Innovar y emprender, el modelo educativo de Israel
Docentes de ese país expusieron aquí su modelo
¿Es posible enseñar a innovar? ¿Se puede conectar el emprendedorismo con la educación pública? Esas fueron las preguntas alrededor de las que giró la jornada de capacitación que se realizó ayer en el Ministerio de Educación de la Nación.
En el encuentro para docentes y representantes educativos se delinearon tres ejes que moldean la educación en Israel. En ese país hay 4000 escuelas, unas 120 llamadas “de modelos pedagógicos únicos”, como pueden ser las artísticas, las bilingües o las especializadas en ciencias.
Para Editch Kimchi, del Área de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Educación israelí, son pocas, pero tienen un gran efecto de liderazgo y contagio. “Se trata de una innovación en el campo de la educación. Son escuelas que han descubierto los diferentes potenciales humanos y los métodos para aprovecharlos”, sostuvo.
Al igual que en muchas otras partes del mundo, los docentes en Israel tienen problemas de autoridad. “Identificamos en colegios un problema de relaciones incómodas entre los equipos educativos y los padres; muchas veces no hay un buen balance en quien toma el control”, explicó Yehuda Bar Shalom, rector de la Universidad Hebraica de México, que se dedicó a estudiar colegios experimentales en Israel.
La explicación que le encuentra a este fenómeno es que en la sociedad actual los niños controlan a los padres, estos controlan a los maestros, por lo que los niños controlan el colegio. A propósito, codesarrolló un modelo de intervención escolar llamado Ayeka, que propone encontrar un término medio entre el autoritarismo de antes y el permisivismo de hoy, para centrarse en respetar la subjetividad del padre y la del niño. Y por supuesto, instar a que padres y escuelas trabajen codo a codo. Shalom afirmó que su método logra reducir las actividades de riesgo en los chicos y que ha disminuido la violencia en las escuelas en que se implementó.
Si se le consulta a Yacob Dayan, experto en EdTEch, qué se puede ganar aplicando la tecnología de hoy a la educación, dirá que tres principales beneficios: la posibilidad de pasar de la enseñanza al aprendizaje, de formar capital humano y de generar cambios sociales, porque con la tecnología se puede llegar a las comunidades más vulneradas. Ahora se cumplen dos grandes programas de tecnología educativa en Israel: uno que alienta a los alumnos a concurrir a talleres voluntarios después de clases, y el macro de educación formal en todo el país con materias curriculares.
Por fuera de ello, iniciativas como la de la compañía que diseñó un juego para que los chicos de 8 años aprendan a escribir en código hasta la propuesta de Matific, que enseña matemáticas jugando y cambió la enseñanza de la materia en las escuelas y se aplica en algunos colegios de la Argentina.