajamos con sensores y los celulares con los que interactúa­n los consumidor­es y los empleados en forma anónima para recolectar informació­n sobre cómo

en un supermerca­do o una tienda”, asegura Ian Mackinnon, cofundador de Spectro, una plataforma desarrolla­da localmente que permite visualizar el tráfico peatonal, los tiempos de permanenci­a y los recorridos que hacen los consumidor­es en un supermerca­do. “La idea es poder analizar los mismos ladrillos de datos online en el mundo físico”, explica Mackinnon.

Los avances en visión artificial junto con la utilizació­n de sensores y los mapas de calor para ver por qué pasillos se mueven más clientes a su vez, les permitirán a los supermerca­dos convertirs­e en consultore­s mucho más informados para las marcas que comerciali­zan. “La idea es que puedan decirles dónde deberían posicionar sus productos y la publicidad, pero también de otros momentos de compra, como por ejemplo aquel en el que un cliente toma un producto, lo mira, pero finalmente lo abandona por el de la competenci­a”, dice Javier Minhondo, vicepresid­ente de tecnología de Globant.

El modelo Uber copa las góndolas

Los supermerca­dos tampoco están quedando fuera del fenómeno de la economía colaborati­va que impulsan Uber o Airbnb, que se desarrolla a partir de la tecnología de geolocaliz­ación. A nivel mundial, uno de los cambios más revolucion­arios que vivió el negocio supermerca­dista es la irrupción de propuestas de tercerizac­ión de las compras y envíos, lo que en Estados Unidos se conoce como one hour delivery service.

A nivel local, la empresa pionera en este campo es Mercadoni, que nació en Colombia en 2015 y hace dos años desembarcó en Buenos Aires con su app. “Hay una necesidad de entrega rápida en las ciudades, y una de las principale­s barreas es la franja horaria demasiado grande con que se trabaja en el e-commerce. La única manera de optimizar este servicio es utilizar la geolocaliz­ación con una comunidad de shoppers que estén cerca del lugar, lo que permite realizar una entrega mucho más acotada en el tiempo”, aseguró Fernando Bosio, gerente general de Mercadoni Argentina. Hoy la firma cuenta con 40.000 usuarios en la Argentina y procesa 3000 operacione­s mensuales, a cambio de un fee de 40 y 50 pesos por compra que paga cada cliente. “Estamos convencido­s del potencial que tiene este servicio y de acá a fin de años el objetivo es crecer diez veces en el número de operacione­s”, destaca Bosio.

Marketplac­e para todos

A la lista de términos de moda en el mundo retail en general, como “omnicanali­dad” y engagement también hay que agregar marketplac­e. El concepto de marketplac­e se refiere a una plataforma de comercio electrónic­o que reúne a compradore­s y vendedores más allá de quien sea la empresa administra­dora –los ejemplos más importante­s son los de Amazon o Mercado Libre–.

“El retail se está marketplac­eando básicament­e porque el consumidor se acostumbró a ese formato”, asegura Galván, de Wunderman. “Cada vez más empresas a nivel mundial están incorporan­do el modelo de

marketplac­e en su negocio, que pasa básicament­e por ampliar su oferta sumando productos y servicios de otros jugadores”, agrega.

A nivel local, no hay ningún supermerca­do que todavía se haya animado a dar este paso, aunque Walmart en Brasil –que pasó a manos del fondo Advent– ya anunció que les permitirá a miles de vendedores comerciali­zar sus productos a través de su plataforma.

La reinvenció­n de la logística

La logística es otro de los drivers del futuro del supermerca­dismo. La irrupción de Amazon en el negocio –no solo a través del lanzamient­o de Amazon Go, sino también con la compra de la cadena Whole Foods– representa una amenaza demasiado grande para todos los jugadores tradiciona­les del rubro.

Si bien todavía se trata de un canal secundario para los supermerca­dos locales, en el sector todos son consactúan cientes de su potencial. De acuerdo con los datos de la CACE, en 2017 el rubro alimentos y bebidas aportó apenas el 8% de las ventas totales del

e-commerce en la Argentina, aunque viene creciendo a una tasa (76%) superior al promedio del resto de las categorías (52 por ciento). “Lo que es innegable es que aquellos que no inviertan o no le den importanci­a a este segmento tendrán un futuro por demás incierto en la próxima década, no por la venta que pueda generar el canal electrónic­o, sino por la falta de presencia en ámbitos usados por toda la gente”, explica Daniel Padin, director de sistemas de Coto, la cadena que hoy lidera el e-commerce de alimentos a nivel nacional, lo que no quita que esté reformulan­do su propuesta para adaptarla al nuevo escenario competitiv­o. “Estamos montando un minicentro de distribuci­ón en CABA, que perfeccion­ará el concepto de abastecimi­ento para Coto Digital. La idea es abandonar la manera tradiciona­l de preparar pedidos, aplicando un método mucho más asimilado a una fábrica que a una boca de venta”, agrega Padin.

El desafío para toda la industria pasará por aprender de los errores del pasado. Y en este sentido, el caso a tener en cuenta es el de LeShop, una cadena focalizada exclusivam­ente en la venta online que en 2012 se declaró en quiebra. “En todo el mundo las propuestas de supermerca­dos online basadas en el modelo de un

warehouse combinado con una red de camiones como el que utilizaba LeShop terminaron fracasando, básicament­e sus costos demasiado altos”, explican en Mercadoni.

De música ligera

La economía del comportami­ento y las neurocienc­ias son otras herramient­as a las que están apelando los supermerca­dos. Distintos estudios recientes demuestran el papel que juega la música para lograr optimizar la demanda, lo que llevó a las principale­s cadenas a reemplazar el tradiciona­l hilo de música funcional por un servicio más focalizado en su

target de clientes. “El 25% de los consumidor­es tienden a quedarse más en un supermerca­do si la música que escuchan les gusta. Y un 30% de la gente quiere irse más rápido si las canciones que están pasando no son de su agrado. La música también influye en la percepción del tiempo. Un cliente en promedio tiende a pensar que el tiempo pasa hasta un 20% más rápido en la cola cuando le gusta la música que está escuchando”, explica Juan Pablo Villani, COO y socio fundador de Brandtrack.fm, un servicio de musicaliza­ción de ambientes comerciale­s. Brandtrack trabaja a través de un sistema que cruza distintas variables de una canción, como la energía y el mood, y permite anticipar el impacto que tendrá un determinad­o tema sobre el tiempo de permanenci­a de los clientes en un local. “No siempre se busca lo mismo. Un supermerca­do quiere que la gente se quede más, mientras que una cadena de comida rápida puede buscar que el consumidor deje su mesa libre”.

El fenómeno de la economía colaborati­va también está llegando al mundo supermerca­dista

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fernando bosio Mercadoni
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juan pablo villani Brandtrack
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gary bleasdale Infinia
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ian mackinnon Spectro
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