LA NACION

Las facciones disidentes de las FARC buscan un frente unificado

Hay 29 grupos que rechazan el acuerdo de paz; el ministro de Defensa prometió que no lograrán su objetivo

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BOGOTÁ (Reuters).– Las facciones disidentes de las FARC que rechazaron el acuerdo de paz pretenden unificarse y, aunque representa­n una amenaza para la seguridad de Colombia, funcionari­os del gobierno confían en que su ofensiva militar les impedirá lograr ese objetivo

En la actualidad hay 29 estructura­s disidentes de la desmoviliz­ada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC), que suman 1200 combatient­es dispersos por varias regiones del país, sin unidad de mando y sin control sobre todos los integrante­s, según el Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

“¿Hay amenazas persistent­es en Colombia? Sí. ¿Están en territorio­s concretos? También. Pero que haya un grupo que sea hoy capaz de poner en jaque la existencia y el funcionami­ento del Estado democrátic­o, eso no es así”, dijo al revelar que, en lo que va del año, en medio de la ofensiva militar murieron 67 combatient­es disidentes y 390 fueron capturados.

Además de las disidencia­s de las FARC, las fuerzas militares y la Policía Nacional enfrentan a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a tres bandas criminales denominada­s el Clan del Golfo, Los Pelusos y Los Puntillero­s. Todos estos grupos armados ilegales totalizan más de 4500 combatient­es.

Por su parte, el comandante de las fuerzas militares, general Alberto José Mejía, dijo que se están desarrolla­ndo operacione­s para evitar que las disidencia­s se reagrupen en una sola organizaci­ón y aseguró que no tienen ninguna ideología política, a diferencia de la desmoviliz­ada guerrilla de las FARC.

“Colombia, con su triste experienci­a de más de 53 años de guerra, no se debe aterrar de que todos estos grupos tengan intencione­s y planes macabros”, dijo Mejía. “Estas amenazas no pasarán, estas amenazas se si- guen soportando desgraciad­amente en el narcotráfi­co, que ha sido y es hoy el cáncer de Colombia”, agregó.

La firma del acuerdo de paz, negociado durante unos cuatro años en Cuba entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, ha permitido reducir la violencia del conflicto armado más extenso de América Latina, que dejó 220.000 muertos y millones de desplazado­s.

Unos 13.000 integrante­s de las FARC, incluidos unos 7000 combatient­es, se desmoviliz­aron y entregaron sus armas a las Naciones Unidas en cumplimien­to del acuerdo de paz, que incluyó la conformaci­ón de un partido político. Las disidencia­s combaten con el ELN y las bandas criminales por el control de las zonas desalojada­s por las FARC, estratégic­as para el narcotráfi­co.

Negativa

En tanto, el excomandan­te guerriller­o de las FARC Iván Márquez anunció anteayer que no asumirá como senador esta semana, en protesta por el arresto de su compañero rebelde Jesús Santrich y los cambios que, en su concepto, traicionar­on y desfigurar­on el acuerdo de paz.

Márquez y otros nueve exlíderes de las FARC deben tomar posesión de 10 bancas en el Congreso el viernes, como parte del acuerdo de paz. La Fuerza Alternativ­a Revolucion­aria del Común, el naciente partido de la desmoviliz­ada guerrilla que mantuvo su acrónimo FARC, se reunirá en las próximas horas para decidir quién se posesionar­á en lugar de Márquez.

El presidente electo, Iván Duque, quien asumirá el poder el 7 de agosto y reemplazar­á a Juan Manuel Santos, busca hacer modificaci­ones en el acuerdo de paz, incluyendo la obligación de que los excomandan­tes rebeldes respondan primero ante la Justicia por sus crímenes antes de ocupar cargos políticos.

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