La represión agobia a Nicaragua
Desde la ONU hasta la UE y el gobierno de Trump coincidieron en acusar al gobierno sandinista por la violencia; “el mundo está observando”, advirtió la Casa Blanca
MANAGUA (AFP).– Nicaragua vive asediada por la represión del gobierno de Daniel Ortega. Luego de tres meses de protestas –que dejaron por lo menos 280 muertos– para exigir la renuncia del presidente, la comunidad internacional intensificó ayer la presión para frenar la ola de violencia estatal contra los manifestantes. La ONU, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) coincidieron en acusar al gobierno sandinista.
GINEBRA.– Luego de tres meses de represión para sofocar las protestas contra el presidente Daniel Ortega, la comunidad internacional intensificó ayer su presión contra el gobierno nicaragüense para que ponga fin a la violencia, que ya dejó unos 280 muertos. La ONU, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos coincidieron en lanzar advertencias por la crítica situación en el país centroamericano.
Según denunció la oficina de derechos humanos de la ONU, la policía y las autoridades de Nicaragua encarcelaron y mataron a personas sin someterlas a juicio y hubo actos de tortura.
“Se están cometiendo un amplio rango de violaciones de los derechos humanos, como ejecuciones sumarias, tortura y detenciones arbitrarias, y se le está negando al pueblo el derecho a la libertad de expresión”, dijo el vocero del comisionado de derechos humanos de la ONU (ACDH), Rupert Colville, en referencia a las protestan que exigen la salida de Ortega del poder. Un plan del presidente para reducir beneficios de los jubilados desató la ola de protestas en abril. Aunque el gobierno dio marcha atrás con la medida, su dura respuesta a las manifestaciones desató un clamor para exigir la anticipación de las elecciones previstas para 2021.
“La gran mayoría de las violaciones son cometidas por el gobierno o por elementos armados que parecen estar trabajando en coordinación con aquel”, dijo Colville, que añadió que los manifestantes eran mayormente pacíficos, aunque algunos iban armados. Previamente, la ACDH había difundido una nota oficial en la que también responsabilizó al gobierno sandinista por la violencia.
“Es imperativo que el Estado nicaragüense garantice el derecho a la vida y la seguridad de la población, así como los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica, y adopte medidas concretas lo antes posible para terminar la crisis y encontrar una solución pacífica”, exigió el ACDH en un comunicado difundido en Ginebra.
“La violencia es aún más horrible, puesto que los elementos armados leales al gobierno están operando con el apoyo expreso o tácito, y en coordinación con la policía y otras autoridades estatales”, criticó el organismo.
La ola de violencia se inició en Nicaragua el 18 de abril con una serie de protestas contra una reforma del sistema de pensiones impulsada por Ortega. La oposición acusa a este exguerrillero de 72 años, en el gobierno desde 2007 (después de haber dirigido al país entre 1979 y 1990), y cuya esposa, Rosario Murillo, es la actual vicepresidenta, de instaurar una dictadura, y pide anticipar a marzo próximo las elecciones presidenciales.
Pero Ortega ya descartó esa posibilidad propuesta por la Iglesia Católica en su papel de mediadora del suspendido diálogo entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica, integrada por grupos de la sociedad civil.
Además, el pasado lunes, la Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por el gobernante Frente Sandinista, aprobó una ley contra el terrorismo, que según denunció la ACDH podría usarse para criminalizar la protesta pacífica.
La UE se sumó ayer a las presiones contra el gobierno de Ortega a través de la alta representante del bloque para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, que pidió el “fin inmediato de la violencia”, en una nota dirigida al canciller nicaragüense, Denis Moncada.
Aunque no estaba en la agenda, la situación de Nicaragua se trató de forma urgente durante una reunión en Bruselas de los cancilleres de la UE y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). “La UE espera el fin inmediato de la violencia, de la represión y las detenciones arbitrarias y el respeto de las libertades fundamentales”, destacó la nota de Mogherini.
La funcionaria confirmó la “disponibilidad de la Unión Europea a acompañar y sostener el diálogo”.
El gobierno de Donald Trump también instó directamente a Ortega a que cese la represión. “El mundo está observando”, le advirtió al presidente nicaragüense el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri.
“Instamos enérgicamente al presidente Ortega a que no ataque Masaya. La continua violencia y el derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en Nicaragua deben cesar inmediatamente”, señaló Palmieri.