LA NACION

Odebrecht: esperan un fuerte impulso en las causas

Las pruebas de Brasil revitaliza­rán cinco investigac­iones de coimas

- Hugo Alconada Mon

Restan detalles para que la Argentina firme el acuerdo que le permitirá traer las evidencias que desde hace 13 meses duermen en Brasil sobre las coimas de Odebrecht. Eso impactará en al menos cinco investigac­iones porteñas, acaso también en otro expediente en Córdoba, y podría sacudir los planes de obra pública del Gobierno. En los tribunales de Comodoro Py, cuatro jueces acumulan cinco pesquisas sobre Odebrecht que podrían dar un salto cualitativ­o con el material del Lava Jato. El primer paso podría darse el 24 de octubre, cuando debe declarar en Buenos Aires un exejecutiv­o de Odebrecht.

Se trata de su exvicepres­idente para América Latina Luiz Antonio Mameri, quien fue citado a indagatori­a por el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi por el presunto pago de sobornos a funcionari­os argentinos en el proyecto para soterrar el tren Sarmiento.

Convertido en delator premiado, Mameri ya confesó ante los fiscales brasileños. Admitió que autorizó coimas por US$2,9 millones a funcionari­os del Ministerio de Planificac­ión y que los canalizaro­n a través de un ejecutivo de la constructo­ra Iecsa, por entonces de Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, y del lobista Jorge “Corcho” Rodríguez.

La confesión de Mameri en Buenos Aires dependerá, sin embargo, de la letra chica del convenio binacional. ¿Por qué? Porque Mameri y todos los demás brasileños deberán firmar acuerdos individual­es de cooperació­n para luego sí contar lo que saben. Ya sea que viajen al país, se presten a una videoconfe­rencia o reciban en Brasil a los jueces y fiscales que viajen para escucharlo­s y consultar pruebas adicionale­s en poder de la “forca da tarefa” del Lava Jato.

Un día después de Mameri, el 25 de octubre, sería el turno de Mauricio Couri Ribeiro para declarar ante el juez federal Martínez de Giorgi, sobre el Sarmiento. Si firma un acuerdo individual de cooperació­n, podría relatar sus reuniones con un ejecutivo de Iecsa, pero también los pagos al entonces secretario de Transporte Ricardo Jaime, a través de una cuenta en Suiza de su testaferro Manuel Vázquez.

Además de esa pesquisa, Martínez de Giorgi también impulsa uno de los dos expediente­s por otra obra pública en la que Odebrecht admitió sobornos por US$25 millones a funcionari­os argentinos: la extensión de las redes troncales de gasoductos.

El otro expediente sobre esa obra quedó en manos del juez federal Daniel Rafecas, quien se declaró incompeten­te antes de la feria judicial y se lo remitió a De Giorgi, quien ahora puede aceptar o rechazar el pase.

En ese proyecto, otro brasileño puede contar todo lo que sabe, previa firma de un acuerdo individual: Marcio Faria. Condenado a 30 años de prisión más una multa por US$6 millones, se convirtió en delator premiado y contó en Brasil lo que sabe. Él también señaló a Corcho Rodríguez como intermedia­rio, junto al entonces presidente de la Cámara Argentina de la Construcci­ón, Carlos Wagner.

Ambos, Corcho Rodríguez y Wagner, también fueron identifica­dos por Luiz Antonio Mameri como los interlocut­ores de Odebrecht a la hora de pagar sobornos por otros US$14 millones en el tercer proyecto de obra pública que ganó Odebrecht en el país: la construcci­ón de una planta potabiliza­dora de agua para AySA en Paraná de las Palmas, investigac­ión que instruyen el juez Sebastián Casanello y el fiscal Federico Delgado.

A estos tres jueces con cuatro expediente­s se suma la pesquisa a cargo del juez federal Luis Rodríguez y del fiscal Eduardo Taiano sobre la planta de reformado catalítico continuo para YPF en Ensenada, que construyó Odebrecht con un costo que pasó de 130 millones a 285 millones de dólares, más otro contrato para desmontar instalacio­nes y limpiar la refinería de La Plata, que saltó de $70,5 millones a $323 millones.

Mientras esas son las investigac­iones que podrían recibir evidencias desde Brasil, muy distinto es el panorama en el “caso Arribas”. En la Argentina, la Corte Suprema debe evaluar si reabre la investigac­ión sobre el jefe de la Agencia Federal de Inteligenc­ia (AFI), Gustavo Arribas, sobreseído por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral. En Brasil, en tanto, los investigad­ores mantienen bajo secreto las delaciones del “doleiro” Leonardo Meirelles, tanto en el Lava Jato como en la Operaçao Descarte, según precisaron los diarios Estadao y O Globo.

El impacto en los PPP

Al impacto judicial del acuerdo sellado entre fiscales argentinos y brasileños, sin embargo, podría sumarse otro coletazo en las licitacion­es bajo el régimen de participac­ión público-privada (PPP), en las que participan tres empresas que integraron consorcios con Odebrecht en la Argentina, más Techint como subcontrat­ista.

Esas empresas son Roggio y Cartellone –socias en la construcci­ón de la planta potabiliza­dora de AySA y cuyos titulares, Aldo Roggio y Tito Biagini, se encuentran procesados– y Sacde (ex-Iecsa), socia para soterrar el tren Sarmiento y cuyo exdueño y un exejecutiv­o fueron citados a indagatori­a, en tanto que Techint fue su subcontrat­ista para extender las redes de gasoductos y fue declarada “inidónea” en Brasil para disputar cualquier contrato con el gobierno federal de ese país durante cinco años, decisión que se encuentra suspendida y apelada en Brasil.

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