Los curas villeros insisten en que “se cuiden las dos vidas”
Presentaron en la villa 31 un plan para acompañar a mujeres embarazadas en situación de riesgo
El lugar elegido fue la iglesia Cristo Obrero, de la villa 31, de Retiro, donde descansan desde 1999 los restos del padre Carlos Mugica, llevados a pulso desde la Recoleta en una larga procesión que encabezó el entonces cardenal Jorge Bergoglio.
En ese sitio emblemático, los curas villeros de la arquidiócesis de Buenos Aires y de la diócesis del conurbano presentaron ayer varios testimonios y un fuerte mensaje para insistir ante los senadores que es necesario “cuidar las dos vidas”, y desestimar el proyecto de despenalización del aborto que se aprobó en la Cámara de Diputados.
En ese ámbito, anunciaron que la Iglesia intensificará el acompañamiento a madres en situación de riesgo de aborto, especialmente en poblaciones vulnerables, y reclamar una respuesta concreta “a las necesidades de nuestras villas y barrios populares”.
“Las mujeres de nuestros barrios eligen la vida”, afirmaron más de 30 curas villeros, entre ellos el padre Pepe Di Paola (villa La Cárcova, de San Martín); Guillermo Torre, José Luis Lozzia y Marco Espínola (villa 31, de Retiro); Lorenzo de Vedia, Carlos Olivero y Gastón Colombres (villa 21-24, de Barracas); Juan Isasmendi, Juan Casabal e Ignacio Bagattini (villa 1-11-14, de Flores); Pedro Baya Casal y Adrián Bennardis (villa 3 y Barrio Ramón Carrillo), y Nicolás Angelotti (Puerta de Hierro, de San Justo), entre otros sacerdotes.
Junto a los obispos Gabriel Barba (diócesis de Gregorio de Laferrere), Eduardo García (San Justo), Gustavo Carrara (Pastoral de las Villas) y Jorge García Cuerva (auxiliar de Lomas de Zamora), los curas villeros expresaron su “dolor por la media sanción del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo”, lo que consideran “un eufemismo para dar media sanción al aborto en nuestras tierras”.
Además,variasmujeresdebarrios populares donde los curas desarro- llan su acción pastoral participaron de la presentación del documento y de la propuesta Hogar del Abrazo Maternal.
Todos recordaron “el trabajo silencioso que se viene haciendo ya hace años para acompañar a mujeres con embarazos de riesgo o inesperados”. Y llamaron, en ese sentido, a replicar estos centros para recibir a adolescentes y jóvenes mujeres que atraviesan esas situaciones en condiciones de fragilidad y desamparo.
La propuesta apunta a “dar alimentación, atención y control médico y sanitario, apoyo psicológico, orientación legal y social para que puedan llevar adelante sus embarazos, como así también los primeros años de sus bebés hasta poder ingresar al ciclo de educación inicial”, además de “facilitar el acceso a políticas y programas que promueven la vida como la Asignación Universal por Embarazo y los programas de Salud Materno infantil”.
Mariela Cisneros, que atiende a los enfermos en la capilla Nuestra Señora de Itatí y colabora en el Hogar de Cristo del Barrio Don Orione (Lomas de Zamora), atendiendo a jóvenes en recuperación de adicciones, explicó que la propuesta “no es una campaña en contra de la ley de aborto: es una propuesta de vida”.
“Sin juicios de valor vamos a acompañar en los centros del Abrazo Maternal a mujeres y también a varones que estén atravesando una situación de aborto”, dijo Marcela Balverdi, catequista y enfermera en la diócesis de Merlo-Moreno.